Hace unos días nos informaba Alfredo Taján, el escritor malagueño nacido en Rosario, que "en virtud de los pactos suscritos en el Ayuntamiento de Málaga entre el
Partido Popular y Ciudadanos, se ha decidido la futura extinción, ha sido el término utilizado, del IML el próximo 31 de
diciembre de este año". Nuestro amigo dirigía desde 2004 el Instituto Municipal del Libro. Once años con "actividades en torno a la palabra, a través de
cientos de presentaciones, conferencias, ciclos, exposiciones,
conciertos, publicaciones, fomento a la creación literaria a través de
la convocatoria de los Premios 'Málaga' de Novela y Ensayo, y fomento de
la lectura en Centros de Enseñanza Media". Para evitar equívocos, aclaro que uno nunca pasó por allí. Que no hablo desde el interés. Tampoco desde el exhaustivo conocimiento de los hechos. Con todo, cuesta creer que se exijan cosas así, y más que lo haga un partido moderno y liberal al que se presupone culto. Un partido, en suma, que busca la regeneración de España, que, como todos sabemos desde hace siglos (aunque no lo pongamos en práctica), empieza por la instrucción pública: educación y cultura. Y en una ciudad que se ha convertido, en el ámbito europeo y más, en un referente artístico y cultural de primer orden, aunque en su discurso de toma de posesión como alcalde, Francisco de la Torre no pronunciara ni una sola vez la palabra "cultura". Cosa distinta es que, por razones obvias (pero no comprensibles), se impusiera un cambio de responsable. Bien, lo común en este lamentable país nuestro; pero esto... O que se recortara el presupuesto de la entidad (que ya sería modesto). Sí, lo reconozco, no lo entiendo. O sí, que es peor.