No creo que haya mejor manera de recordar a Ángel Campos Pámpano -hoy hace cuatro años que murió-, que con este poema de Carlos Medrano, escrito con esa ocasión.
La semilla en la nieve
Quien aguarda un nenúfar
sólo obedece al aire.
Supo volver a casa
y a la vez fue horizonte.
¿Cómo expresar las formas
del frío suavemente?
Vi su clara presencia
a salvo de la noche.
Abrí el balcón, y unía
una voz que era dulce,
La semilla en la nieve
Quien aguarda un nenúfar
sólo obedece al aire.
Supo volver a casa
y a la vez fue horizonte.
¿Cómo expresar las formas
del frío suavemente?
Vi su clara presencia
a salvo de la noche.
Abrí el balcón, y unía
una voz que era dulce,
una palabra limpia
para el vuelo de un pájaro.
Los sencillos lugares
todavía me sirven.
Soñé también el mar
y una ciudad sin gente.
Volverá tu mirada
al compás de los parques.
Carlos Medrano,
Artà, 12. noviembre. 2012