Conociendo el percal, dudo mucho que, como dice el señor Del Pino, haya reformas (dejémoslo en recortes) ni nuevos proyectos. Falta lo fundamental: equipo, algo más que cuatro nombramientos de nuevo cuño y otros tantos renovados.
Hay excepciones, sí, y conviene señalarlas. Siquiera locales. En Plasencia, por ejemplo, donde las cosas se están haciendo bien. Hay equipo (de dos, pero qué dos), un concejal con excelente disposición y un alcalde leído y culto dispuesto a que la ciudad sea digna de su rica tradición cultural, se la declare Patrimonio de la Humanidad o no.
Muchas vueltas después, uno se pregunta, ¿qué ha hecho el señor Del Pino y otros cultos conversos como él, gente con mando en plaza, por la cultura real de esta tierra? ¿Han escrito algún libro, han pintado algún cuadro, han compuesto alguna canción? ¿Estuvieron al menos una vez en la tarea de construir, desde donde fuera, la base cultural (pública) de la que llegamos a disponer, tras arduos esfuerzos, o eran de los que se conformaban con quejarse desde casa?
Se pueden hacer cosas con menos dinero, sin duda, pero no a coste cero ni deteriorando hasta el límite los servicios. En efecto, "no es la cultura, como casi todo, una cuestión de presupuesto exclusivamente". Con todo, esta región es la que es, viene de donde viene y está como está. Me hace gracia ese concepto generalizado de la cultura como algo que uno debe hacer gratis, como lujo que es, por amor al arte, y no como necesidad.
De poco sirve, en fin, gestionar desde lo público sin el debido respeto, la necesaria ambición, el preciso criterio y, por descontado, sin las consabidas dosis de conocimiento. Tiempo al tiempo. Suponiendo que Monago llegue a tenerlo.
En todo caso, con dinero público o sin él, con políticas culturales o sin ellas, la realidad es terca. Por eso termino con unas palabras del novelista Eugenio Fuentes (Montehermoso, 1958), tomadas de su último artículo dominical, publicado en el mismo periódico del señor Del Pino: "En la Extremadura de hoy, que no es poderosa, lo más poderoso es su literatura. No tenemos equipos de fútbol en primera división, no ocupamos un lugar de primera fila en la parrilla de salida de la industria o el turismo, pero sí estamos en el grupo de cabeza de las letras." (HOY, 20 de mayo de 2012). Puede ser.