Se ve que ha llegado el otoño. Ha empezado a llover, no hace calor, los pimientos rojos están ya secándose en ventanas y balcones, los niños nos alegran los días laborales y, sobre todo, encima de mi mesa empiezan a acumularse los libros. Envíos amistosos, espontáneos, detalles de algún editor, de alguna directora de comunicación... Sí, querido librero, porque lo que es comprar...