Tolo Ramón. El País |
Me resulta raro ver a Javier Marías en un entorno que no sea urbano o de interior; la biblioteca de su casa, por ejemplo, donde tantas veces le han retratado. Aquí está entre pinos, en Formentor, donde fue a recoger el famoso premio literario.
José Carlos Llop publicaba el pasado domingo en su columna de Diario de Mallorca una certera semblanza del autor de Todas las almas: "Javier Marías en España".
Aunque he viajado dos veces a Mallorca, no conozco Formentor. Hace unos días, eso sí, pude ver en La 2 un precioso documental sobre la construcción de ese mítico hotel y su ya larga vida. Para uno estará siempre estará asociado al poema "Conversaciones poéticas", de Jaime Gil de Biedma, que lleva por subtítulo "(Formentor, mayo de 1959)" (tres meses antes de que uno naciera), dedicado a su amigo Carlos Barral. Por cierto, las conversaciones ahí siguen. Y Marías, más indignado que nunca y con nueva novela en marcha.