2.4.12

Más Lunas de Poniente

Dos nuevas entregas, C y D, se suman a la extremeñísima colección dirigida por Elías Moro y Marino González para De la Luna Libros. Un libro de Antonio Gómez, emeritense de Cuenca, y otro de Antonio María Flórez, colombiano de Don Benito. Todas las islas lejos y Bajo tus pies la ciudad, respectivamente. 
Es un tópico comentar que Antonio Gómez es, ante todo, un poeta visual o experimental o como quiera que se llame a esa forma suya de abordar la poesía. En mis tiempos de la Editora, llegué a convencerlo para publicar su obra completa; edición que, a pesar de sus reticencias, no incluiría la poesía, digamos, escrita. Sí, porque él valora por igual una y otra; lo que se ve y lo que se lee, que no deja de ser lo mismo. 
Este libro forma parte de esa "poesía escrita". Una poesía frágil, delgada, sencilla, próxima a lo aforístico y lo reflexivo, cercana, impresionista, cálida que no por eso deja indiferente al lector, sino más bien al contrario.
También ahí está el intenso poeta que Antonio Gómez es. Más íntimo, como si pudiéramos verlo sin esa mirada penetrante y esa larga y poblada barba que le distinguen. Y menos callado de lo que suele.
Cuenta la periodista Mercedes Barrado que en su reciente paso por el Aula "Díez-Canedo" de Badajoz no le dio tiempo a leer poemas "a la antigua usanza". Primó lo visual, que incluye acciones y performances. Lo que más le gusta, además, a los muchachos.

De apariencia ligera, frívola a ratos, pero desengañada y hasta trágica otros, la poesía de Antonio María Flórez muestra en este libro (lleno de citas) su faz más genuina. Traspasada cierta edad, el personaje de estos poemas se aferra a la vida. Unas veces para celebrarla y cantarla gracias a los fervores de los cuerpos, del amor y del sexo, y otras para despreciarla por culpa de los desengaños y frustraciones que arrastra cualquier existencia. 
Bares (Avalon, Cuatro Rosas...) y noches, no lugares (salas de espera, estaciones de paso...), parques (llenos de recuerdos de muchachas en flor), "tontos amores" y otros que no (la tabla de dedicatorias da cuenta de la importancia que para AMF tienen las mujeres: "he amando/ una y tantas veces"), conforman el imaginario de Bajo tus pies la ciudad, sin olvidar a ésta, la ciudad, entendida como el lugar donde tienen lugar todas las apariciones de ese personaje, insomne, bebedor, melancólico, sentimental, nómada y fantasmal (en el mejor sentido), que protagoniza estos poemas. 
Sólo una cosa más: sigo sin comprender la anomalía tipográfica de colocar el índice después de los epígrafes inicales, caso de tenerlos, como también ocurría en el libro de García Calderón. No, no me gusta.