21.3.17

Llámalo equis

Bartleby & Company
A lo Juan Palomo
¿Qué lector que se precie -ejerza o no de crítico- recomienda libros de poesía que ni de lejos lo son? En rigor, quiero decir. ¿O es que ahora es un criterio la lista de los más vendidos?

Juego de palabras
Es verdad que muchas veces los libros más vendidos se corresponden con los autores más vendidos. Al mercado, quiero decir. Donde, por cierto, no había llegado aún la poesía. La pseudo, ya sí. Y de la mano, quién te ha visto y quién te lee, de editoriales dignas, hasta ahora, de tal nombre.

Entente
Llámame ingenuo o despistado o directamente imbécil, pero esa alianza de los viejos adalides de la experiencia con los marwanes y las sastres (que evidencia una confluencias de poéticas) me produce escalofríos. Líricos, of course.

Solución
Fernando Valverde (al que "cerca de 200 críticos de más de 100 universidades -Harvard, Oxford, Columbia o Princeton, entre ellas- lo eligieron el poeta más relevante en lengua española nacido después de 1970", según reza en su página web) ha dado con ella. Ya sabemos cómo denominar a esa nueva poesía que en realidad no lo es o que, de serlo, resulta más vieja que la pana: “Poesía Juvenil”. Lo dice en serio. Y añade: “Querer analizar la poesía infantil o la poesía juvenil desde la perspectiva de la poesía es tan injusto como equivocado”. Después cita el poema de los lagartos de Lorca.

Fajas
Las de los libros, matizo. Como decía aquí atrás Javier Rodríguez Marcos, las carga el diablo. Que lo que dije más arriba acerca del mercado es verdad, se demuestra por el simple hecho de que aparezcan ya en los presuntos libros de poesía. Y con eslóganes tan aparatosos como éste: "La poeta que desde hace mucho tiempo estaba pidiendo a gritos la literatura española". ¡Socorro!

Nota: Esta uno deseando leer el ensayo La lira de las masas: Internet y la crisis de la ciudad letrada, de Martín Rodríguez-Gaona. Sospecho que aportará luz a este oscuro y mercantil fenómeno. Por lo demás, mi próximo artículo (que debería haberse titulado "¡Ay, que me lo quitan de las manos!") en la revista griega Frear va también de lo mismo.
Reconozco que en el dichoso Día Mundial de la Poesía lo que menos me podía esperar es que El País, mi periódico de referencia (con perdón), publicara un artículo así. Ya lo dijo Riechmann. Que este sea un fenómeno de "multitudes" es la principal razón para calibrar su falsedad. Público, no lectores.