31.1.13

DENIP

Ayer conmemoramos en clase de Ciudadanía (o como quieran llamarlo ahora), un acto breve y sencillo, el Día Escolar de la No Violencia y de la Paz. Lo celebro desde mis años de profesor en el Seminario, de eso hace más de 30 años.
50 cumple ese Día, creado por Lorenzo Vidal. Lo cuenta él mismo en su carta a los Amigos de DENIP publicada con ese motivo:
El 30 de enero de este 2013 (30 de marzo en los países con calendarios escolares propios del hemisferio sur) se practica el quincuagésimo "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" (DENIP), lo que significa medio siglo promoviendo la educación y la cultura en y para la no-violencia y de la paz. Conocido también por Día Mundial o Internacional de la No-violencia y la Paz, es una iniciativa pionera, no estatal, no gubernamental, no oficial, independiente, libre y voluntaria de educación no-violenta y pacificadora, practicada modestamente en escuelas de todo el mundo y en la que están invitados a participar los centros educativos, los educadores y los educandos de todos los niveles y de todos los países. El procedimiento didáctico de esta actividad de educación en valores debe ser vivencial y permite la autónoma aplicación en cada centro educativo, bajo su propia responsabilidad y según su propio estilo didáctico, lo que ha originado una gran diversidad de realizaciones, a veces incluso contradictorias y no siempre todas ellas compartidas por el fundador de la jornada, pero esto es una consecuencia natural de su flexibilidad y de su libertad metodológica (que deben ser salvaguardadas) y de su gran difusión.
Sin embargo tuvo un origen muy modesto. Nació en 1964 a partir de un breve llamamiento fechado en 1 de enero del citado año y publicado en el número XXIX-XXX de los mallorquines cuadernos literarios "Ponent" y tuvo que sortear circunstancias y obstáculos muy difíciles (actualmente pocos jóvenes se lo pueden imaginar), debido a la situación política de la España de aquellos tiempos, para poder sobrevivir.
Y, evitando sensacionalismos de cualquier clase, durante estos cincuenta años de existencia ininterrumpida ha sido y sigue siendo una siembra a voleo de ideales de amistad, hermandad, tolerancia, compasión, solidaridad, no-violencia, paz y respeto a los derechos humanos en el espíritu de los niños, de los jóvenes y de los adultos a través de la educación. Y en esto está, a mi modesto modo de ver, la causa de su dinamismo y de su continuada vigencia. En un escueto haikai titulado "La flama del Dia Escolar de la No-violència i la Pau" escribí:

Petita flama
que encén, cada any que arriba,
milers de torxes.

Pequeña llama
que enciende, de año en año,
  miles de antorchas

Miles y miles de antorchas que pueden permanecer conscientes o inconscientes, activas o subliminalmente latentes en el corazón de seres humanos de todas las lenguas, de todas las razas y de todas las ideologías".

Llorenç / Lorenzo Vidal

Palabras

M., un alumno de 1º de Primaria (6 años), se refería ayer al Aula Matinal como "la clase de madrugación". ¡Qué razón tiene el crío!

30.1.13

Idilios juanramonianos

Ya es un lugar común que el poeta mas importante del siglo XX español se llama Juan Ramón Jiménez. O al menos eso piensa la inmensa minoría. La Isla de Siltolá, desaparecida por unos meses, vuelve a la luz con uno de los libros esenciales del de Moguer, Idilios, editado con un gusto que habría hecho feliz al meticuloso poeta y compuesto por poemas en su mayor parte inéditos. Todo un acontecimiento, sin lugar a dudas. 
El prólogo es de Antonio Colinas, uno de sus más entusiastas seguidores, y la edición literaria de Rocío Fernández Berrocal, especialista en la obra de JRJ, que le dedica un minucioso y esclarecedor estudio. Escrito entre 1912 y 1913, en el centro de una década prodigiosa, está dedicado a Zenobia.
Porque poco o nada puede uno añadir a lo que otros, con verdadero conocimiento de causa, ya han dicho (remito a la página de la editorial, donde se recogen los ecos que ha propiciado Idilios, así como al artículo enlazado más arriba). Por eso, me limito a transcribir uno de los poemas del libro, el que a mí más me ha gustado:


¿Triste?                                                                 
                Sí; soy un cementerio nuevo,                                                      
que ha estrenado, esta tarde,                                                       
una mujer que ha muerto.

29.1.13

Colomina dixit

"¿Por qué se complicó tanto el mensaje escrito de la arquitectura?", le pregunta Anatxu Zabalbeascoa a Beatriz Colomina en El País Semanal. "Por inseguridad. Los que peor escriben son los que más complican las cosas. Pero la escritura también se complica cuando se complica la reflexión. No hay que temer la complejidad. La arquitectura es compleja. Pero la escritura no debe ser más difícil que lo que trata de describir", contesta la arquitecta española, catedrática de la Universidad de Princeton.  
Uno, que cree en la necesaria distinción entre complejidad y complicación, aplicaría estas palabras a la poesía. La paráfrasis es perfecta.

28.1.13

Wert para creer

Quienes frecuentan este rincón recordarán que durante el pasado curso mi colegio, el "Alfonso VIII" de Plasencia, realizó un proyecto educativo en que se implicaron alumnos, profesores y progenitores: EncaminArte. Pues bien, hace unos meses, el equipo directivo con el director al frente (verdadera alma mater del asunto y quien concibió la idea de llevarlo a cabo) se acogió a la convocatoria nacional del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de los Premios CreArte (BOE nº 219, de 11 de septiembre de 2012) para el fomento de la creatividad en la enseñanza infantil, primaria, especial y secundaria; presupuestada con 300.000 euros repartidos en distintos premios; de ellos, cinco de 20.000 en la modalidad de Primaria. Se veían muchas posibilidades a tenor de la calidad del trabajo realizado y el claustro apoyó unánimemente que se enviara el correspondiente dossier al Ministerio. Las bases, además, se ajustaban como un guante al resultado.
"Hace pocos días -cuenta el mencionado director, Javier Juanáls Castro, en una carta dirigida a la Comunidad Educativa del centro-, ante nuestra petición de información dirigida directamente al departamento correspondiente del Ministerio de Cultura, se nos informa que por motivos económicos y por una decisión tomada por el Ministerio de Hacienda, dichos premios no van a resolverse ni fallar; por lo que todo el proceso queda anulado".
"No sabemos -continúa- si hubiéramos o no recibido premio; en un concurso nacional son muchos los trabajos presentados. Era, eso sí, un buen proyecto y se enviaron materiales y memoria suficientes para dar buena muestra de ello. Lo que sí tenemos claro desde el Claustro de Profesores es que en ningún caso estamos de acuerdo con los motivos en los que se apoya dicha decisión y que estamos buscando vías para mostrar nuestro parecer y opiniones al respecto. Es para ello para lo que os pedimos colaboración y asesoramiento, principalmente a padres y madres conocedores del Derecho (abogados), para que nos aportéis, si podéis, ideas o caminos de actuación. Nos gustaría tomar medidas y decisiones firmes al tiempo que equilibradas y razonadas".
No hace falta añadir que el disgusto es grande y que nos sentimos impotentes ante una actuación sin sentido. Por lo demás, se pregunta cualquiera, ¿dónde han ido a parar esos 300.000 euros ya presupuestados? En este país y visto lo visto (y lo que nos quedará por ver)... Sí, en buena lógica, Montoro gana.
Es verdad que el proyecto cumplió su finalidad, sólo educativa, pero qué bien nos hubiera venido ese plus de reconocimiento por la ardua labor realizada y, para compensar los penosos presupuestos que se manejan, los 20.000 euros de la gratificación. Seguimos. Esto no termina aquí.

25.1.13

Cuentos europeos

Dimos cuenta aquí hace poco más de un mes de un libro de Mario Martín Gijón (Villanueva de la Serena, Badajoz, 1979), Inconvenientes del turismo en Praga, y en la breve reseña se advertía de la existencia de otra obra de título semejante publicada por la editorial asturiana KRK: Inconvenientes del turismo en Praga y otros cuentos europeosPues bien, he tenido ocasión de leerlo y esa lectura ratifica aquella impresión inicial de que estábamos ante un escritor de fuste, dotado para la narración corta pero donde se atisban inequívocas maneras de novelista, quiera o no llevarlas MMG a cabo.
Ocho cuentos componen este compacto y bien editado volumen que ganó en su día el Premio Tigre Juan. "El último guerrillero" tiene como protagonista a un exiliado español en Francia, alguien que conoció a Antonio Machado, y que se acerca cada poco a la frontera. En "Morir el Lisboa" G. vuelve a la ciudad donde conoció a M. En "El destierro de Buġibba" un jubilado británico viaja a Malta donde, por sorpresa, le abandona su esposa tras cuarenta años de matrimonio, lo que relata en un diario. En "Cuestiones de literatura alemana" un bloguero de Saint-Avold, en la región de Lorena, otra frontera (una constante de este libro, por muchas razones, fronterizo): la alemana, alude a asuntos literarios, sí, pero también de índole política. Su final es digno de mención: "Sigo creyendo, desde este lugar deshabitado de ternura, en la belleza de los desconocidos". En "Mis últimos días en Oxford" una chica va a ser expulsada del Exeter College, uno de los más prestigiosos de la famosa ciudad universitaria. Viene de Sheffield, donde vive su padre, contrafigura del relato. En "Nicoleta frente al mar" una inmigrante rumana de Timisoara viaja a Frankfurt (otra constante: la del viaje) para encontrarse con Miroslav. Una historia de amor que es, al mismo tiempo, una metáfora centroeuropea. En el último cuento, "La noche de la señora Kamińska", el que a uno más le ha gustado (además del que da título al volumen), una mujer tan católica como el tópico pinta a las polacas, "de piedra", como su apellido, ve cómo su hija Kasia decide irse a vivir con un hombre mayor que ella.
Escritos con un estilo sobrio, preciso y detallista, que aspira a "no ser notado", estos relatos están, en palabras de su autor, «protagonizados por personajes en cierto modo extraños, marcados por su pasado y con un destino imprevisto», que «se desarrollan en lugares que he conocido: Malta, Alemania, Inglaterra..., pero evitando cualquier referencia autobiográfica».
Qué distinto este estilo del que Martín Gijón gasta en sus versos, al menos en los de su libro Latidos y desplantes, publicado por Vitrubio en 2011, donde prima lo experimental (no me atrevo a denominarlo vanguardista) y se recurre a juegos de palabras y otras distorsiones sintácticas ("epigramas descompuestos"), así como a un minimalismo evidente (pleno de elipsis), lo que da como resultado la obra de un poeta que en nada o casi nada (el viaje y los lugares están también presentes) se parece al que escribió los cuentos reseñados. No conozco Rendición, otro libro de versos que apareció el pasado año en la editorial Amargord y que tal vez nos diera más claves sobre su poesía.
Si a su faceta de narrador y de poeta unimos la de ensayista (Una poesía de la presencia. José Herrera Petere en el surrealismo, la guerra y el destierro, Los (anti) intelectuales de la derecha en España. De Giménez Caballero a Jiménez Losantos y La patria imaginada de Máximo José Kahn. Vida y obra de un escritor de tres exilios) y la de crítico (en las revistas Clarín o Cuadernos Hispanoamericanos, por ejemplo), tendremos que reconocer que Mario Martín Gijón es ya, por derecho propio, uno de los nombres más sobresalientes del panorama literario extremeño y, por eso, español. 

24.1.13

Risas

Aunque con sentido del humor, me considero una persona seria. En más de un sentido. Que sonríe más que ríe. La risa, aunque sana y deseable, no siempre es oportuna. Ni necesaria. Por ejemplo, cuando la vemos, con demasiada frecuencia, en la boca de los políticos sin venir a cuento. La de Montoro, pongo por caso, irritante cuando lo que relata, día sí y día también, no tiene maldita la gracia. O la de Cospedal, tan cínica, como la que gastó aquí atrás para explicar la supresión de las urgencias médicas en algunas zonas de su Comunidad. Por no hablar, en fin, de la del presidente Rajoy, tan patética como todo lo suyo. "Ni trucos ni risas" titulaba mi admirada Sol Gallego-Díaz uno de sus recientes comentarios radiofónicos. Ya sabemos que nos tratan como a tontos. No hace falta que lo subrayen con sus risitas insultantes. 

23.1.13

Guadalupe

En su sección dominical "Mira quién habla", entrevistaba Alonso de la Torre al fraile franciscano Sebastián Ruiz, Padre Guardián de Guadalupe. En la conversación salieron a relucir los problemas habituales del monasterio más importante de Extremadura: su intempestiva pertenencia a la todopoderosa diócesis de Toledo (que don Amadeo les perdone), sus continuas necesidades de restauración, lo complicado que resulta mantener abierta la Hospedería... De vocación tardía, fray Sebastián, que trabajó en Proyecto Hombre, habla alto y claro de esos y otros asuntos; así, no le duelen prendas reconocer el apoyo incondicional del gobierno socialista (personificado en Rodríguez Ibarra y Antonio Ventura, paisano suyo de Campanario), afirmar que Jiménez Losantos es "insano para la salud mental" o que los restaurantes de la Puebla "te trincan" con una "morcilla que es un timo" (porque procede del matadero de Miajadas) y que "no cuidan el turismo", sólo preocupados por el "ingreso fácil". Esto último, me consta, ha molestado en el lugar, por más que, amén de verdad, no deje de resultar anecdótico al lado de lo sustancial de la charla.
A ver si un año de estos puede hacer repicar las campanas para celebrar, como él dice, que el enclave religioso es del todo extremeño. Algo por lo que lucha, desde hace tiempo, Guadalupex y su presidente, Vicente Sánchez-Cano.

22.1.13

Cantos guaraníes

La nueva editorial gijonesa Impronta ha publicado, en su colección Carta Blanca, Cantos guaraníes en una edición compartida entre el español José Luis García Martín y el paraguayo Cristian David López (que existe, aunque en un primer momento, conociendo al primero y su gusto por la heteronimia y su facilidad para recrear, lo puse en duda).
Como bien se dice en la contracubierta del libro, "Buena parte de la mejor poesía de todos los tiempos es de autor anónimo. Anónimos son los romances castellanos y la lírica arcaica griega, la épica medieval y las coplas del cante hondo andaluz. También la mejor poesía guaraní, que nada tiene que envidiar a la poesía popular escrita en cualquier lengua, es anónima. Durante siglos fue rodando de boca en boca, de memoria en memoria, y solo tardíamente beneméritos investigadores la pusieron por escrito. Pero sigue prefiriendo el canto y la recitación a la letra impresa."
Recordaba uno, antes de entrar en materia y disfrutar de esta poesía, con la debida distancia y con mucho cariño, la lectura de la famosa antología de Poesía Primitiva que preparó Ernesto Cardenal (Alianza Tres, 1979) y que leí con sumo gusto siendo muy joven. Lo digo por la frescura que emana de estos versos sencillos que, sin lugar a dudas, definen mejor que cualquier tratado lo que la poesía es. Sí, esta es la rosa. Algo que se aprecia en otros florilegios parecidos, de los que por suerte disponemos los lectores en español.
La hermosura de lo simple, de los sentimientos puros, aflora aquí con toda naturalidad. Lo popular también es esto; o lo anónimo, por decirlo de otra manera.
Por lo demás, es magnífico que una lengua no muera, para alegría de Steiner y de todos, y que aquello que en un tiempo fue sólo oral acabe siendo escrito, algo menos frágil y perecedero. Con todo, uno se pregunta cómo sonarán estos poemas en esa lengua que parece ilegible.
El amor, la muerte, la naturaleza, etc. son los temas de estas "recreaciones" escritas en el idioma de "la alegría cotidiana, de las fiestas, de la tertulia con los vecinos, de la intimidad". Al leerlas, uno no pude evitar sentirse el descubridor de la mismísima Poesía.

21.1.13

Espriu

Fundada por Ramon Pinyol, como director, Maria Mercè Marçal y Xavier Bru de Sala, la editorial catalana Llibres del Mall apareció en 1975 y en 1986 publicó su último título. Impulsó la nueva poesía joven de aquel país, por decirlo con Pla, al tiempo que difundía la obra de algunos autores de generaciones anteriores, como Miguel Martí i Pol o Salvador Espriu. 
Sí, en aquel catálogo aparecieron sus Obras completas, traducidas al castellano por Andrés Sánchez Robayna y Ramon Pinyol, en tres gruesos volúmenes que uno conserva como oro en paño: 1: Cementerio de Sinera / Las horas / Mrs. Death / El caminante y el muro / Final del laberinto. Barcelona, 1980; 2: La piel de toro / Libro de Sinera. Barcelona, 1981 y 3: Para el libro de salmos de estos viejos ciegos / Semana Santa / Forma y palabra. Barcelona, 1981. De vez en cuando vuelvo a esa poesía exigente, seca, intelectual y sugestiva, sobre todo a la más judaizante, que se puso en parte de moda en la Transición por causas, claro está, completamente ajenas a su propia esencia o razón de ser. 
Nacido en Santa Coloma de Farners en 1913, al poeta se le va a dedicar el Any Espriu, por lo del centenario (por qué si no), que arranca el miércoles. Como entonces, cuando uno era joven y leía sus versos con asombro, se tomará su nombre en vano para reivindicar asuntos que, con estar presentes en su obra, no son, como decía, los sustanciales. Supongo que es una garantía a favor del rigor y del seny que el comisario del invento sea el citado Bru de Sala, poeta él mismo. 
Carles Geli explica con detalle en El País qué se ha preparado para tan fausta ocasión. Lo importante, al menos para uno, es que los versos de Espriu, un hombre fiel a su lengua, el catalán (no se imagina uno esos poemas en otra), vuelvan a recuperar lectores. A ser posible, entre los más jóvenes; aquellos que no vivieron sus años de mayor notoriedad, lo que en el caso de un poeta, salvo que se llame Richard Blanco, siempre es poca. Por lo pronto, la obra del autor de Cementeri de Sinera será de lectura obligatoria en las escuelas entre 2013 y 2015, una curiosa medida política. 
Celebremos su any con uno de sus poemas, acaso el más conocido. Tan hermoso, por cierto, como actual. ¡Salud, Espriu!

Ensayo de cántico en el templo

¡Oh, qué cansado estoy
de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra,
y cómo me gustaría alejarme,
hacia el norte,
en donde dicen que la gente es limpia
y noble, culta, rica, libre,
despierta y feliz!
Entonces, en la congregación, los hermanos dirían,
desaprobando: «Como el pájaro que deja el nido,
así el hombre que abandona su lugar»,
mientras yo, bien lejos, me reiría
de la ley y de la antigua sabiduría
de mi árido pueblo.
Pero no he de realizar nunca mi sueño
y aquí me quedaré hasta la muerte.
Pues soy también muy cobarde y salvaje
y amo, además,
con desesperado dolor,
a esta mi pobre,
sucia, triste, desdichada patria.

Versión de José Corredor-Matheos
En A media voz

20.1.13

Willys de Castro


Willys de Castro. Torsión, 1958

Foto: Colección Patricia Phelps de Cisneros
Tenía razón la coleccionista de arte venezolana Patricia Phelps de Cisneros al afirmar, en su conversación con Fietta Jarque publicada ayer en El País, que “El gran descubrimiento en esta exposición [se refiere a  La invención concreta] es el brasileño Willys de Castro (1926-1988). El único museo que tiene obras de este artista, fuera de Brasil, es el MoMA”. Y añade: “En esta muestra le vamos a dedicar una sala entera. Mi obra favorita es un palito pintado de blanco y negro, con un mínimo rectángulo en el medio. Hay que moverse alrededor para comprenderlo. Una obra pequeña pero con una fuerza enorme. Lo descubrí hace treinta años y nunca lo he dejado de amar. El mundo no conoce a Willys y nosotros le hemos dado una sala completa. Estoy muy ilusionada”. Tras leer esto busqué imágenes de su obra en Google y, claro, asentí. Lo próximo será ir a ver la exposición del Reina Sofía. Si es posible.

19.1.13

Una reseña, en CHA


HAGAMOS DE ESTE LUGAR UN TERRITORIO

Julio César Galán

Revisiones y preliminares

La apertura de esta primera antología, Un centro fugitivo, se realiza con un prólogo de Jordi Doce en el que se desgranan diversas temáticas, distintas edades poéticas y algunos puntos de apoyos para el lector. Estos poemas representan veinticinco años de creación constante, progresiva y de gran angular. ¿Por qué esa delimitación temporal? Pues el propio autor lo explica: “Educado en el orden, me gustan las cifras redondas. Por eso sugerí datar los poemas aquí reunidos entre 1985 y 2010, aunque antes de la primera fecha (marca la publicación de mi primer libro) ya hubiera escrito algunos versos y tras la segunda haya seguido haciéndolo. Venticinco años pueden dar, ya se ve, para bastante.” Además de ese prólogo, Jordi Doce ha realizado la selección de esta representación de lo escrito por el poeta placentino para la esplendida colección “Arrecifes” de la editorial Isla de Siltolá. Y entre todos estos inicios están los más importantes, los de los poemas. A modo de pórtico esta selección comienza con “Hojas de acanto y rosas”, esencial en palabras de Valverde ya que significa una anticipación de lo que vendrá posteriormente. En este “núcleo germinal” de título neomodernista, que es lo único que tiene de esta etiqueta difusa, se presentan varios aspectos temáticos en los cuales se profundizará después con libros como A debida distancia (1993) o Ensayando círculos (1995) , me refiero a ese ámbito natural, en este caso de varios planos y que perfilan, en primer lugar, esa “vieja piedra de molino”, en luz, en la coordenada temporal de la siesta, que da paso a un huerto sombrío donde se crea un claroscuro, reforzado desde el color por el aroma del limón. Acaba el poema con el siguiente deseo: “Hagamos de este lugar un territorio”. Ese deseo se convierte en un lema y por lo tanto, en camino de toda la obra, con todos sus matices, proyecciones y variantes. Este texto junto con el de Territorio (1985), “Mr T.S.Eliot, Russell Square” y los fragmentos de los Marinos Inmóviles (1996), establecen las coordenadas que posteriormente marcarán en profundidad e intensidad sus libros de asentamiento de la voz y de reconocida madurez. En esa hoja de ruta varios puntos formales y argumentales establecen el recorrido: la sugestión de la poesía inglesa, en concreto, de la poesía del mencionado Eliot y otros como Keats o Tomlinson; el ejercicio meditativo de indagación en lo real (Luis Cernuda, Francisco Brines y César Simón al fondo); y una doble concepción del viaje que, por un lado, “invita al vuelo de la imaginación, feliz de fugarse y soslayar las limitaciones del cuerpo”, y por otro, como medio de observación y de prospección en el recuerdo. Estos son los perfiles que marcan una trayectoria poética desde el orden y calidad.

Mediodía será Madurez: Aquí

Convertir el eco en voz y en escasísimas ocasiones en estilo puede realizarse en dos o tres libros, durante toda una vida creativa o nunca. La mayoría de los casos acaba en ese nunca. Muchos piensan que todas esas generaciones formadas por listas interminables de poetas metidos, en numerosas ocasiones, con calzador son estáticas, pero de cada siglo quedan un número muy reducido de poetas cuya cantidad no sobrepasa los dedos de las dos manos. A Álvaro Valverde se le inscribió en la denominada “Generación del 80” y no hay nada peor para un poeta que colocarlo junto a una distorsión de nombres y aspirantes porque al final las mentiras suelen creerse. El poeta extremeño es de los pocos que seguramente pase esa criba del tiempo; una antología de este tipo supone una prueba y una valorización. Algunas son las diferencias con los cuños generacionales, pongamos las tres más llamativas: la exclusión de la ironía (la tan cacareada ironía), la ausencia de ese carácter anecdótico simplón y la presencia constante de la naturaleza, pero no desde la “visión edulcorada del paraíso” del locus amoenus sino como campo de pruebas para la reflexión y el conocimiento. Esta cara también presenta su “cruz”, es decir, las similitudes: el monólogo dramático, las posibilidades experienciales o las huellas del tiempo y de la ciudad. Aquí hay que decir que los poetas destacables presentan estas afinidades de una manera más avanzada, transformando los lugares comunes en zonas de atracción para el lector aventajado. Así cambiamos el monólogo dramático al uso por la acción metalectora. ¿Qué quiere decir esto? Pues vayamos a esa transacción en el que la creación poética se vuelve diálogo, un intercambio en el que el yo se vuelve un tú textual, para convertirse finalmente en poema propio. Así cambiamos posibilidades experienciales por un ir más allá de la superficie, en una distancia con la identidad, colocando en una misma frontera lo interior y lo exterior. Así cambiamos las huellas del reloj y de la ciudad por una disección del espacio del tiempo y viceversa. Un ejemplo lo tenemos en el título y los poemas de Las aguas detenidas (1989), en el que aún no se ha producido la metamorfosis de la voz en estilo, por diversas razones, las cuales pueden resumirse en que la expresión todavía resulta ampulosa, con cierto tono celebratorio, con algunos añadidos como “níveo envés”. Algo que después se tornará en esa exquisita sequedad, en ese despojamiento de lo innecesario lingüístico, en un ritmo acorde con lo expresado.
En Las aguas detenidas observamos unos poemas de transición. Se podría decir, desde un punto de vista de general, que los tres primeros libros, si consideramos Territorio como un prólogo, formarían un esquema de inicio de la palabra poética, en primer lugar, con sus deudas y búsquedas (Las aguas detenidas); de punto medio en mutación y progreso (Una oculta razón); y una resolución de la voz, ya hecha, en este tercer estadio: A debida distancia. Todo ello para dar paso al grueso de su obra: Ensayando círculos, Mecánica terrestre (2002) y Desde fuera (2008). Faltan aquí, en esta antología, los poemas de El reino oscuro (1999), o mejor dicho, el poema dividido en seis movimientos por donde las constantes poéticas de Álvaro Valverde se muestran en “fugaz transparencia” y en el que hace suyas “las razones de Anteo”. Alrededor de este poemario están estos tres últimos libros publicados por Tusquets, que especifican y matizan obsesiones, además de cerrar un ciclo, ya que su unidad tanto formal como argumental promueven una relación de este tipo. En el caso de Ensayando círculos se ahonda en ese verso de Claudio Rodríguez: “Busco el sitio, la distancia”, el cual podría ser el resumen de estos tres libros. Mecánica terrestre junto con Desde fuera es uno de los libros más representados en esta antología, con sus homenajes a Plossu o Gil-Albert, con sus geografías apacibles, cercanas y extranjeras, y sobre todo, con las imágenes de cuanto se tiene. Todo lleva a ver la vida en las afueras: “Vivir es deslizarse, repetiste,/captar nuestra existencia de soslayo/o verla desde lejos, en lo alto/con la perplejidad del que contempla.”

 De un lugar a otro

Decía Wittgenstein que los “límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo“; a veces, Álvaro Valverde parece decirnos lo contrario. Territorio fue el primer aviso para entrar con posterioridad en Las aguas detenidas. La primera diferencia que nos asalta de ese segundo poemario con los demás libros es la ausencia de títulos, la numeración aporta unidad a la mirada. Si hay un rasgo que define estas aguas versales se refleja en esos claroscuros: “A la hora desierta y fugaz del mediodía,/cuando el azar devuelve en cifra acibarada,/como una representación de lo vivido,/el pasado y sus sombras […]” o también: “A la imagen de un lugar mi  memoria/regresa desvelando las cifras de la noche,/el lenguaje silente de la tierra,/los signos de la luz.” Ahí tenemos ese choque de memoria y lugar, de tiempo y espacio, todo arropado por una palabra que se repite y por eso se carga de una significación especial: mirada. Jardines, azoteas, laberintos o cementerios pueblan Una oculta razón, premio Loewe; este poemario recoge esos choques del libro anterior, pero aquí se sueltan lastres de adjetivaciones o de expresiones algo retorcidas. Y en el centro argumental vienen los ecos de esas sombras, llegan esas muertes tan calladas, el primer verso del poema “Cementerio alemán, Yuste” ejemplifica esto: “Tiene la muerte una medida exacta”. Por otro lado, A debida distancia encauza ese acercamiento al diálogo consigo mismo que se había entrevisto en muestras anteriores, algunos de esos modelos está en “Leyéndome a mí mismo” o con otros autores como Pessoa: “Al fondo de la noche”. En esos diálogos el viaje se bifurca en el recorrido estático de la contemplación y en el dinamismo del itinerario por paisajes extranjeros o lugares como Plasencia, así lo local se universaliza y viceversa, todo expresado y recogido en voz baja e íntima.
Y toda esta primera etapa da paso a otra edad (Ensayando círculos, Mecánica terrestre y A debida distancia) en que la búsqueda de un lugar prosigue y el nomadeo por las estelas del horizonte se recoge en su justa medida, es decir, en una voz hecha, formada por la austeridad en la retórica, con esas composiciones de espacios como “suma de destellos” y siempre en un itinerario que presenta aportaciones para el lector.

El cierre: los inéditos

Este centro fugitivo termina con una serie de inéditos de un libro futuro. Esa segunda etapa parece dar cabida a poemas cuyas características más representativas son una tendencia a la brevedad y a la sugerencia. Este hecho representa un cambio en la creación poética de Álvaro Valverde ya que estamos acostumbrados a que el poeta extremeño alargara su mano en el verso y como consecuencia que hubiese más presencias que insinuaciones. Pero esto no cambia lo esencial: esas obsesiones tan suyas, ahí están lugares como Tánger o Lisboa (emocionante leer el recuerdo de Ángel Campos Pámpano), o también ese poema, “Aquí“, en donde la búsqueda ya se ha encontrado: “Permaneces aquí/por propia voluntad:/es éste tu lugar./Tú eres de él”; ahí está la memoria y alguna de sus rémoras: “Con la melancolía viaja una mirada/que nos devuelve aquello que ensayamos vencido”. En fin, un gran acierto esta antología, tanto por los poemas seleccionados como el momento adecuado y siempre a debida distancia de su publicación.
 
Álvaro Valverde: Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010). Isla de Siltolá (Colección Arrecifes). Edición de Jordi Doce. Sevilla. 2012. 

(Nota: Esta extensa reseña ha aparecido en el nº 750, diciembre de 2012, de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, en la sección “Punto de vista”.)