El día ha dado de sí. Empezó, temprano, con la visita dominical a mi madre. Siguió, tras un vistoso paseo por el espléndido campo extremeño, en el zoco de Ahigal, un mercadillo que llena de mercancías y de gente algunas calles y plazas del pueblo. Continuó con una sabrosa comida en el cruce de Mohedas a la que siguió, después de otro corto recorrido por las orillas del pantano de Gabriel y Galán, un café al sol en una terraza de Hervás. Ha sido el tiempo destinado a indignarse con la lectura de la prensa de día. Qué pena de compatriotas, por llamar a esa tropa de alguna manera. Para terminar, con escala en Plasencia, Alberto y yo nos hemos acercado al molino. El muchacho quería ver a Brutus. No anda muy allá. Y no sólo porque siga cojeando. Dicen que a lo mejor está preñada. Uno... He aprovechado para dar mi paseo "corto". ¡Cómo está el campo! No estaría mal terminar el día volviendo a ver Un viaje a Italia (o Te querré siempre), la película de Rossellini que ponen esta noche en Canal Extremadura Televisión.