El Fondo de Cultura Económica publica un libro que impresiona. Por su aspecto, más de ochocientas páginas, y porque compendia todos los libros poéticos completos que escribió Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1914). Lo titula "Yo soy aquel que ayer no más decía", el primer verso del primer poema de Cantos de vida y esperanza.
Los coordinadores de este volumen, nunca mejor dicho, al filo del centenario, han sido los profesores Ricardo de la Fuente Ballesteros (Universidad de Valladolid) y Francisco Estévez (Universidad de Málaga) y en ella han participado también, como editores, el mexicano Juan Pascual Gay y Alberto Acereda (Universidad de Arizona), autor del ajustado estudio preliminar. Sus apartados atienden a su trayectoria vital y literaria, a Darío en su época, a su lugar en la tradición poética hispánica, a la revisión crítica y a los consiguientes problemas textuales. Se dedican también a los criterios de edición unas sustanciosas y pertinentes páginas. Con todo, porque uno está muy lejos de ser especialista en la obra del nicaragüense, no pretendo analizar filológicamente esta obra. Sí puedo afirmar que da gusto volver a leer la poesía de este pionero, moderno (y modernista) por antonomasia, que tanto ha inspirado e influido en la lírica posterior en nuestra lengua y por cuyos poemas tantos y tantos empezaron a pergeñar sus versos. ¿No basta "Lo fatal" para consagrar a su autor y perpetuarlo? ¿No es éste uno de los poemas que muchos lectores elegirían como uno de los mejores de la poesía universal?
Aunque se trata, ya se dijo, de una edición crítica textual (con la intención de "ofrecer con exactitud la poesía que Darío escribió y luego reunió en libro poético"), los poemas, a pesar de las notas, se leen bien, que es, ya digo, lo que al cabo importa. Al final del libro se incluye una amplísima bibliografía general sobre Rubén Darío, así como la propia de un poeta, éste sí, imprescindible.