De haber podido, mi padre se hubiera reído de lo lindo viéndonos a mi madre y a mí al pie de su tumba azotados sin clemencia por la lluvia y el viento por culpa de un tornado que se presentó de improviso y se fue tan deprisa como vino dejando a su paso, eso sí, floreros rotos y flores por el suelo y a nosotros dos calados hasta los huesos y con evidente cara de tontos. Una escena muy adecuada para la ocasión. Una argucia climatológica para huir del dolor.
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31.10.10
30.10.10
29.10.10
CAM dixit
"Gran parte de la poesía española actual -y no sólo de ahora mismo- es un grupo de plañideras que tratan de despertar a Lázaro. La poesía española encerrada en su sempiterno casticismo y neorrealismo, llevada en carros de bueyes sin saber que hay automóviles, e iluminada por velas sin conocer la electricidad, se contempla a sí misma en lo retrógrado, en el analfabetismo de quienes la corean desde su oficio de escribanos. Han destrozado las palabras y corrompido el gusto. Han llenado de trampas el claro del bosque para acallar el lenguaje de los pájaros que era la palabra de Dios, incomprensible para el común de los mortales, para quienes no tienen ocasión ni la suerte de ver cómo el cielo se abre sobre sus cabezas".
César Antonio Molina, "El mundo a través de mi literatura", Fundación Juan March, Madrid, 2010.
28.10.10
Volaterías
El poeta Enrique Baltanás (nacido en los "alrededores de Sevilla") publica en la preciosa colección La Veleta Minoría absoluta, un libro de aforismos que él prefiere asociar a otra hermosa palabra: volatería. Aforismos (que, en singular, "rima con atisbo") que una veces son destellos (epifanías al modo joyceano) y otras ocurrencias, en el mejor sentido del término. Detrás, el humor. Y la ironía. También, cómo no, la poesía. Sus temas son los de estas reflexiones: el paso del tiempo, el amor... Y sobre ella y sus practicantes y sus prácticas se deja caer más de una volatería. Sobre tal o cual escritor, pero también sobre tal o cual impostura. Tampoco faltan los juegos de palabras y hasta las máximas filosóficas. Con todo, lo que uno lee al fondo son las anotaciones de un moralista, dicho esto en el sentido más noble de la palabra.
Copio, por quedarme sólo con algo, un par de aforismos, de la sección "Notas de clase": "Enseñar es mi manera de aprender" y "Enseñar es enseñarse".
No defraudará al lector este libro singular que da gusto tener entre las manos. Un libro que quienes frecuentamos su blog ya habíamos presentido.
Copio, por quedarme sólo con algo, un par de aforismos, de la sección "Notas de clase": "Enseñar es mi manera de aprender" y "Enseñar es enseñarse".
No defraudará al lector este libro singular que da gusto tener entre las manos. Un libro que quienes frecuentamos su blog ya habíamos presentido.
Extremeños de Hoy
Esta noche se entregan en Cáceres los premios Extremeños de Hoy a la galerista Helga de Alvear, al delegado de la Agencia Estatal de Meteorología Adolfo Marroquín y a la Orquesta de Extremadura (que recogerá su director, Jesús Amigo).
Hace diez años que la redacción de ese periódico se acordó de uno y, desde entonces, la pesada "encina cúbica" descansa en uno de los rincones de esta biblioteca.
Llama la atención que en los últimos años apenas figuren escritores entre los premiados. Y no faltan dignísimos candidatos.
Deseo, en fin, larga vida a un Premio ajeno a tejemanejes políticos y me congratulo de formar parte de la ya larga lista de extremeños que han obtenido este honesto reconocimiento.
Hace diez años que la redacción de ese periódico se acordó de uno y, desde entonces, la pesada "encina cúbica" descansa en uno de los rincones de esta biblioteca.
Llama la atención que en los últimos años apenas figuren escritores entre los premiados. Y no faltan dignísimos candidatos.
Deseo, en fin, larga vida a un Premio ajeno a tejemanejes políticos y me congratulo de formar parte de la ya larga lista de extremeños que han obtenido este honesto reconocimiento.
27.10.10
Consejo de la Edición
En esto ha quedado el famoso Consejo de la Edición de Extremadura. En poco o nada, vamos. Mejor así. De lo que pretendía la anterior consejera, con el consentimiento expreso del grupo socialista en la Asamblea (a partir de una delirante propuesta del PP), a esta solución descafeinada -tan de estos tiempos, como diría Zizek- media un pequeño abismo. Por suerte, insisto. Ahora sólo falta comprobar si sirve para algo más que para perder tiempo y hacerse algunas fotos.
Barbarie "razonable"
"En el mercado actual encontramos una amplia gama de productos carentes de su componente nocivo: café sin cafeína, nata sin grasa, cerveza sin alcohol... ¿Qué decir del sexo virtual, que es sexo sin sexo; de la doctrina de guerra sin víctimas (en nuestro bando, claro) de Colin Powell, que es una guerra sin guerra; de la redefinición actual de la política como arte de la administración técnica, que es una política sin política? Todo ello nos conduce al tolerante multiculturalismo liberal, que es una experiencia del Otro privado de su otredad: un Otro descafeinado que practica danzas fascinantes y que aborda la realidad desde un enfoque holístico ecológicamente sensato, mientras rasgos como el maltrato a la esposa quedan fuera de cámara".
En efecto, "El Otro está bien siempre que su presencia no sea molesta, siempre que no sea realmente un Otro...".
En efecto, "El Otro está bien siempre que su presencia no sea molesta, siempre que no sea realmente un Otro...".
Del excelente artículo de Slavoj Zizek publicado en El País.
24.10.10
Entrevista en Kafka
En el número 9 de Kafka se publica una entrevista que me hizo el poeta Álex Chico hace un par de semanas aquí en Plasencia. Se cumplen ahora nueve años de la primera, que salió en el número 1 de esa revista, entonces en papel y salmantina. Con esa excusa repetimos.
En la ciudad histórica
El fiscal y poeta Jesús García Calderón publica su Discurso de Ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada. Su título: "El derecho al futuro de la ciudad histórica". En el se aúnan la sensibilidad propia de la persona culta que es y el conocimiento del Derecho que como jurista tiene de sobra demostrado. Dice allí: "Cualquiera de nosotros alcanza a imaginar fácilmente o recordar cuánta serenidad y riqueza hemos perdido con la desaparición de numerosos bienes culturales en el curso de las últimas décadas, precisamente aquellas en las que teóricamente habíamos obtenido la más elevada formación y un mayor desarrollo. Lo paradójico y triste es que también todos podríamos convenir que esta pérdida irreparable ha sido completamente innecesaria porque no hubiera sido difícil sostener una razonable actuación rehabilitadora con la búsqueda de nuevos espacios urbanos y disponer la conservación de monumentos y lugares históricos totalmente compatibles con el progreso. Es cierto que nuestra ciudad histórica ha sufrido el terrible rigor de una guerra y hasta la servidumbre del odio, pero bien sabemos que han sido otros los intereses que tanto la devastaron y que acabaron por rendirla a la evidencia de una cierta mediocridad triunfante. Todos sabemos que, lamentablemente y como regla general, lo perdido lo ha sido a consecuencia de la dejadez, la codicia de a especulación, el desorden administrativo o la falta de civismo y de verdadero compromiso social".
Dejando a un lado la guerra, donde él pone Granada uno podría colocar Plasencia, pues que a casi todas las ciudades históricas se adapta ese comportamiento atroz que García Calderón denuncia.
En el discurso de contestación, José García Román dice del nuevo académico palabras que a uno le gustaría hacer suyas: "Interpreta la utopía como necesidad; considera el pesimismo un modo de valentía; piensa que "la tarea del héroe" es comportarse sencillamente como un hombre honrado; admira en los desvalidos su entereza; tiene especial aversión a los sicofantes; estima que el lujo es casi siempre vulgaridad; identifica el bienestar con la decencia y cree que los Díez Mandamientos son los diez faros de la humanidad".
Vaya hasta Granada mi enhorabuena y mi abrazo. Es una pena que extremeños como él cumplan con el maldito sino que hace de muchos de los de aquí seres de lejanía.
Dejando a un lado la guerra, donde él pone Granada uno podría colocar Plasencia, pues que a casi todas las ciudades históricas se adapta ese comportamiento atroz que García Calderón denuncia.
En el discurso de contestación, José García Román dice del nuevo académico palabras que a uno le gustaría hacer suyas: "Interpreta la utopía como necesidad; considera el pesimismo un modo de valentía; piensa que "la tarea del héroe" es comportarse sencillamente como un hombre honrado; admira en los desvalidos su entereza; tiene especial aversión a los sicofantes; estima que el lujo es casi siempre vulgaridad; identifica el bienestar con la decencia y cree que los Díez Mandamientos son los diez faros de la humanidad".
Vaya hasta Granada mi enhorabuena y mi abrazo. Es una pena que extremeños como él cumplan con el maldito sino que hace de muchos de los de aquí seres de lejanía.
23.10.10
Propósito
No leer ni un sólo texto más firmado por un ministro (o ministra), consejero (o consejera) o cargo similar que sabemos, a ciencia cierta, que no ha sido escrito por él (o por ella). Lo siento por el negro (o la negra).
Cese
Francisco Suárez, al que acaban de cesar como director del Festival de Teatro de Mérida, no se calla. Cita nombres que me suenan, situaciones que comprendo, actitudes que conozco. No soy quién para juzgar su gestión, aunque aquí, a la luz del programa del pasado verano, critiqué lo que me parecía otra derrota de la misma deriva. Puede que la responsabilidad no fuera sólo suya si, como sice, estaban detrás las eminencias grises de la Consejería. No sabe lo que va a ganar dejando Mérida.
22.10.10
Pavón y 2016
Estas fotografías son de Lorenzo Cordero (diario HOY) y muestran al concejal Santiago Pavón arrojando a la basura el proyecto "Cáceres 2016". No son modos, es verdad. Y menos en democracia. Además, él estuvo implicado en el proceso como responsable del área de cultura del ayuntamiento y su autocrítica está por llegar. Especialista en "gestos" (y en exabruptos), hay que reconocer que éste lo es.
20.10.10
El poeta Aramburu
Nuria Azancot.- ¿Conoce la nueva poesía española? ¿qué y a quiénes lee, qué autores españoles, jóvenes o no, y qué tendencias le interesan? ¿qué relación tiene con ellos, busca sus libros cuando viene a Madrid, se los recomiendan sus amigos...?
Fernando Aramburu.- Seré sincero. Conozco bien los libros de poemas que publica Tusquets. ¿Cómo citar autores actuales de mi gusto sin hacer publicidad de mi editorial? Hay muy buenos escritores de poesía actualmente en España. Poetas, en cambio, hay bastantes menos. No sé si me hago entender.
Este diálogo forma parte de una entrevista publicada en El Cultural donde se da noticia de la aparición de una antología, Yo quisiera llover (Demipage) -con prólogo de Juan Manuel Díaz de Guereñu, profesor en Deusto-, que reúne poemas del escritor vasco afincado en Alemania, escritos entre 1977 y 2005.
En 1985, Aramburu escribió: "La sintaxis soy yo", cuatro palabras que resumen a la perfección su poética (la de la modernidad, Flaubert mediante), algo que se nota especialmente en la primera parte de su obra, la que coincide con su militancia en el Grupo CLOC de Arte y Desarte. Allí, la libertad y la imaginación, el juego con las palabras (siempre tan peligroso) superan cualquier rótulo al uso; surrealismo, por ejemplo. Con todo, en "Bocas de litoral", la penúltima parte de la muestra, que agrupa un puñado de poemas escritos entre 1986 y 1990, y otros tantos que, ya en la última, van de ese año hasta 2005, es donde este lector ha encontrado lo más sugerente del conjunto, lo más cercano a uno, que, por supuesto, me niego a calificar como "lo mejor". Que esa aventura poética terminara -o no, ya veremos- no significa que no fuera pertinente o significativa. Del mismo modo que hay muchos poetas jóvenes que, como ha dicho con ironía el amigo hispanista de Jordi Doce, quieren ser novelistas, hay novelistas a los que nada les hubiera gustado más que seguir siendo poetas. No pasa nada: quien lo fue una vez lo seguirá siendo, por pocos poemas que lograra pergeñar. Es el caso, o eso creo, de Aramburu. Quizá todo estribe en esta frase escrita por él en 1990, cuando ponderaba el libro La destrucción o el amor, de Vicente Aleixandre: "Yo, con todos mis respetos, creo que hoy por hoy la poesía prefiere que la exprese cierto género de prosistas". A eso fue y ahí sigue, varias novelas y relatos después.
Estoy a favor de este rescate. No es arqueología. Ni carne de tesinandos. Es poesía. Sólo eso. Ni más ni menos. También o además, como él me ha dejado escrito en la amable dedicatoria de su antología, "muestra testimonial de aquella vocación poética que dio sentido a un tramo intenso y no corto de mis días".
Fernando Aramburu.- Seré sincero. Conozco bien los libros de poemas que publica Tusquets. ¿Cómo citar autores actuales de mi gusto sin hacer publicidad de mi editorial? Hay muy buenos escritores de poesía actualmente en España. Poetas, en cambio, hay bastantes menos. No sé si me hago entender.
Este diálogo forma parte de una entrevista publicada en El Cultural donde se da noticia de la aparición de una antología, Yo quisiera llover (Demipage) -con prólogo de Juan Manuel Díaz de Guereñu, profesor en Deusto-, que reúne poemas del escritor vasco afincado en Alemania, escritos entre 1977 y 2005.
En 1985, Aramburu escribió: "La sintaxis soy yo", cuatro palabras que resumen a la perfección su poética (la de la modernidad, Flaubert mediante), algo que se nota especialmente en la primera parte de su obra, la que coincide con su militancia en el Grupo CLOC de Arte y Desarte. Allí, la libertad y la imaginación, el juego con las palabras (siempre tan peligroso) superan cualquier rótulo al uso; surrealismo, por ejemplo. Con todo, en "Bocas de litoral", la penúltima parte de la muestra, que agrupa un puñado de poemas escritos entre 1986 y 1990, y otros tantos que, ya en la última, van de ese año hasta 2005, es donde este lector ha encontrado lo más sugerente del conjunto, lo más cercano a uno, que, por supuesto, me niego a calificar como "lo mejor". Que esa aventura poética terminara -o no, ya veremos- no significa que no fuera pertinente o significativa. Del mismo modo que hay muchos poetas jóvenes que, como ha dicho con ironía el amigo hispanista de Jordi Doce, quieren ser novelistas, hay novelistas a los que nada les hubiera gustado más que seguir siendo poetas. No pasa nada: quien lo fue una vez lo seguirá siendo, por pocos poemas que lograra pergeñar. Es el caso, o eso creo, de Aramburu. Quizá todo estribe en esta frase escrita por él en 1990, cuando ponderaba el libro La destrucción o el amor, de Vicente Aleixandre: "Yo, con todos mis respetos, creo que hoy por hoy la poesía prefiere que la exprese cierto género de prosistas". A eso fue y ahí sigue, varias novelas y relatos después.
Estoy a favor de este rescate. No es arqueología. Ni carne de tesinandos. Es poesía. Sólo eso. Ni más ni menos. También o además, como él me ha dejado escrito en la amable dedicatoria de su antología, "muestra testimonial de aquella vocación poética que dio sentido a un tramo intenso y no corto de mis días".
Dicho y hecho
Hasta uno mismo se asusta a veces de ciertas intuiciones o presentimientos. El caso es que si más pronto me pregunto por el Salón de Otoño... Ahora sera bienal. Pues nada, sea.
19.10.10
Literatura ¿infantil?
Ha tenido que venir la bibliotecaria y blogera Isabel Sánchez desde Salamanca para que uno acabe de entender lo que hasta ahora se le negaba: que a la Literatura Infantil merecedora de tal nombre le sobra el adjetivo. Sí, que es literatura a secas. Como la otra, digamos, de la que forma parte. Y uno lo ha comprendido al fin no porque ella lo afirme sin más -ya me lo habían contado muchas veces-, sino porque ha leído y recitado textos en voz alta y ha mostrado libros ilustrados que lo dejan meridianamente claro. Al menos a cualquier lector con algunas lecturas literarias encima. Y lo ha hecho con sensiblidad y con pasión, como es debido. Qué placer y qué alegría. Ahora sólo queda que llegue alguien y me demuestre -con libros, ya se sabe- que a la denominada Literatura Juvenil también le sobra el añadido. Esto, me temo, va a resultar más complicado. Por lo del gato y la liebre, que aquí está más crecida.
18.10.10
17.10.10
Salón de Otoño
Al llegar esta época, ya avanzado el otoño, a algunos en Plasencia nos empezaba a oler, entre otras cosas, a Aula de Literatura y a Salón de Otoño. De la programación de la primera supongo que se dará cuenta muy pronto. Del Salón, sin embargo, seguirá sin haber noticias. Ni siquiera se ha convocado este año ¿La crisis? Caja de Extremadura sabrá. Lo que sí sabe uno es que no es justo que un certamen de la enjundia y prestigio de éste desaparezca, de momento, como por arte de magia. Sin más explicaciones. ¿Qué dirá su otrora gran valedor, don Jesús Medina Ocaña, Presidente de la Fundación Caja Extremadura? ¿Qué mi querido Santiago Antón, su alma? Gonzalo Sánchez Rodrigo debería preparar un "Café solo" sobre el asunto. O dos.
16.10.10
Lo de Cáceres
Ni en 2016 ni, me temo, nunca. No con un proyecto así. Aunque no lo tengo delante ni lo conozco al detalle, por lo que comenta la prensa acerca del presentado por Cáceres para la capitalidad cultural europea, uno deduce sin mucho esfuerzo lo que acabo de afirmar. No son maneras. "Llama la atención que dos proyectos como la Ciudad de las Artes (descartado por la Junta de Extremadura) o el centro logístico intermodal, un nudo de transportes que reúne estación de autobuses, de tren de alta velocidad e incluso un aeródromo, pero que está sin confirmar, figuren con fuerza en el documento entregado al jurado". Elocuente. Eso y más. Con todo, lo que me deja de piedra, nunca mejor dicho, es ese presunto abrazo artístico entre Guayasamín y Vostell. Menos mal que los dos están muertos.
15.10.10
Matemáticas y Poesía
El blog Matemáticas y Poesía le incluye a uno entre sus colaboradores. Obrigado.
13.10.10
Noticia de Félix Francisco Casanova
Después de publicar su elogiada novela El don de Vorace, Demipage sigue ofreciendo a sus lectores nuevos libros del escritor canario (nos anuncia que ha adquirido los derechos de las obras completas). Este largo fin de semana, ha leído uno del tirón Yo hubiera o hubiese amado. Diario íntimo (1974) y Antología poética. Cuarenta contra el agua, los dos últimos.
El primero es muy breve, pero da la justa medida de aquel hombre que no llegó a cumplir los veinte. Lecturas, música, amores, poesía... Sí, sobre todo, poesía. Y ya ahí, los poemas que Zoki selecciona (con buen tino) y prologa (muy asépticamente: hablan por sí solos) para la citada antología. ¿Qué cabe decir de un poeta que comienza un poemas con: "Extraño es el arte/ de sufrir" y lo termina: "Es un asunto muy contagioso/ éste de la muerte"? ¿Qué de alguien cuyo último verso reza: "Eres un buen momento para morirme"?
Tienen razón quienes defienden a capa y espada esta escritura. Los lectores de F. F. Casanova irán a más.
El primero es muy breve, pero da la justa medida de aquel hombre que no llegó a cumplir los veinte. Lecturas, música, amores, poesía... Sí, sobre todo, poesía. Y ya ahí, los poemas que Zoki selecciona (con buen tino) y prologa (muy asépticamente: hablan por sí solos) para la citada antología. ¿Qué cabe decir de un poeta que comienza un poemas con: "Extraño es el arte/ de sufrir" y lo termina: "Es un asunto muy contagioso/ éste de la muerte"? ¿Qué de alguien cuyo último verso reza: "Eres un buen momento para morirme"?
Tienen razón quienes defienden a capa y espada esta escritura. Los lectores de F. F. Casanova irán a más.
12.10.10
Botín de libros
No escribe uno aquí de todo lo que lee. Me gustaría dar cuenta de todos los libros que, después de leídos, me importan, pero... Por desgracia, algunos se van quedando atrás. Así, de entre los últimos, rescato Oscuro pez de fondo (Rialp), con el que Daniel Casado ganó hace unos meses un accésit del premio Adonais. De entre lo mucho destacable de un libro que señala a su autor como uno de los mejores poetas del momento extremeño (y no sólo), señalaré, por lo que me toca, el poema "Cementerio Alemán, Yuste", uno más de la brillante saga que ese mítico lugar ha propiciado.
Otro paisano, Pablo Guerrero ha publicado (Maia Ediciones y Diputación de Badajoz) Los cielos tan solos (con ilustraciones de Miguel Copón), donde vuelve a demostrar que siempre hubo en el cantautor un inequívoco poeta. Cada vez mejor.
Desde su Cantabria natal, Carlos Alcorta sigue, paso a paso, su camino literario con una fe inquebrantable, ajeno a otros focos que no sean los que iluminan su propia poética, su verdad. En Calambur ha editado Sol de resurrección, donde abundan los poemas largos y discursivos donde indaga acerca de la inestable realidad y la no menos esquiva memoria.
Gracias a otra paisana, Emilia Oliva, he leído Elegías y envíos (Beturia), de José Antonio Cáceres. Mis primeras noticias acerca de este poeta secreto las tuve hace muchos años gracias a Antonio Gómez. Después de unos años en Italia, volvió en los ochenta a Extremadura y ahora vive en Hervás, a un paso de su pueblo natal, Zarza de Granadilla. Por entonces, era una poeta vinculado a lo experimental. Este libro, sin embargo, da cuenta de lo más concreto: la vida de un hombre. Poesía serena, reflexiva, sabia (a ratos), digna de atención y de lectura. Poesía que entremezcla lo hímnico y lo elegíaco. Escrita a la intemperie, a solas, como le cabe a alguien alejado y de vuelta.
Una de estas mañanas, cuando iba al colegio, me encontré, como tantas, a José Manuel Regalado. Él con sus nietos y yo con mi carterina. Me entregó Del fuego, su último libro, publicado en su querida Salamanca e impreso en Béjar, donde trabajó muchos años. Nacido en el 41, como Cáceres, nunca ha abandonado, contra viento y marea, su condición de poeta y de ello da sobrada cuenta esta obra llena de una pasión propia de alguien más joven. Poesía inspirada, potente, sobria, bien labrada. Uno diría: castellana. Sí, porque hay mucho del alma de esa tierra entre esos versos, un tono que uno asocia a otros poetas de Salamanca o de Zamora, Claudio Rodríguez ante todos.
Otro paisano, Pablo Guerrero ha publicado (Maia Ediciones y Diputación de Badajoz) Los cielos tan solos (con ilustraciones de Miguel Copón), donde vuelve a demostrar que siempre hubo en el cantautor un inequívoco poeta. Cada vez mejor.
Desde su Cantabria natal, Carlos Alcorta sigue, paso a paso, su camino literario con una fe inquebrantable, ajeno a otros focos que no sean los que iluminan su propia poética, su verdad. En Calambur ha editado Sol de resurrección, donde abundan los poemas largos y discursivos donde indaga acerca de la inestable realidad y la no menos esquiva memoria.
Gracias a otra paisana, Emilia Oliva, he leído Elegías y envíos (Beturia), de José Antonio Cáceres. Mis primeras noticias acerca de este poeta secreto las tuve hace muchos años gracias a Antonio Gómez. Después de unos años en Italia, volvió en los ochenta a Extremadura y ahora vive en Hervás, a un paso de su pueblo natal, Zarza de Granadilla. Por entonces, era una poeta vinculado a lo experimental. Este libro, sin embargo, da cuenta de lo más concreto: la vida de un hombre. Poesía serena, reflexiva, sabia (a ratos), digna de atención y de lectura. Poesía que entremezcla lo hímnico y lo elegíaco. Escrita a la intemperie, a solas, como le cabe a alguien alejado y de vuelta.
Una de estas mañanas, cuando iba al colegio, me encontré, como tantas, a José Manuel Regalado. Él con sus nietos y yo con mi carterina. Me entregó Del fuego, su último libro, publicado en su querida Salamanca e impreso en Béjar, donde trabajó muchos años. Nacido en el 41, como Cáceres, nunca ha abandonado, contra viento y marea, su condición de poeta y de ello da sobrada cuenta esta obra llena de una pasión propia de alguien más joven. Poesía inspirada, potente, sobria, bien labrada. Uno diría: castellana. Sí, porque hay mucho del alma de esa tierra entre esos versos, un tono que uno asocia a otros poetas de Salamanca o de Zamora, Claudio Rodríguez ante todos.
11.10.10
El último poema
El suicidio de Sylvia Plath sigue persiguiendo, después de su muerte, a Ted Hughes. Son dos de los mejores poetas del siglo XX. Y, ya se sabe, estuvieron casados. Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes de Nueva York y novelista, vuelve sobre ese interminable asunto en un artículo que publica El País. En él comenta, entre otras cosas, el descubrimiento del último poema inédito de Hughes. Se titula "Última carta" y pertenece al ciclo de su libro Cartas de cumpleaños (que aquí editó Lumen en traducción de Luis Antonio de Villena). ¿Descansará este hombre de una vez?
10.10.10
María Victoria Atencia
Le han concedido el Premio de Poesía García Lorca en Granada. Me alegro mucho. Hacía tiempo que no sabíamos de ella. Por suerte, en esta casa su poesía siempre está a mano, desde hace mucho. Desde antes de conocerla incluso. En Valencia, en el ochenta y tantos, con motivo de aquel famoso congreso organizado por Marzal y Gallego donde conocimos a casi todos lo que, antes o después, han venido protagonizando la vida poética española de las últimas décadas. Un nombre imprescindible de nuestras Letras que, gracias al galardón granadino, vuelve a la actualidad para seguir, más aún, en la permanencia.
8.10.10
Cercas, por fin
Del mismo modo que todos vaticinaban el Nobel para Vargas Llosa, algunos presagiábamos para Cercas -elogiado en su día por el peruano- el Nacional. Hace años, escribí sobre su posible concesión antes de que no se lo dieran por Soldados de Salamina y para éste esperaba el de Ensayo. Pero no. Le han concedido el de Narrativa. Por Anatomía de un instante. Razón de más para asegurar que los géneros literarios, a la antigua usanza, están periclitados.
Me alegro mucho por Javier Cercas. Y, cómo no, por esta tierra, que tras la debacle del 2016 (de cuya candidatura era embajador) podrá presumir, sin merecerlo, de escritor extremeño.
Me alegro mucho por Javier Cercas. Y, cómo no, por esta tierra, que tras la debacle del 2016 (de cuya candidatura era embajador) podrá presumir, sin merecerlo, de escritor extremeño.
7.10.10
Crítica
El crítico que uno no es tiene, sin embargo, sus reseñas en los estantes de la biblioteca de casa. Por cada libro que está, y por los que faltan. Así, además de ser, entre otras cosas, "una suerte de autobiografía" (como dijo Manguel), una biblioteca es también una forma de crítica.
6.10.10
Día de la Biblioteca
Este año se celebrará en Extremadura, en Mérida, el 25 de este mes. A finales del pasado recibí una carta del Ministerio de Cultura de España (en nombre de María Antonia Carrato Mena, Subdirectora General de Coordinación Bibliotecaria) invitándome a dar una conferencia con tal motivo en la BPE "Jesús Delgado Valhondo". Acepté muy honrado, claro. Me sorprendió que hubieran pensado en uno, tan alejado de los centros de poder capitalinos. Cuando vives arrinconado en la provincia, no deja de tener su aquél que te propongan algo así "desde Madrid". Luego, incluso sonreí; por aquello de que a algún emeritense la elección le iba a hacer bastante menos gracia que a mí. Pues bien, profeta o no, he tenido que renunciar y no daré esa charla que ya tenía medio pergeñada en la cabeza. Apenas aterrizó el asunto en Mérida -en la autonómica Consejería del ramo- las cosas empezaron a torcerse. Nada, pura casualidad. Bueno, lo normal (para mí) de un tiempo a esta parte. En medio, la asociación Amigos del Libro Infantil y Juvenil. Que si mejor por la mañana, que si para alumnos de secundaria, que si en el acto de la tarde -el de las autoridades- se leerá un pregón... Después del mareo y de las explicaciones de unas y de otros, llegaron las disculpas de unos y de otras, y hasta de uno mismo (lo que no deja de ser gracioso). Todo ha quedado en un malentendido, ese término tan a propósito para estos trances. Bien. Lo hará otro. Y mejor. A otra historia.
Otra vez Velasco
Carlos Medrano me informa desde las islas de un precioso artículo de Llop sobre Velasco, "Pavana para un poeta difunto". Lo ha publicado Diario de Mallorca.
5.10.10
Con los tiempos
Le parece a uno lógico que antes los escritores pasearan (Walser, Benjamin) y ahora corran (Murakami, Echenoz).
4.10.10
Consolación
"A estas alturas, después de haber escrito más de lo debido, si algo le puedo pedir yo a la literatura es que tenga algún efecto curativo. Y sí, en el propio acto de contar puede haber algo de consolador". Luis Mateo Díez, en El País.
3.10.10
Autocrítica y 2016
Uno estaba convencido, como tantos, de que Cáceres pasaría el primer corte para acceder a su designación como Capital Europea de la Cultura en 2016. La realidad ha sido otra. Y, como extremeño, bien que lo siento. Quizás sea prematuro analizar los porqués, que serán muchos. Nada es sencillo y menos estas nominaciones con trasfondo político. Con todo, en el capítulo de la autocrítica -que algunos ya veníamos ejerciendo desde hace tiempo y que otros no parecen dispuestos a asumir-, debe figurar prioritariamente el cambio de rumbo de nuestra política cultural a partir de 2008. Es cierto que la candidatura es local, de la ciudad de Cáceres y, en consecuencia, de su ayuntamiento, pero desde el principio quedó claro que el proyecto tendría que ser, para prosperar, de ámbito regional. Somos pocos y esto, a pesar del espejismo de la extensión, bastante pequeño. Por eso era imprescindible, para llegar a buen puerto, la colaboración de la Junta a través de su Consejería, entonces, de Cultura (sobre todo después del resultado electoral en la ciudad y del inestable poder del PSOE al frente del barco municipal). Aquí, insisto, es donde empezaron, en cierta medida, a fallar las cosas. Esta no era una tarea para aficionados. Ni para esto, aclaro, ni para todo lo demás. A la tardía respuesta del Consorcio, se unió la pobre implicación de la citada Consejería. Se reaccionó demasiado tarde. No se ha trabajado, como se dice, durante tantos años. Uno fue testigo de cómo se perdía el tiempo, reunión tras reunión, y de cómo la necesaria coordinación entre Mérida y Cáceres no funcionaba. Vuelvo a remontarme a 2008, a unos meses claves. ¿Hace falta recordar que una de las primeras acciones de la nueva administración cultural fue la de intentar acabar con el Womad? ¿Se acuerda alguien del penoso acto institucional que se celebró (un decir) en el Auditorio cacereño, con el aforo casi vacío, para dar por oficialmente inaugurada la candidatura? Son sólo dos ejemplos. Es indudable que con el impulso de Carmen Heras -sí, mencionemos su nombre, se lo ha ganado a pulso- las cosas parecían encarriladas, pero...
No creo que con esta decisión se humille de nuevo a Extremadura (Cáceres era y es una ciudad muy digna y nuestro resurgimiento cultural una evidencia), ni que haya que caer en el fatal desánimo que nos ha venido caracterizando (la perfecta coartada para seguir igual). Tampoco, claro está, en la petulancia de «ellos se lo pierden», «no creo que nadie haya trabajado más que nosotros», «no creo que ningún miembro del jurado sea Dios» o, el colmo, «yo no creo que tengamos que aprender, no hicimos el proyecto para gustarle a un jurado». ¿Qué se puede decir, por otro lado, del peregrino comentario de Monago, presidente del PP extremeño, al afirmar que la apuesta del presidente Rodríguez Zapatero dejaba fuera a Cáceres en beneficio de Córdoba?
Puede que Extremadura se mereciera algo así. Que ya nos tocara. Que fuera por fin nuestra hora. Seguro. No obstante, y vuelvo a la necesaria autocrítica, también estoy convencido de que no hemos sido capaces de dar todo lo que podríamos haber dado de nosotros. Se quiera reconocer o no.
No creo que con esta decisión se humille de nuevo a Extremadura (Cáceres era y es una ciudad muy digna y nuestro resurgimiento cultural una evidencia), ni que haya que caer en el fatal desánimo que nos ha venido caracterizando (la perfecta coartada para seguir igual). Tampoco, claro está, en la petulancia de «ellos se lo pierden», «no creo que nadie haya trabajado más que nosotros», «no creo que ningún miembro del jurado sea Dios» o, el colmo, «yo no creo que tengamos que aprender, no hicimos el proyecto para gustarle a un jurado». ¿Qué se puede decir, por otro lado, del peregrino comentario de Monago, presidente del PP extremeño, al afirmar que la apuesta del presidente Rodríguez Zapatero dejaba fuera a Cáceres en beneficio de Córdoba?
Puede que Extremadura se mereciera algo así. Que ya nos tocara. Que fuera por fin nuestra hora. Seguro. No obstante, y vuelvo a la necesaria autocrítica, también estoy convencido de que no hemos sido capaces de dar todo lo que podríamos haber dado de nosotros. Se quiera reconocer o no.
2.10.10
Velasco
Hablando de Abelardo, me encuentro por sorpresa con sus emocionadas palabras en El Mundo por la muerte prematura del poeta Miguel Ángel Velasco que ha muerto en Palma en "extrañas circunstancias". Fue el editor de su último libro, que ha pasado desapercibido, y de una antología de un poeta transgresor como pocos. He leído casi todos sus libros desde que ganó el Adonais, aunque prefería los últimos. Una pena, sí.
1.10.10
Abelardo Linares
Entre mis pecados literarios de juventud (pobre del que no los haya tenido) se cuenta el de mostrarme un tanto displicente -y hasta beligerante a veces- con la denominada, en bruto, "poesía de la experiencia". Ello no me impidió, sin embargo, leer y hasta apreciar los versos de un puñado de compañeros de generación adscritos, con razón o sin ella, a esa corriente central en la poesía española del último tercio del siglo XX. Ya allí, no puedo olvidar, por ejemplo, mi suscripción a la revista Fin de siglo ni los volúmenes de Renacimiento que compré (y sigo comprando) y que ahora -sobrios, clásicos y elegantes- menudean por los estantes de mi biblioteca. No pocos de aquellos poetas publicaron sus primeros libros en la editorial sevillana. Detrás, Abelardo Linares, un referente de la edición y la bibliofilia, a quien conocimos a primeros de los ochenta en Montánchez, en unas jornadas poéticas organizadas por Diego Doncel, Antonio Galán y Pablo Jiménez en la que participaron, entre otros, Aníbal Núñez, Felipe Benítez Reyes, Felipe Núñez y José Luis García Martín. No fueron unos días demasiado tranquilos, sobre todo si tenemos en cuenta las escasas actividades previstas y el lugar ameno y sosegado donde se desarrollaron, pero esa es otra historia.
Acabo de leer el último libro de Linares y, lo diré sin rodeos, me ha gustado mucho. Sé que es una simpleza, pero me atrevería a decir que es el mejor de los suyos. Al menos, el que a este lector más y mejor le ha llegado. Lo que en un principio me pareció doblemente extraño (que el poeta publicara cuando ya le daba uno por jubilado para la lírica y que la obra apareciera en Tusquets) ahora, una vez leído, me causa cualquier cosa menos sorpresa. Este hecho, con independencia de otras consideraciones, vuelve a incidir en una verdad ya del todo palmaria: que esa colección puede que no sea la mejor (esto no es una carrera de Fórmula 1), pero sí una de las más plurales del panorama poético en español. No me importa decirlo "desde dentro". Ni pretendo ser imparcial. Ya está uno mayorcito para eso.
Y ningún otro cielo reúne poemas escritos entre 1993 y 2009. No lo parece: la sensación es de unidad más que de dispersión. Será, quizá, porque uno siempre escribe, como diría otro autor renacentista, "el mismo libro".
Si a algo se le puede llamar madurez es a esta manera de escribir donde, con la debida naturalidad y la inevitable sabiduría, lo sencillo se intuye complejo y lo oscuro brilla con una claridad manifiesta. Poemas con el skyline neoyorkino al fondo; poemas de circunstancia que no tienen nada de circunstanciales (como las jondas "Soleares" de la segunda parte); poemas de "secreta música" (los que prefiero) donde parece conversar en voz baja sobre eternos asuntos con viejos amigos (Luis García Montero, Carlos Marzal, Lorenzo Martín del Burgo...); poemas, por fin, de amor; de más amor, diría, porque lo son en realidad de desamor y desencuentro. Así, pero no sólo, los de la postrera sección del volumen, "Llámame ayer" ("Pues mañana no existe y todo es noche,/ llámame ayer"), como "El amor se lo merece" o "Velocísimo".
Ya se dijo: un libro espléndido de un poeta del que uno, ay, ya no esperaba semejante deslumbramiento.
Acabo de leer el último libro de Linares y, lo diré sin rodeos, me ha gustado mucho. Sé que es una simpleza, pero me atrevería a decir que es el mejor de los suyos. Al menos, el que a este lector más y mejor le ha llegado. Lo que en un principio me pareció doblemente extraño (que el poeta publicara cuando ya le daba uno por jubilado para la lírica y que la obra apareciera en Tusquets) ahora, una vez leído, me causa cualquier cosa menos sorpresa. Este hecho, con independencia de otras consideraciones, vuelve a incidir en una verdad ya del todo palmaria: que esa colección puede que no sea la mejor (esto no es una carrera de Fórmula 1), pero sí una de las más plurales del panorama poético en español. No me importa decirlo "desde dentro". Ni pretendo ser imparcial. Ya está uno mayorcito para eso.
Y ningún otro cielo reúne poemas escritos entre 1993 y 2009. No lo parece: la sensación es de unidad más que de dispersión. Será, quizá, porque uno siempre escribe, como diría otro autor renacentista, "el mismo libro".
Si a algo se le puede llamar madurez es a esta manera de escribir donde, con la debida naturalidad y la inevitable sabiduría, lo sencillo se intuye complejo y lo oscuro brilla con una claridad manifiesta. Poemas con el skyline neoyorkino al fondo; poemas de circunstancia que no tienen nada de circunstanciales (como las jondas "Soleares" de la segunda parte); poemas de "secreta música" (los que prefiero) donde parece conversar en voz baja sobre eternos asuntos con viejos amigos (Luis García Montero, Carlos Marzal, Lorenzo Martín del Burgo...); poemas, por fin, de amor; de más amor, diría, porque lo son en realidad de desamor y desencuentro. Así, pero no sólo, los de la postrera sección del volumen, "Llámame ayer" ("Pues mañana no existe y todo es noche,/ llámame ayer"), como "El amor se lo merece" o "Velocísimo".
Ya se dijo: un libro espléndido de un poeta del que uno, ay, ya no esperaba semejante deslumbramiento.