Ayer sábado publiqué mi primera reseña en ABC Cultural. Sobre los poemas de Hugo Mujica. Espero que no sea la última.
A finales de año me llamó Fernando Rodríguez Lafuente, director del suplemento, y me propuso que me ocupara de la crítica de poesía tras la marcha de Luis García Jambrina. Acepté. Es un reto, sí, y una responsabilidad, sin duda, pero también un honor. He echado mis dientes poéticos leyendo esas acreditadas páginas donde, por cierto, uno ha sido siempre bien tratado; páginas en las que trabajan personas a las que respeto, como Laura Revuelta, redactora-jefe, Javier Díaz-Guardiola y Antonio Fontana, sin olvidar a Carmen Rodríguez Santos y a amigos como Juan Malpartida.
A finales de año me llamó Fernando Rodríguez Lafuente, director del suplemento, y me propuso que me ocupara de la crítica de poesía tras la marcha de Luis García Jambrina. Acepté. Es un reto, sí, y una responsabilidad, sin duda, pero también un honor. He echado mis dientes poéticos leyendo esas acreditadas páginas donde, por cierto, uno ha sido siempre bien tratado; páginas en las que trabajan personas a las que respeto, como Laura Revuelta, redactora-jefe, Javier Díaz-Guardiola y Antonio Fontana, sin olvidar a Carmen Rodríguez Santos y a amigos como Juan Malpartida.
No sin miedo, dichosas comparaciones, pensé de inmediato en antecesores ilustres en esa tarea, como Víctor García de la Concha, Miguel García Posada o Florencio Martínez Ruiz. Y, cómo no, en Luis Alberto de Cuenca y Jaime Siles, dos maestros.
De esa llamada, alguna culpa habrá tenido lo que uno viene haciendo en este rincón. Una línea que espero seguir. Allí y aquí.
La discreción me han impedido hablar con nadie de este asunto. Al menos hasta que cuajara, como parece.
Dure lo que dure, si dura, intentaré no defraudar a los lectores de poesía. Pocos, sí, pero exigentes y selectos.
Ahora le toca a uno ejercer eso que llaman, que llamamos, crítica responsable. Complicado lo tengo, bien lo sé. Seguimos.
Ahora le toca a uno ejercer eso que llaman, que llamamos, crítica responsable. Complicado lo tengo, bien lo sé. Seguimos.