17.7.24

Manual de espumas: 100 años

Parece indiscutible que la Fundación Gerardo Diego, tantos años capitaneada con solvencia por la poeta Pureza Canelo, sigue siendo una de las más activas de España, sobre todo en lo que respecta a la edición o coedición de libros. Los dos últimos que han caído en mis manos, la poesía completa de Marcos Díez (con Visor), que acabo de reseñar en El Cultural, y una edición "semi-facsímil" de Manual de espumas, de Gerardo Diego (con papelesmínimos), en el primer centenario de su publicación en Cuadernos Literarios. 
Como todos los libros del sello que dirige Imanol Bértolo, este es precioso. Al valor de los versos, que cada lector ponderará, se suma el prólogo que le ha puesto su editor literario, el poeta y crítico Juan Marqués. Sólo por esas pocas páginas, donde habla de Diego, sí, pero también de la poesía (poco: "no se deja nombrar, se deja aludir"), los poemas y los poetas, ya hubiera merecido quitar el sobre de plástico transparente en el que llegan los delicados ejemplares de esa exquisita casa madrileña. Después de leer ese perspicaz delantal, cuesta mucho menos adentrarse en la obra del santanderino y hasta disfrutar de "uno de los libros vanguardistas más amables que se dieron en esos primeros años de osadías, cuando todo era especialmente confuso y alegre, entretenido y estimulante". 
Procedentes del Archivo Gerardo Diego y del de la Autoridad Portuaria de Santander, cierran el volumen un puñado de bonitas fotografías de época. De los muelles a principios del siglo pasado, del poeta, solo o con Huidobro (al que visitó en París durante el verano de 1922, año en el que, entre la primavera y el otoño, escribió su libro, "en la paz feliz de la playa cantábrica"), así como de la cubierta de la primera edición y del retrato que para ella le hizo Moreno Villa.