26.4.11

Gonzalo Rojas

Parecía inmortal, era un gran vitalista, pero... Conocí la poesía de Gonzalo Rojas allá por los ochenta, a través del crítico Jorge Rodríguez Padrón, que fue un buen amigo suyo. A punto estuvo de heredar su puesto en la Universidad de Utah, donde el chileno trabajó durante años. De eso hace mucho. Lo leí con interés. Luego, la cosa cesó. Por nada en especial. Un gran poeta, sin duda. Su poesía es apasionada y excesiva (en el mejor sentido del término) y a uno, como lector, esa manera de proceder siempre le ha apabullado. Recuerdo una breve conversación que mantuve con él en un pasillo del hotel Palace de Madrid, en la entrega de uno de los premios Loewe, del que fue jurado. Era afable, cariñoso. Y de aspecto muy menudo. Parece mentira que un cuerpo así y un temparamento, en lo aparente, tan tranquilo y discreto  pudiera dar a luz semejantes versos. Un misterio. El de la poesía.