31.12.10

Vuelve Sciascia

Del mismo modo que se nos recomiendan alimentos y bebidas depurativos (frutas y verduras) tras los atracones navideños, uno propondría leer a Leonardo Sciascia para alivio de nuestro quebrantado espíritu; cansado, hinchado y dolorido tras la ingesta anual de sapos y culebras derivados, sobre todo, de la crisis. Por ejemplo, la nueva entrega vacacional -invierno y verano- que, según sana costumbre, hace llegar a las librerías Tusquets, la fiel editorial española del ejemplar escritor siciliano. Se trata de El caso Moro, un texto moral ("una obra de verdad", según su autor) del todo apropiado para estos tiempos convulsos de estresante política nacional cada vez más italianizada (ver la Telecinco de Berlusconi), con el terrorismo de nuevo en los titulares por aquello de los rumores (que son clamores) sobre el final de ETA.
Cuatro páginas, de la 52 a la 55, habrían justificado la reflexión de Sciascia sobre el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, por parte de las Brigadas Rojas, concluida en Racalmuto el 24 de agosto de 1978. El libro incluye, además, una cronología del caso y el Informe de la comisión parlamentaria de investigación que presentó el propio escritor como diputado del Partido Radical. Sciascia en estado puro.

30.12.10

De Moñino

Todo lo que se diga aquí (y en cualquier parte) a propósito de don Antonio será siempre poco. Con motivo de la celebración del primer centenario de su nacimiento, siguen sucediéndose hechos trascendentes. Los que más me importan, por aquello de mantenerse fiel al espíritu del maestro (éste sí), vienen en forma de libro. Así, el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura y la Editora Regional publican una edición facsimilar de El Criticón, Papel volante de Letras y Libros continuación del fundado por B. J. Gallardo, una revista en dos entregas a la que ha puesto una explícita nota preliminar Miguel Ángel Lama, que también ha cuidado la primorosa edición.
Donde de forma cabal -acaso ninguna introducción mejor- se ve la altura intelectual y moral (tanto monta) del de Calzadilla de los Barros, es en el libro de otro profesor de la Universidad de Extremadura -como Lama, discípulo de Juan Manuel Rozas, otro moñiniano de pro-, José Luis Bernal Salgado, que reedita en la recién mencionada Editora parte de un viejo Cuaderno Popular bajo el título: Antonio Rodríguez Moñino, un extremeño universal. En este adjetivo centra Bernal su informado y afectuoso acercamiento, ya que Moñino nunca dejó de ser de aquí al tiempo que de cualquier parte, como los mejores extremeños que en el mundo han sido. Bibliófilo, decíamos, "a lo Gallardo", y bibliógrafo, "a lo Menéndez Pelayo", su ejemplo no deja de darnos la clave sobre nuestra mejor manera de estar en la literatura y en los libros; en la vida, en suma.Y ya que la menciono, ¡vaya la que él tuvo! Por culpa de la maldita Guerra Civil, sí, pero sobre todo, por culpa del franquismo que le negó siempre el pan y la sal, si bien nunca pudo doblegar su voluntad de "hombre de letras" (como prefiere Sciascia, en la estela de Voltaire y de su época). Ya digo que leer la obra de Bernal da todas las claves para comprender una existencia tan intensa como difícil, llena de logros en el campo de la bibliografía y la filología, pero no sólo, pues es imposible obviar su magisterio en el hispanismo o su faceta como editor (en Castalia y al fundar Revista española).
Parafraseando a Gerardo Diego (otra persona importante para él), Bernal deduce que la vida del último académico extremeño de la Española fue "un único libro interminable". Con todo, uno se queda con las famosas palabras que abren "Construcción crítica y realidad histórica en la poesía española de los siglos XVI y XVII": " Yo no pretendo ser un crítico, sino más bien un bibliógrafo; es decir, para el común de las gentes, el hombre que copia fielmente portadas de libros, señala los exactos milímetros del volumen, cuenta con minuciosidad folios o páginas y organiza catálogos de autores, series y bibliotecas. Tal vez, para desgracia de ese papel de bibliógrafo, tengo la debilidad de no considerar al libro sólo como unidad catalográfica, sino como expresión material de pensamiento y sensibilidad: quiero decir que los leo".
No puedo dejar pasar la ocasión sin mencionar otra obra recién rescatada, me refiero a la preciosa edición de Pasión y muerte del arquitecto. Un enigma bibliofílico. (Homenaje a la memoria de Don Antonio Rodríguez Moñino, de Gerardo Diego, publicado en los Pliegos de la Sorpresa, de la Fundación que lleva el nombre del poeta, a la que se acompañan el facsímil del curioso poema de Moñino (que siempre fue un poeta secreto e incluso llegó a presentarse al Adonais) y Nota a la edición de un enigma, de José Luis Bernal (que en su biografía de Moñino incluye, entre otros textos, ese Tiempo apócrifo de la Fábula de X y Z publicado por primera vez en 1934).

Veiga

Ha muerto Manuel Veiga, un político digno de tal nombre. No es poco en estos tiempos. Hizo mucho por la provincia de Cáceres y, lo que es más raro, por la ciudad de Plasencia (ay, me sale la vena araciana). Y por Extremadura, claro. Estuvo presente en una rara presentación de Ensayando círculos que tuvo lugar en Montehermoso un sábado por la mañana. Todo un detalle. Juan Domingo Fernández escribe en Hoy una justa necrológica.

29.12.10

Desde Aracia

Ya di cuenta aquí hace poco de la salida de la primera novela de Juan Ramón Santos, Biblia apócrifa de Aracia (Del Oeste Ediciones), y de mi intención de leerla cuanto antes. Acabo de dar esa lectura por concluida, siquiera por ahora. Porque no es una novela al uso (de las que a uno no le gustan, de las que se justifican con el descubrimiento del asesino y poco más), sé bien que he de volver, más pronto que tarde, sobre algunas de sus páginas.
La única reseña que a día de hoy ha aparecido, firmada por uno de nuestros críticos más veloces, Simón Viola, es elocuente. Yo, que crítico no  soy, prefiero limitarme a declarar el feliz entusiasmo con que la he leído, lo mucho que he disfrutado con ella y la pena que me ha dado llegar al final. Lo veía lejano, no es delgado el volumen, pero...
A sus muchas virtudes literarias (remito de nuevo a Viola), uno puede añadir un detalle -menor, sin duda-. que ha iluminado esa gozosa lectura. El de sentirse de Aracia, Murania, Ochavia, Labriegos, Pedregal o... Plasencia, lugares por donde transcurren las bien tramadas historias que componen esta novela bíblica.
Tras un arranque potente, a modo de génesis, confieso que algún capítulo de la primera parte de "De lo antiguo" me despistó, tal vez por su carga histórica, pero el desvío fue momentáneo. No estamos, ni por asomo, ante una novela "histórica". Ni siquiera tuve que esperar a la segunda parte para comprobarlo. Bastaría citar la palabra lenguaje para conjurar la mención de ese espurio género de moda. Lo que vino después fue incrementando, a un tiempo, mi velocidad de lectura y mi afán lector. Ya en "De lo nuevo", me rendí definitivamente ante "La pasión según Mateo", seducido por una narrativa que proclama con la debida naturalidad, sin afectación, la noble estirpe de la que proviene. Los homenajes a Borges, Ferlosio o Hidalgo Bayal, por citar a tres escritores de referencia, dan buena cuenta de ello. ¡Qué gusto da leer a Santos!
Nada más enojoso que los impertinentes comentarios sobre el argumento cuando de una novela se trata. Por eso lo dejo aquí. Que cada cual, si así lo decide, se adentre en este mundo de mundos, en este tiempo de tiempos, que es Aracia y no es Aracia. Y que los críticos reciban, por largo y con elogios, esta venerable escritura.

26.12.10

De monasterios

Leí un breve comentario de Calvo Serraller, me picó la curiosidad y busqué noticias en internet. Mi sorpresa fue comprobar que la primera entrada de Google remitía... ¡al blog de Gonzalo! Sí, dos días sin entrar allí  (la suya es un bitácora tranquila) y...    
Un tiempo para callar (Elba, traducción y prólogo de Dolores Payás), de Patrick Leigh Fermor, era el objeto de mi búsqueda y el libro que él ya estaba leyendo. Uno hizo lo propio ayer, aprovechando el silencio de la mañana de Navidad en una casa donde todos dormían. Tres visitas a tres monasterios (Saint Wandrille y la Gran Trapa, en Francia, y los rocosos de Capadocia, donde empezó todo) y las reflexiones que esas estancias provocan en un viajero británico que busca tiempo, calma y silencio para escribir bastan para urdir una memorable obra que va resistiendo las reediciones como las piedras de esos lugares de la meditación y la clausura aguantan el implacable paso del tiempo, siquiera sea en forma de ruinas, cual los cenobios ingleses tras la Reforma.
Reconoce Fermor que esos sitios le "afectaron de modo profundo" y eso se nota cuando leemos sus apretadas páginas sobre la vida contemplativa. "Fuera de estos muros, le dijo el abad de Saint Wandrille, se hace un gran abuso de la palabra". De esta lección aprendida en ese periplo ejemplar puede haber surgido la decisión de escribir sólo lo justo. Así la escasa  pero muy apreciada obra de este sir que fue espía durante la Segunda Guerra Mundial (haciéndose pasar por pastor) y que, por lo que cuenta Payás en su introducción, ha llevado una vida que es en sí misma un apasionante libro. Nonagenario, pero vivo, reside en una casa frente al mar, al sur de Grecia.
En uno de los prólogos (a la reedición del 82), Fermor menciona, entre otros, su paso por dos monasterios extremeños: Yuste y Guadalupe.

24.12.10

Felices Fiestas

Recibe uno estos días multitud de felicitaciones. De amigos del alma, de simples conocidos e incluso de gente a la que no conozco de nada. Empalagosas o llenas de encanto. Originales o demasiado vistas. Suele también uno enviar unas palabras por estas fechas. Este año dejo aquí mis mejores deseos. Para quienes leen este blog que, año a año, se ha ido convirtiendo siquiera en un refugio. Seguimos. Un abrazo, Álvaro.

22.12.10

Listas

Ya empiezan a salir las dichosas listas de los libros del año. Abre la de Babelia (El País). Me sorprende, para bien, que entre los diez primeros haya dos de poesía: la reunida de Yeats para Pre-Textos (traducido por Rivero Taravillo) y Tarde o temprano, de Pacheco, en la edición de Tusquets-Nuevos Textos Sagrados. Entre los diez siguientes, otros dos poetas: Blas de Otero y Juan Antonio González Iglesias. Ah, me hace ilusión ver por ahí a muertos tan vivos como María Zambrano y Canetti. ¿Será que la literatura triunfa a pesar de todo? Incluso de los suplementos literarios.

El río

Miras sus aguas negras.
Presagio y sintonía.
Corriente abajo.

21.12.10

Ay, Moñino

En mis segundas "debilidades", eliminé al final un: "Si Moñino levantara la cabeza...". Ahora creo que debí mantenerlo. De lo que sí se alegraría el bibliógrafo extremeño es de la publicación del número 4 de la revista Alborayque, donde varios especialistas rescatan la memoria de un grupo de paisanos exiliados, los que se embarcaron en el Sanaia rumbo a México en 1939. No he recibido aún el ejemplar (ni sé si llegará, me parece que también me han echado de ese comité), pero intentaré hacerme con uno. Trazos dedicó en su última entrega varios artículos al asunto. Sobre científicos, escritores, etc. No todo va a ser desidia y mediocridad en este nuestro destierro.

El día que la Esteban fue portada de El País

El domingo fue un día triste para quienes nos hemos educado sentimentalmente (y mucho más) con el diario El País, el mejor periódico español, prensa de referencia, mal que les pese a algunos. Es verdad que ese diario ya no es lo que era, Wikileaks mediante. Lo vino incluso a denunciar en verso Jorge Riechmann hace años.
Estaba viendo CNN+ el pasado viernes (nos queda poco, otra lástima), cuando desde su redacción nos anunciaron que la portada del suplemento El País Semanal sería para Belén Esteban. Increíble. Como si no fuera suficiente con encontrarse con ella en todas partes, especialmente en esa cadena basura llamada Tele 5. Sin querer y queriendo, matizo. Ahí y en todos lados, ya digo, casi todos poco recomendables. Y para nada, que es lo grave. Verla ahora en El País y nada menos que en portada... He pasado deprisa y con cierta rabia por las páginas de su publireportaje (¿o es periodismo de investigación?) y me ha dolido todavía más verla entre Moneo y Semprún. Los sociólogos dirán lo que quieran. Lo mismo que algún que otro Premio Ondas. Uno, que representa lo peor de una España sin sustancia, en crisis y a la deriva. La peor posible. Víctor, cómo hemos llegado a esto.

20.12.10

Aramburu en Plasencia

Foto: Juan Ramón Santos
Fernando Aramburu pasó por el Aula de Literatura "José Antonio Gabriel y Galán". Nos habló de su última novela, Viajes con Clara por Alemania (Tusquets) lo que le permitió ir mezclando, por una parte, la historia en sí y su relación con ese país -que es tanto como decir más de media vida-, y, de otra, su poética, su forma de concebir la literatura y, en concreto, la novela. No faltaron las risas -o, mejor, las sonrisas-, las mismas que uno recuerda lal evocar ese delicioso libro (del que leyó algún párrafo significativo), ni la agudeza de ingenio, ni la ironía, ni ninguno de los ingredientes que caracterizan una de las prosas más genuinas de nuestro panorama.
Nos dijo que también iba a hablar de su poesía, recientemente reunida en Yo quisiera llover (Demipage), pero, tras un breve comentario sobre su pasado lírico, se limitó a leernos un poema (un soneto en prosa (sic), para ser exactos) que despejó cualquier duda al respecto. Por su elocuencia.
Podría haber terminado ahí la sesión, pero el público tuvo ganas de preguntar y en eso se nos fue otro rato de lo más entretenido.
Caminamos con él, calle del Rey abajo, y charlamos un rato, con Gonzalo y Juanra, en el Torero. Luego se fue a cenar con sus anfitriones placentinos. A la mañana siguiente tomamos un café y volvimos sobre lo mismo: la vida, la familia, los libros, el trabajo... Lo normal. Le queda a uno un regusto dulce de ese fugaz encuentro. Un doble convencimiento acerca de Fernando Aramburu: que es buena gente (un tipo "de verdad," que diría uno de su país natal) y un excelente escritor. Lo que no puede decirse, ay, de cualquiera.

19.12.10

César Martín Ortiz

Maria Jesús Manzanares me informa de la muerte, el pasado jueves, del escritor salmantino, afincado en Jaraíz de la Vera, César Martín Ortiz. Una desagradable sorpresa. Ni siquiera sabía que estuviera enfermo. María Jesús recuerda en su blog la publicación del librito de Alcancía y publica uno de sus cuentos. Uno, por su parte, se acuerda de cuando le pedí un texto para Gavetas de Gavetas, el homenaje de la Editora Regional a Fernando Pérez con motivo de la primera decada de esa colección que tantas satisfacciones le diera, donde apareció su libro Nuestro pequeño mundo (2000). Un libro, por cierto, que como otros de La Gaveta fue acogido muy favorablemente por la crítica nacional; por ejemplo, en una reseña de El Cultural firmada por Ricardo Senabre.
Me costó dar con CMO para que colaborase en el citado homenaje. Lo curioso del asunto es que apenas dos días después de hablar con él por teléfono me lo encontré en la calle de Los Quesos, aquí en Plasencia. Fue la única vez que estuve con él cara a cara. Era aún más huidizo como yo.
Su obra breve pero necesaria, apenas un puñado de poemas y otro de cuentos, merecería ser reunida y editada debidamente. Ojalá alguien tome esa iniciativa.

18.12.10

Cómo hemos llegado a esto

Este es el desenfadado título que le ha puesto Víctor Martín Iglesias a su primer libro de poemas. Da una buena pista acerca de lo que se va a encontrar dentro el lector. El dibujo de la cubierta (basado en el juego del ahorcado) incide en lo mismo. Una mezcla de (aparente) ingenuidad y poesía bien calculada pueden ser el santo y seña de los versos del último poeta placentino (del 85) que se incorpora a la ya larga lista de los que por aquí han nacido. Si el penúltimo, Álex Chico, a pesar de vivir en Barcelona, seguía con la tradición, bastante arraigada, de publicar su primera obra en la tierra, VMI lo hace en la editorial Casavaria, que tiene su sede en New Jersey, U.S.A. No en vano, estudia y trabaja en Pensilvania (Universidad de Villanova), después de haber pasado por las ciudades de Cardiff y Lieja. Eso por no citar otros viajes -de Hispanoamérica a Nueva Zelanda-, lo que viene a demostrar cuan lejos están sus circunstancias vitales de las de otros vates locales encerrados de por vida entre estas murallas a las que, por cierto, alude.
Mucho desparpajo, ya se dijo, mucha irónica autobiografía, mucha claridad vital, sí, pero todo vestido con gran precisión y efectividad líricas, con un bagaje de lecturas detrás que ni chirrían ni se manifiestan de forma descarada; artes dignas, en fin, de un poeta que desde su ópera prima merece tal título.

17.12.10

Gente Sapiens, por Fernando Aramburu

"Profesan el oficio urticante de ejercer la lucidez en público. Antaño dicha actividad podía depararles multas, cárcel, destierro, alguna aplicación mortal de la justicia. Hoy, democracia mediante, el poder neutraliza a los intelectuales (sobre todo cuando se dejan) por la vía dulce de los honores, los cargos, las prebendas. Algunos ciudadanos se los quitan de encima cambiando de canal o saltando páginas del periódico hasta alcanzar las deportivas, con preferencia las del fútbol, que es el opio moderno del pueblo. Pero, sin ellos, ¿quién alumbrará con razonamientos lo que nos pasa, lo que nos hacen, lo que intentan hacernos creer? ¿El actor y la famosa? ¿El militante interesado? ¿Las habituales cafeteras de opinar? Admitamos o no sus ideas, los necesitamos para poder ver más allá del insulto y el eslogan; para conocer esas cosas raras: la ecuanimidad, la agudeza, la templanza; para que continúe encendida la llama crítica". © El Cultural

Zagajewski en la Resi

Jacinta Cremades firma en El Cultural una breve crónica del paso por la Residencia de Estudiantes del poeta polaco Adam Zagajewski. De paso, responde a algunas preguntas.
Es una pena que no se hiciera lo mismo con Ida Vitale o Rafael Cadenas. La poeta uruguaya y el poeta venezolano también estuvieron allí hace unas semanas. Los de provincias...

ASR

Ándrés Sánchez Robayna publica un nuevo, extenso libro de poemas: La sombra y la apariencia, en Tusquets. No defraudará a casi ningún lector del autor canario. Si de algún poeta español puede decirse que escribe -que ha escrito- "el mismo libro", es de Robayna. Iluminado por la presencia de su maestro y mentor José Ángel Valente, uno disfruta de su poesía desnuda, llena de piedras y de luz, marina e isleña en lo esencial, donde la naturaleza y la mirada siguen sustanciando el centro del mundo.

16.12.10

El juego de la taba

"Me gustan los libros fragmentarios, esos dietarios donde conviven pacíficamente aforismos, pequeñas prosas, estrictos o poéticos apuntes de la observación cotidiana... Me gustan mucho". A uno también, por eso he disfrutado con El juego de la taba (Calambur), de Elías Moro, que es el responsable de esas palabras, un autor bien conocido en Extremadura, donde reside desde primeros de los ochenta, y cada vez más leído fuera gracias a libros como éste y a las anotaciones de su blog. Además de escenas y situaciones de la vida diaria, aparecen en sus páginas muchas reflexiones sobre la poesía y menudean las citas de escritores, pues Elías es, sobre todo, un ávido lector, de gustos variados, aunque no disimule, ni aquí ni en otros sitios, su pasión por los poemas de sus queridos Viñals, Campos Pámpano, Mestre, etc. No creo que haya una manera mejor de acercarse a este escritor, nunca mejor dicho, de cuerpo entero.

Debilidades (3)

Siento debilidad por los poetas que se compran camisas en Katmandú; por los feroces y del extremo que posan con traje de chaqueta y corbata cual académicos de Argamasilla o marqueses de Proserpina; por los que escriben versos tales como: «Todos juntos huyendo de la Casa de la Troya / después de haber vomitado largamente / sin pagar» o «Están resonando con alegría / los cánticos de mi tierra / en los grandes almacenes / en los grandes almacenes / ¡Soltad la pasta, cabrones, / que es nochebuena!» y se quedan tan panchos y hasta perdonan la vida (es un decir) a los "grandes poetas" de "línea consolidada, sin sorpresa"; por los marginales y libertarios que ganan becas y ayudas de la Administración; por los que se cansan "del ambiente mortecino y esclerotizado de la universidad" y luego imparten en ella talleres literarios a costa, claro, del erario; por los que manejan con soltura conceptos como el de Segunda División (o Primera Regional) y luego no saben (es otro decir) si Guardiola es el portero de la selección española; por los que llegaron a este "páramo" en 1992 y redimieron a la pobre poesía extremeña "rompiendo moldes"; siento, en fin, debilidad por los poetas de "lengua radical" cuya poesía no radica precisamente en la lengua.

15.12.10

Sueños

Llevaba años esperando a que pasara. Sucedió y reaccioné como se suele en estos casos. Así de caprichosos son los sueños.

Ashbery dixit

P: Tras más de 20 poemarios escritos y una larga y exitosa carrera, ¿qué motivación tiene para seguir escribiendo?
R: Mi motivación esencial tiene que ver con una frase de Joyce Carol Oates: para descubrir lo que sé.
(De una entrevista de Julio Mas Alcaraz al poeta norteamericano John Ashbery publicada en El Cultural).

14.12.10

Un par de ocurrencias

1. Transgredir por transgredir cansa.

2. Los amigos de mis amigos no son mis amigos. Sólo algunos.

Canal-L

Como otros amigos blogueros, doy cuenta de Canal-L, una página muy interesante con vídeos de entrevistas a escritores. Uno de los últimos, está dedicado, en dos partes, al poeta, crítico, traductor y editor Eduardo Moga.

13.12.10

Una vida

Para M. J. y A., en la muerte de su hijo

Ha pasado una semana. Sonó el teléfono y entramos en una pesadilla. De ahí no salimos. Otros antes nos contaron el mal sueño en el que ahora estamos encerrados. A pesar de todos los indicios, no fuimos capaces de intuir a lo que en realidad nos enfrentábamos. Esto era insospechable. Todo sucedió tan deprisa. Si pudiéramos volver atrás. Si el tiempo retrocediese.
La muerte, lo sabemos, no es un país extranjero. En ese sentido, nadie muere solo. Él no ha muerto solo. Nosotros le seguimos. Estamos en medio de la nada y no vemos luz por parte alguna. Si estuvieras aquí, no nos reconocerías. Somos otros. El dolor es inmenso. De golpe, ha pasado la vida delante de nosotros y no logramos volver a darla alcance. A él le resultará ya del todo imposible. A nosotros... ¿Dónde el consuelo? Quizá en revivir su veloz existencia. La que nosotros le dimos. La que, sin compasión, nos han arrebatado.

Nuevo alfabeto ruso

En la citada reunión del taller de Gonzalo discutimos (es un decir) sobre el concepto de "entretenimiento" cuando a la lectura nos referimos. Uno dijo que nunca lee para eso, para entretenerse, y G. dijo que a él le pasaba todo lo contrario. Luego argumentamos y llegamos a la conclusión de que los dos hablábamos de lo mismo. O casi. Yo quería decir que leo para algo más que para matar el rato. O el tiempo. Estoy incapacitado para eso. No entiendo la lectura como pasatiempo. Como casi nada. Se lo achaco, entre otras razones, a mi culposa educación judeo-cristiana. Por otra parte, si lo que uno lee no fuera entretenido, no habría quien soportara la lectura. Ya lo dijo Cervantes, como recuerda Rafael Reig: "Mi intento ha sido poner en la plaza de nuestra república una mesa de trucos donde uno pueda llegar a entretenerse, sin daño de barras, digo sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios honestos y agradables antes aprovechan que dañan. (...) Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse. Para este efecto se plantan alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan, con curiosidad, los jardines".
Venía todo a cuento de las listas de libros más vendidos y porque comenté que, si las repasáramos, no habría leído ninguno de los títulos que figuran allí. Ni el Planeta de este año siquiera. Con todo, después de disfrutar como un cosaco, nunca mejor dicho, con Nuevo alfabeto ruso (Demipage), de Katia Metelizza, a lo mejor debería matizar más lo del entretenimiento. La obra, breve, divertida y deliciosa, no es de gran enjundia (aparente) y en ella, más que aprender o reflexionar sobre asuntos sesudos, todo te lleva al leve disfrute de las cosas sencillas de la "nueva" vida de los rusos. Nada que ver con la vuelta de los grandes autores de siglos pasados que regresan como si de una masa de aire siberiano se tratara. Yo, que conste, me lo he pasado bomba.
Será un libro muy leído y, si la editorial no fuera tan pequeña, casi me atrevería a pronosticar su inclusión en las mencionadas, tramposas listas.
Como tengo una alumna de origen ruso en clase, el otro día me llevé el precioso libro al colegio y les leí en voz alta a los muchachinos uno de los capítulos: "Hablemos de arenques". Los ojos de Tatiana se iluminaron.

12.12.10

A la biblioteca

Cuando leí en el periódico que la Asociación de Vecinos del barrio cacereño de La Cañada estaban intentando poner en marcha una biblioteca (que en realidad, me dicen, es municipal, pero sin dotación de libros), lo vi claro: localizo a esta buena gente y que vengan, si pueden, a por las cajas de libros que tengo apiladas en el molino. Era la única condición. Mejor uso, ninguno. Y allí en la soledad del campo sólo cogen humedad. Crucé un mensaje, vía web, con su presidente y ya cargamos ayer su coche con 17 cajas de revistas y libros que podrán leer los vecinos del citado barrio. Estoy a gusto, como quien cree que ha hecho, vete a ver, una buena obra.

Ruta literaria placentina

Todavía no he visto el librito Ruta literaria por Plasencia que, por lo que leo, ya sirve para que un guía local gire una visita distinta a esta ciudad decrépita: a partir de fragmentos de libros de diferentes escritores de toda época y condición que pusieron a la ciudad del Jerte en su punto de mira o se inspiraron en ella. Tendrá virtudes, no lo dudo, uno mismo creyó en ellas cuando se prestó a ser incluido entre ese heterogéneo grupo de autores, pero tiene un defecto evidente y mayúsculo: acaso el mejor escritor que ha vivido aquí y que sobre ella ha escrito, brilla  (nunca mejor dicho) por su ausencia. Me refiero, claro, a Gonzalo Hidalgo Bayal. Murania es Plasencia, más allá de las convenciones de cualquier ficción, en este caso novelística.
No ha habido mala fe, me consta, pero sí torpeza entre técnicos y responsables políticos para incorporar esas necesarias líneas al libro y eso, ay, es lo que importa.
Como ya dije, no he visto la ruta. Me asusta un poco que Ana B. Hernández la califique de "folleto turísitico". En todo caso, porque ha estado al cuidado de Ismael Rozalén, será -en lo formal- una publicación digna.

11.12.10

Talleres, Juanra, tisanas...

Antes de ayer visité el de Gonzalo, aquí en Plasencia. Casi una costumbre. Charlamos un rato de lecturas y libros. No por presumir de una cosa y otra. Más bien por aquello de compartir una pasión... confesable. Antes, en el Alfonso, tomamos unas infusiones. Sí, tanto G., como Salvador (que pasaba por allí) o uno mismo somos gente de tisanas. Que si té, que si menta-poleo... Se acercó Juan Ramón Santos con su primera novela, recién salida de las máquinas de Indugráfic, en el sello de Los Libros del Oeste. Su título es tan potente como las 535 páginas del libro: Biblia apócrifa de Aracia. Recuerda en la dedicatoria inicial a su mujer, Fátima, y a Gonzalo (que se enteró de ello cuando Juanra ya se había ido al parque con Mafalda). Es lógico. Lo que hoy es novela empezó siendo un ejercicio del taller. Han transcurrido, eso sí, siete años y mucha literatura por medio. No es el único caso. De otros talleres han salido otros escritores. O por allí al menos han pasado. Por citar a algunos, Elena García de Paredes, Mario Lourtau, etc. En La Gaveta (Editora Regional de Extremadura) acaba de publicar Manuel Abacá su primer libro, otro autor que, según dicen, también proviene de ahí. En consecuencia, no ha dado malos resultados la idea (entonces se podían tener) de Fernando Pérez. Su hijo, por cierto, está al frente de uno de ellos. Y ya que lo menciono, bueno será será recordar que Fernando jr. es uno de los noveles que anda descubriendo Antonio Gómez en su colección 3x3. Otra, y la noticia me llenó de emoción, es Paula Campos Fernández, la hija mayor de Ángel Campos Pámpano (del que Antonio fue también editor, como de uno, en sus comienzos). ¡Qué orgulloso estaría Angelito! Como de la novela de Juanra, de cuya cubierta hubiera sido responsable, con permiso de su amigo Luis Costillo, que es quien la firma.

10.12.10

Luvina

Es una estupenda revista de la Universidad de Guadalajara, México. Si pulsa en "textos" podrá leer poemas y prosas de un puñado de escritores, sobre todo castellanos y leoneses. La descubre uno ahora, pero va por su número 61.

Brines

Un amigo, que sabe de lo que habla, me desengaña: lo de Brines en Visor no será un nuevo libro. Se trata de una antología que contiene unos cuantos poemas inéditos. Al parecer, eso será todo.

9.12.10

De varia lección

1. Fui a Salamanca por comprar, sobre todo, la antología que coeditan la Universidad y Patrimonio Nacional con motivo del Premio Reina Sofía que este año ganó Brines, uno de mis poetas favoritos. Como suelo repetir, su poesía es quizá la que más he releído de entre la contemporánea en lengua española.   
Para quemar la noche se titula ese libro y la introducción (excelente), edición y selección es de Francisco Bautista. Ya está uno deseando leer su nueva obra (que anuncia Visor en su colección Palabra de Honor), más desde que El País adelantara tres poemas inéditos junto al reportaje de Ángel L. Prieto de Paula sobre el premio salmantino y la correspondiente antología (que cierran, precisamente, "Mi resumen", "El vaso quebrado" y "Mis tres fauces"). Memorable.

2. Vila-Matas recuerda una cita de Flaubert (quién sabe si apócrifa, tratándose de don Enrique...), escrita un día de junio de 1870: "El mundo se va a volver tremendamente imbécil. Durante los próximos años, la cosa va a resultar muy aburrida. Es una suerte que vivamos ahora y no más tarde".

3. "Somos apenas un puñado de invisibles letraheridos en medio de un millonario ejército de sumisos y adocenados analfabetos funcionales".
"Los diaristas somos una suerte de guías secretos, a veces hasta involuntarios, que ejercemos nuestro oficio en el desfiladero de la vida propia y hasta hacemos incursiones, proféticas y/o disparatadas, en la ajena", Raúl Carlos Maícas, La mano sobre los ojos.

4. Está visto y demostrado que quienes mejor han sabido mirar la pintura de Ortega Muñoz han sido los poetas. Diego, Vivanco... Ahora José Corredor Matheos, del que acabo de leer (y ver) Godofredo Ortega Muñoz: una pintura pura, una realidad transparente, publicado con esmero por la Fundación que lleva el nombre del pintor sanvicenteño. Penetrante, lúcido, poético.

5. Siguen llegando libros de paisanos de la periferia (tan periférica como la extremeña). Así, Para nombrar una ciudad, de David Eloy Rodríguez, sevillano de Cáceres, Premio Francisco Villaespesa, editado, con el buen gusto de siempre, por Renacimiento. Viene acompañado de dos entregas de la elegante editorial libros de la herida (que coordina Rodríguez), una de ellas de otro extremeño: Juan Antonio Bermúdez: Compañero enemigo, y un libro de cuentos infantiles: Este loco mundo (calambache cuentos), con textos del citado autor, M. Á. García Argüez y J. M. Gómez Valero, así como ilustraciones de Amelia Celaya.

6.  "Después de tantos años de despilfarro, los gestores de la cosa cultural extremeña han decidido cerrar el grifo, y, como todo lo hacen a lo grande, lo han hecho sin piedad. Por ejemplo, el presupuesto de la Editora Regional de Extremadura se recorta en un 60 por ciento nada menos. ¡Con lo que disfruté con los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz (I y II), con La inmigración marroquí en la zona de la Tayuela (Cáceres), entre 1992 y 1996, con Un lote de cerámicas procedente de Benquerencia de la Serena (Badajoz) y otros tantos títulos esenciales, que esquilmaron los bosques de medio mundo!".    
Con la mala leche que le caracteriza, Juan Palomo (El Cultural, 3 de diciembre de 2010). 

La gira extremeña de Aramburu












© Demipage

8.12.10

El discurso de Vargas Llosa

Por si alguien, como yo, quiere leer íntegro el discurso del Nobel que ayer pronunció en Estocolmo Mario Vargas Llosa, aquí está Elogio de la lectura y la ficción. La crónica está firmada, para El País, por su inseparable amigo Juan Cruz.

7.12.10

Más debilidades

Siento debilidad por quienes alaban las obras de otros, a los que consideran mentores y maestros, y luego, tomando su nombre en vano, hacen todo lo contrario de lo que ellos harían al pergeñar las propias.

6.12.10

Innovación

Tiene mucho predicamento. Incluso un ministerio lleva, en parte, su nombre. Sin embargo, supongo que a quienes leemos y escribimos, quienes gustamos de la literatura y la frecuentamos, lo de la innovación, lo de "mudar o alterar algo, introduciendo novedades" (RAE), nos deja bastante fríos. Al menos a mí. Y en poesía... Ay, cuánto moderno a costa de la polvora seca de las viejas vanguardias. Y cuánto contemporáneo descubriendo, día sí y Ashbery también, cualquier América. Me remito, en fin, a la reciente cita de Manguel que traje aquí hace unos días.
Ante la nueva Ley de Educación extremeña, consensuada por PSOE y PP, se anuncia un horizonte laboral que premiará (con incentivos económicos incluso, según dicen) eso: la capacidad de innovación. Se centran, claro, en el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Hasta ahí todo normal: estamos sujetos a los signos de los tiempos. Lo que uno pone en duda, para empezar, es si algo, por el mero hecho de ser nuevo, resulta mejor que lo anterior. Más si hablamos de educación. Lo decía ayer mismo en el El País Semanal Víctor García de la Concha: "Hay que volver a lo básico: a enseñar a leer y a escribir, a leer en voz alta, a recitar, a discursear". Para seguir, aterrizando (con permiso de los controladores), uno se pregunta si se podrá llevar a cabo esa presunta innovación con los equipos informáticos escasos y obsoletos de los que disponen los centros de Primaria (al menos el mío) y en las penosas condiciones actuales en lo que a redes y servidores respecta. Lo dudo.
Vuelvo al comienzo. Como dice Landero en la ya citada entrevista con Fernando del Val publicada en Turia, "Ahora hay un homenaje a la originalidad excesivo, que yo creo que es signo de cortedad mental". Uno cree lo mismo que el paisano de Alburquerque.

5.12.10

Turia

La llegada de un nuevo número de Turia siempre es una fiesta. Supongo que ya lo he dicho más veces. La edad. Son ya muchos los ejemplares recibidos y muchas, en consecuecia, las celebraciones. Sí, es una revista ejemplar. No descubro nada nuevo. El 96 se abre con estudios sobre Lezama (tan justamente recordado por mi paisano Neila), Marías (don Javier) o Darío Jaramillo. Le siguen prosas (destaco nuevos aforismos de Ramón Eder) y versos (poemas de amigos como Antonio Moreno y Antonio Lucas y, traducido por Félix Romeo, el primer poema del libro de Toni Marí, Han vingut uns amics). La parte central está ocupada por el Cartapacio, esta vez dedicado a Miguel Labordeta. En Conversaciones, una entrevista con Luis Landero (me han interesado mucho sus palabras sobre Extremadura y Alburquerque y, tanto o más, sus melancólicas opiniones sobre el amor) y otra con Vila-Matas. No falta la entrega de los diarios de su director, Raúl Carlos Maícas, y las reseñas de La Torre de Babel. Lo dicho, un jolgorio.

4.12.10

Larra, crítico teatral

Fundamentos publica La crítica teatral completa de Mariano José de Larra, en edición, intoducción y notas de Rafael Fuentes Mollá.
La nota de prensa de la editorial comenta: "La inmensa popularidad de sus artículos de costumbres, y la fascinación que su vida y personalidad despertaron parecen haber oscurecido, de manera injusta, la importancia de Mariano José de Larra como crítico de teatro. Sin embargo, en su proyecto vital el drama ocupa un lugar indispensable, que fue recalcado por él mismo. Relegar su actividad como «hombre de teatro», y especialmente su decidido impulso a la crítica teatral moderna, implica desconocer un ámbito neurálgico de su figura y supone dejar en sombra la gran mayoría de su obra.
Este volumen reúne, por primera vez, la práctica totalidad de las críticas teatrales publicadas en prensa por Larra, con las variantes, en su caso, realizadas por el autor cuando dio a la imprenta su Fígaro. Se incluyen algunos artículos inéditos, no recogidos en ediciones de las obras larrianas, así como una introducción y más de 500 notas, que ayudan a situar al lector en el entorno en el que Larra desarrolló su actividad.
Magníficamente prologada por Andrés Amorós, La crítica teatral completa, de Larra, se impone como manual de consulta obligada y frecuente para cualquier estudio sobre el autor, y material ineludible para investigadores e interesados no solo en la escena y la época románticas, sino en el género de la crítica teatral".
Rafael Fuentes Mollá es investigador y profesor de la Fundación José Ortega y Gasset y de la Escuela de Letras. Director académico y profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático de Torrelodones/Universidad de Kent, y de la Universidad Antonio de Nebrija. Compagina su labor docente con la crítica literaria y teatral y el articulismo, las adaptaciones teatrales y la edición crítica de obras de teatro.
Hoy, ABC Cultural publica una reseña sobre el libro firmada por Luis Alberto de Cuenca.

Es lo que toca

"Es lo que toca", concluye el periodista Antonio Sánchez-Ocaña en su brillante artículo de Hoy. Me temo que es lo que ha tocado siempre, al menos desde que tengo memoria. Lo pensaba ayer en el paseo, al lado del río: uno rodea cada tarde una ciudad muerta. Y lo peor es que no exagero. Nuestra resignación es indignante.

2.12.10

Pablo, otro homenaje

Pocas personas merecen más que Pablo Guerrero el reconocimiento de quienes llevamos más de media vida escuchando sus canciones y, en los últimos años, leyendo sus poemas. Más aún si uno se encuentra entre quienes han tenido la suerte de tratar al hombre bueno y generoso que, en rigor, es. Sale ahora en el páramo el libro A Pablo Guerrero en este ahora, en edición de Antonio Marín Albalate, donde un puñado de músicos y escritores (poetas en su mayor parte) le rinden justo homenaje. Un honor y un placer, maestro.

Manguel dixit

"Me parece conmovedor que ningún texto literario sea totalmente original, que ningún texto literario sea totalmente único, que sea el resultado de textos anteriores, que esté construido sobre citas exactas y citas erróneas, sobre vocabularios creados por otros y transformados por medio del uso y la imaginación. Los escritores deben hallar consuelo en el hecho de que ninguna historia es verdaderamente la primera y ninguna es verdaderamente la última. Nuestra literatura va más allá en el pasado de lo que alcanza nuestra memoria y llega en el futuro más allá de lo que nuestra imaginación nos permite concebir, pero ésa debe ser la única barrera".
Alberto Manguel, La ciudad de las palabras (Barcelona, RBA, 2010), un libro que da mucho de sí y que uno ha leído gracias a Salvador Retana, que me lo regaló.

1.12.10

Novedad


















Calambur vuelve a dar en la diana. Estoy deseando tener el libro en las manos. Enhorabuena, Basilio.