Es lo que tiene ser poeta: se muere cerca de Amiens Carlos Edmundo de Ory y le dan en Madrid el Loewe a Joaquín Pérez Azaústre.
Nunca captó uno con la debida intensidad y sin la inoportuna torpeza esa poesía desmesurada y de pirueta vanguardista propia del gaditano. Más sus aerolitos. En cuanto a Azaústre -y no estoy comparando nada-, al que felicitamos desde aquí por este premio que ya ganó hace unos años en su versión "joven", leeremos sus nuevos poemas de Las Ollerías con todo el afecto y la atención que merece. Por cierto, una nueva saga, esta vez cordobesa, se perfila como sucesora de otra que aportó al ya veterano galardón libros importantes: la valenciana. Que sea para bien.
Nunca captó uno con la debida intensidad y sin la inoportuna torpeza esa poesía desmesurada y de pirueta vanguardista propia del gaditano. Más sus aerolitos. En cuanto a Azaústre -y no estoy comparando nada-, al que felicitamos desde aquí por este premio que ya ganó hace unos años en su versión "joven", leeremos sus nuevos poemas de Las Ollerías con todo el afecto y la atención que merece. Por cierto, una nueva saga, esta vez cordobesa, se perfila como sucesora de otra que aportó al ya veterano galardón libros importantes: la valenciana. Que sea para bien.