Ayer recorrí una vieja ruta de mi juventud. Desde Candelario a La Garganta y de allí a Hervás. Entonces era uno capaz de hacerla caminando. No en vano aprendí a andar cerca de allí, en Béjar, en el verano de 1960.
Desde el coche fui reconociendo algunos picos a los que subía hace años: Peña Negra, El Calvitero, La Ceja, La Muela... Detrás, en Hoya Moros, donde nace el río Cuerpo de Hombre (¡qué nombre para un río!), celebré un cumpleaños. Estuvimos allí acampados, de paso a la Laguna de Solana, y cenamos una sabrosa carne de cabra frita.
En La Garganta, muchos años después, estuvimos Yolanda, mi hermano Fernando y yo camino del campamento del Arca, en Puerto de Béjar. Nunca ha contado uno sus tres retiros veraniegos al lado de Lanza del Vasto, el poeta francés de origen siciliano, el autor de Peregrinación a las fuentes. Sé que esa experiencia espera desde hace años ser escrita. Poque sólo así será del todo verdad.
Desde el coche fui reconociendo algunos picos a los que subía hace años: Peña Negra, El Calvitero, La Ceja, La Muela... Detrás, en Hoya Moros, donde nace el río Cuerpo de Hombre (¡qué nombre para un río!), celebré un cumpleaños. Estuvimos allí acampados, de paso a la Laguna de Solana, y cenamos una sabrosa carne de cabra frita.
En La Garganta, muchos años después, estuvimos Yolanda, mi hermano Fernando y yo camino del campamento del Arca, en Puerto de Béjar. Nunca ha contado uno sus tres retiros veraniegos al lado de Lanza del Vasto, el poeta francés de origen siciliano, el autor de Peregrinación a las fuentes. Sé que esa experiencia espera desde hace años ser escrita. Poque sólo así será del todo verdad.