¿Me lo parece a mí o se están poniendo de moda los prólogos en los libros de poesía? Sin ir más lejos, casi acabo escribiendo uno para Cómo hemos llegado a esto, el libro de Víctor Martín Iglesias que publica Ediciones Liliputienses, y eso que los creo innecesarios, salvo que se trate de poesía reunida, de antologías o de rescates (como hace al caso). En fin.