20.10.16

Los seres y las fuerzas

Después de la oscuridad, de Marta López Luaces (La Coruña, 1964), profesora en Montclair State University (Nueva Jersey, EE.UU), editado por Pre-Textos, llega tras Distancia y destierros, Memorias de un vacío, Las lenguas del viajero y Los arquitectos de lo imaginario
Edwin M. Lamboy afirma en la solapa, con razón, que el libro "se aparta de los patrones estéticos hoy dominantes en gran parte de la poesía española" y que "se inserta en la corriente que une poesía y ciencia para explorar, a través de la imagen poética, la larga relación entre estos dos campos del saber". 
Estamos ante un extenso poema fragmentado. Sus partes se corresponden con los cuatro elementos de la antigüedad: el agua, la tierra, el fuego y el aire, al que se suma el quark, "partícula elemental que es componente de otras partículas subatómicas, como el protón y el neutrón, y que no existe de manera aislada", según el diccionario. Los quark son "las únicas partículas fundamentales que interactúan con las cuatro fuerzas fundamentales", según la Wikipedia.
Desde lo mitológico y lo teológico, mitos y dioses, como destaca Lamboy, López Luaces emprende un viaje por la historia de la ciencia que llega hasta nuestros días. Desde el "Imperio del Sur" (que "reinaba sobre nuestras cabezas") al "Imperio del Norte" (que "reina" ahora). Por el camino, hitos que marcan ese proceloso trayecto. Y ya ahí, nombres clave de la filosofía, las ciencias, la literatura y el arte. Más allá, una ambiciosa interpretación del progreso de nuestro mundo en torno a las preocupaciones humanas esenciales y a los temas eternos, sin perder de vista la conexión entre el humanismo, digamos, y la física o las matemáticas.
La unidad de ese sinuoso itinerario viene dada, en lo formal, por versos y frases recurrentes, a modo de estribillo. Así, "y éramos gigantes jugando con los dioses", "No temas. Estoy contigo" o los citados sobre los imperios del Sur y del Norte. 
Personal es la voz de López Luaces y singular este libro que llamará la atención de los lectores más atrevidos, los que gustan de la poesía menos usual y previsible.