A estas alturas de mi vida, si hay algo que no soporto son los malos modos. O la falta de buenos modales. Me importa muy poco que éstos tengan su dosis de falseamiento e hipocresía. Prefiero pensar, eso sí, que surgen de lo que llamábamos la buena educación. La que le falta a algunos. A demasiados. A la sociedad en su conjunto, sin duda.
Nada más lamentable que el tono bronco. Más si no viene ni siquiera a cuento.
Me sorprende sin remedio ese afán por querer parecer siempre gente autoritaria. Como si la autoridad la dieran las voces, gritar más alto. Debe ser muy cansado ir así por la vida. Y muy frustrante. ¡Qué carrera de sargento han perdido!
Qué lamentable, en fin, esa sensación de volver al colegio. Al de mi época, con Franco aún vivo.
Fernando Pérez me recordó más de una vez una expresión de su querida Santa Marta: "Cada vez que habla -decía uno de alguien- escupe cebá". Pues eso.
Nada más lamentable que el tono bronco. Más si no viene ni siquiera a cuento.
Me sorprende sin remedio ese afán por querer parecer siempre gente autoritaria. Como si la autoridad la dieran las voces, gritar más alto. Debe ser muy cansado ir así por la vida. Y muy frustrante. ¡Qué carrera de sargento han perdido!
Qué lamentable, en fin, esa sensación de volver al colegio. Al de mi época, con Franco aún vivo.
Fernando Pérez me recordó más de una vez una expresión de su querida Santa Marta: "Cada vez que habla -decía uno de alguien- escupe cebá". Pues eso.