Como otros de los que he venido hablando aquí, éste ha sido un libro largamente esperado. Aunque no lo parezca, uno de los primeros que tuve intención de publicar cuando llegué a la Editora, allá por 2005, lo que no resulta difícil recordar hoy que se cumplen cuatro años de la triste muerte de Fernando Pérez. Me refiero a Viaje a Pascoaes, de António Cândido Franco, profesor de la Universidad de Évora, poeta y novelista, que aparece en traducción de su compañero de departamento, Antonio Sáez Delgado. En Viajeros y Estables, una colección que tuve la suerte de poner en marcha; dentro de una línea editorial que también concebimos entonces, Letras Portuguesas, algo que no se hace explícito en ninguna parte de esta preciosa edición diseñada por Rodríguez & Espada.
La referencia, ya se dijo, es el poeta portugués Teixeira de Pascoaes (del que el citado Sáez publicó una antología fundamental en Trea), el amigo de Unamuno, y Cândido Franco viaja a sus lugares, al "noroeste galaico de la Península Ibérica", en torno a la casa familiar de São João de Gãtao, en la parroquia de Amarante. "La gente que habita los lugares de Pascoaes, dice, no muere, porque cultiva, junto a la uva, la saudade". Por algo Pascoaes ideó el Saudosismo. "El libro, precisa su autor, se presenta como una novela de viaje". "Es necesario, concluye, contar historias para no permitir que muera el mundo".
La referencia, ya se dijo, es el poeta portugués Teixeira de Pascoaes (del que el citado Sáez publicó una antología fundamental en Trea), el amigo de Unamuno, y Cândido Franco viaja a sus lugares, al "noroeste galaico de la Península Ibérica", en torno a la casa familiar de São João de Gãtao, en la parroquia de Amarante. "La gente que habita los lugares de Pascoaes, dice, no muere, porque cultiva, junto a la uva, la saudade". Por algo Pascoaes ideó el Saudosismo. "El libro, precisa su autor, se presenta como una novela de viaje". "Es necesario, concluye, contar historias para no permitir que muera el mundo".