Yacht Club de Tánger, circa 1960 |
Ya dije en su día que el libro tuvo, entre otros impulsos iniciales, el de Antonio Trinidad, que me pidió un texto sobre Tánger para Manga Ancha. Pues bien, el pasado domingo el profesor de origen extremeño publicó en El Periódico Extremadura una reseña sobre Más allá, Tánger.
Hay entre medias un párrafo que no habla precisamente de la obra, sino de uno y sus personales y hasta políticas circunstancias, que sólo se puede escribir desde el afecto y, claro está, desde fuera, en concreto desde Bruselas, donde él reside. Muito obrigado.
En lo que al libro respecta, entresaco estas líneas: «(...) el poeta enredado en la encrucijada de partir o quedarse; una incertidumbre de la que, por otra parte, Tánger, en la realidad y en la ficción, es paradigma y metáfora al mismo tiempo. La ciudad que se abandona y que se queda, la duda ante dos interrogantes esenciales: ¿Qué futuro tengo en este país, donde nunca he encajado? se pregunta el protagonista de Verano de Coetzee; ¿Deberíamos habernos quedado en casa allí donde quiera que esta esté? se pregunta Elizabeth Bishop en Questions of travel. Cuestiones mayores que en este libro se sintetizan en un poema espléndido:
De los barcos envidio
la promesa latente
de una vida distinta.
Los observo a distancia,
con vagos sentimientos encontrados:
el de huir a lugares donde nunca se escapa,
el de tornar de sitios de donde no se vuelve.»