Por aquello de que nuestro hotel quedaba al lado, visitamos hace unos días la nueva sede de la Fundación Caixa Galicia en La Coruña, un edificio de esos que llaman "emblemático", obra del arquitecto británico Nicholas Grimshaw. Tiene un par de ascensores exteriores muy solicitados. Las vistas sobre el puerto son estupendas. Pudimos ver allí varias exposiciones. Para empezar, una titulada "10 años, 10 artistas", con cuadros de Picasso, Tapies, Saura, Millares o Sean Scully que pertenecen a los fondos de la casa. Para seguir, una muy breve de Francisco Leiro, con imponentes esculturas de madera centradas en el maldito asunto del chapapote. También recorrimos la muy publicitada de Diego Rivera (a falta de su esposa, la inevitable Frida Kahlo, como ha recordado Forges) que a mí no me gustó nada. Dejo para el final la joya de la corona: la de la donostiarra Cristina Iglesias centrada en una instalación muy parecida a la que expone estos días en el Museo Ludwig de Colonia. Pena que el espacio sea, a mi modo de ver, insuficiente para apreciar en su justa medida la magnífica y sugerente propuesta artística de la viuda del escultor Juan Muñoz.