"El clericalismo español sólo puede indignar seriamente al que tenga un fondo cristiano. (...) La cuestión central es la religiosa y esta es la que tenemos que plantear de una vez", le escribe Antonio Machado a Unamuno, allá por 1913. El mismo que dijo: "Barrer de la arena pública a una pandilla de políticos ineptos e inmorales será siempre una obra santa, que debe aconsejarse al pueblo". Cien años después las palabras del autor de Campos de Castilla siguen tristemente vigentes y él sigue siendo, para algunos, además de un inmenso poeta, un referente moral. Me lo ha recordado Francisco Díaz de Castro en sus "Imágenes de Antonio Machado (1908-1914)", publicado en el último número de la revista Turia.