No, no me voy (salvo a Sevilla, dentro de un rato). Me refiero al título de la revista bimestral de la empresa mixta de servicios funerarios, Funespaña. Su redactora-jefa es, por cierto, la conocida periodista radiofónica Nieves Concostrina. Se distribuye gratuitamente y tiene, ay, una amplia difusión.
Hace unos meses recibí un mensaje de Javier Gil Martín donde me presentaba esa rara publicación y, de paso, me pedía un poema para la sección que allí coordina: "Versos para el adiós". Con dos condiciones, eso sí: "el poema no puede ser muy fuerte (la revista se reparte en sitios no muy festivos, y los potenciales lectores es posible que no estén en su mejor momento) y tampoco ha de ser muy largo (por el formato de mi sección)". Después de tocar madera y respirar hondo, le dije que sí. Tenía uno a mano, el mismo que me había pedido un amigo de Badajoz para que le sirviera de "felicitación" navideña, ya que acababa de morir una de las abuelas de la casa y nada le parecía más adecuado para enviar a la familia en esas significativas fechas.
En el último número, el 93, se publica "De bien morir" junto a "Que la vida iba en serio", de Karmelo Iribarren. La sección se completa con un artículo de Gil Martín sobre el poeta cubano Severo Sarduy y dos de sus poemas.
Hace unos meses recibí un mensaje de Javier Gil Martín donde me presentaba esa rara publicación y, de paso, me pedía un poema para la sección que allí coordina: "Versos para el adiós". Con dos condiciones, eso sí: "el poema no puede ser muy fuerte (la revista se reparte en sitios no muy festivos, y los potenciales lectores es posible que no estén en su mejor momento) y tampoco ha de ser muy largo (por el formato de mi sección)". Después de tocar madera y respirar hondo, le dije que sí. Tenía uno a mano, el mismo que me había pedido un amigo de Badajoz para que le sirviera de "felicitación" navideña, ya que acababa de morir una de las abuelas de la casa y nada le parecía más adecuado para enviar a la familia en esas significativas fechas.
En el último número, el 93, se publica "De bien morir" junto a "Que la vida iba en serio", de Karmelo Iribarren. La sección se completa con un artículo de Gil Martín sobre el poeta cubano Severo Sarduy y dos de sus poemas.