15.11.07

Viajes de invierno

Ya quisiera uno poder hacer viajes de invierno... Lo digo porque dice mi admirado Félix de Azúa que "el viaje de invierno está regresando. De momento sólo entre espíritus abrumados y líricos, pero no tardarán en sumarse los espíritus prácticos y voluptuosos". No sé si sería pertinente que aterrizara en los cuerpos para precisar que éstos, salvo excepciones, y más allá de la Semana Santa y las Navidades (donde el turismo abunda tanto o más que en verano), se deben a un determinado calendario laboral con sus (casi) forzosas vacaciones estivales.
"Contaba Robert Kaplan -concluye Azúa- en su bello libro Mediterranean Winter, la impresión magnífica de los desolados paisajes sicilianos, tunecinos o adriáticos, opalescentes y verdinegros, los templos lejanos cercados por nubes bajas, la lluvia veneciana que lava los mármoles, todo ello desde un café recoleto cuando ningún turista osa asomarse al invierno marino y las olas parecen solfataras. En esos delicados momentos dejas de sentirte como un turista y vuelves a ser humano".