Escucho al jefe del PP de Extremadura en la radio. Un tal Monago. Está en Sevilla, en la convención nacional de su partido. Eufórico, como todos. Dice que va a hablar allí en "extremeño" (sic). El otro día, en el Senado, forzaba su pronunciación castúa. Para molestar a los nacionalistas, claro. Era patético. Parecía uno de esos actores madrileños que tienen que grabar un anuncio de, pongo por caso, una marca de tomates en conserva de Miajadas o de una de las tortas del Casar y se les nota a la legua que no son de aquí. ¿Éste es el mismo que luego se escandaliza cuando sale a la palestra el asunto de las diferentes lenguas de España? Al menos aquéllas existen como lenguas y lo del "extremeño" no es, a estas alturas, más que una invención.