José María Cumbreño ha tenido la excelente idea de publicar en sus certeras y modestas Ediciones Liliputienses, Colección La Biblioteca de Gulliver, El desierto está creciendo, una mínima, pero sustancial, antología de José Antonio Llera (Badajoz, 1971). Que sea breve es lógico; al fin y al cabo, el profesor e investigador de la Universidad Complutense (que publicó en 2006 Los poemas de cementerio de Luis Cernuda), es autor de tres libros de poemas: Preludio a la inmersión (1999), El monólogo de Homero (2007) y El síndrome de Diógenes (2009). Los dos primeros están en el catálogo de la Editora Regional de Extremadura y el último en Luces de Gálibo. Tras un prólogo también cortito, pero muy gustoso ("Yo llegué a Cáceres en un Seat 131 Supermirafiori conducido por mi padre."), la recopilación empieza por atrás, es decir, con cuatro poemas del libro inédito Transporte de animales vivos, para seguir con doce de El síndrome... y sendos fragmentos de sus dos primeras obras. Hay que tener en cuenta que estos libros eran en realidad poemas extensos, de una sola pieza, y qué pieza, que demostraron, desde el primer momento, el nivel de exigencia de Llera que, a mi modo de leer, es uno de los más altos del panorama lírico español, joven o no. Para demostrarlo, de ahí lo de la buena idea, esta antología no apta para pusilánimes, que, por eso, no dejará indiferente al lector atrevido, sino todo lo contrario. Ah, ya saben que la tirada también es mínima. Para no desentonar.