No es la primera vez que un escritor critica la pedagogía. Recuerdo, por ejemplo, algunos artículos de Muñoz Molina. En éste, hay mucha dureza. Mi hermano Jesús y su mujer son pedagogos. Por Salamanca. Y, además, enseñan pedagogía. Uno es maestro. ¡Cómo para no darse por aludido! Que cada cual, eso sí, opine.