11.9.07

Aguascalientes

Hace ahora cuarenta años que se creó el Premio de Poesía Aguacalientes en su formato actual, aunque su trayectoria se iniciara, como Juegos Florales, en 1931. Bajo esa denominación lo ganó, entre otros, nuestro paisano Enrique Díez-Canedo. Con ese motivo, el suplemento La Jornada Semanal, del diario mexicano La Jornada, le dedica un oportuno monográfico. No en vano, su director, Hugo Gutiérrez Vega (que dedicara, por cierto, un libro a Plasencia y a La Vera), es uno de los ganadores del prestigioso premio. Al repasar la nómina, uno se sorprende. Si todos los galardones poéticos... Ahí están José Luis Rivas, Coral Bracho, Fabio Morábito, Efraín Bartolomé (al que acaba de publicar Renacimiento), Antonio Deltoro... El citado número recoge una amplia antología. Elijo, a modo de homenaje, un poema de José Emilio Pacheco, "Crítica de la poesía", que, cómo no, ganó en 1969 el Aguacalientes con No me preguntes cómo pasa el tiempo, el segundo año que se convocó. No pudo empezar con mejor pie. Y como digo, la fiesta no ha decaído. ¡Larga vida!

He aquí la lluvia idéntica y su airada maleza.
La sal, el mar deshecho...
Se borra lo anterior, se escribe luego:
Este convexo mar, sus migratorias
y arraigadas costumbres,
ya sirvió alguna vez para hacer mil poemas.

(La perra infecta, la sarnosa poesía,
risible variedad de la neurosis,
precio que algunos pagan
por no saber vivir.
La dulce, eterna, luminosa poesía.)

Quizá no es tiempo ahora.
Nuestra época
nos dejó hablando solos.