Me digo mientras conduzco: vivo en Plasencia desde que nací. Durante los tres años que estudié en Cáceres estuve ausente, sí, por más que volviera (casi) cada semana. Lo demás, viajes breves y esporádicos. En 1985 empecé a trabajar en la enseñanza pública. Llevaba ya cinco años dando clases en la privada. Pues bien, desde ese año, y han pasado veinte, sólo he trabajado en Plasencia seis meses. ¿Quién le puede tener miedo al coche y a la carretera? Ayer, Madrid. Hoy, Mérida. Mañana... ¡Ribera del Fresno! Que no decaiga.