a la hora de poner la mesa, éramos cinco:
mi padre, mi madre, mis hermanas
y yo. después, mi hermana mayor
se casó. después mi hermana pequeña
se casó. después, mi padre murió. hoy,
a la hora de poner la mesa, somos cinco,
menos mi hermana mayor que está
en su casa, menos mi hermana
pequeña que está en su casa, menos mi
padre, menos mi madre viuda, cada uno
de ellos es un lugar vacío en esta mesa donde
como solo. pero estarán siempre aquí.
a la hora de poner la mesa, seremos siempre cinco.
mientras que uno de nosotros esté vivo, seremos
siempre cinco.
Galveias |
Nota: Este poema, que, como me comenta Antonio Sáez (a quien he consultado antes de hacer público este atrevimiento), «es su "poema estrella", sí, y escrito muy joven, de su primer libro. De la época de "Te me moriste"», abre el cuadernillo de la Díez-Canedo de Badajoz donde el alentejano leyó el pasado día 21. Hizo el número 143 en la lista de poetas que han pasado por el Aula que fundara Ángel Campos Pámpano. Que hoy estaría, por cierto, de lo más contento.