Nunca he estado allí. Pocas cosas me gustarían más. Aparte de los libros y los documentales, me han hablado de ella, en primera persona, Iñaki Abad, que fue profesor de español en la universidad de Catania, y mi hijo, que la visitó gracias a un intercambio de su instituto. El primero, claro, con más pasión.
Será interesante leer en su diario las impresiones de Trapiello, que anduvo por allí el año pasado. Por cierto, el poeta se refiere a Sicilia como "la otra Extremadura". Puede que de ahí...
Casco antiguo de Ragusa |
Hace semanas que sigo la serie televisiva Comisario Montalbano, el personaje de Andrea Camilleri (a quien, ay, no he leído), y no tanto por las intrigas que propone cuanto por los paisajes que refleja, de ciudades y pueblos sicilianos y, no pocas veces, de interiores campestres y bonitas zonas costeras. Un Montalbano, por cierto, que se me parece bastante, en las hechuras, a mi amigo Miguel Ángel Lama, lo que le da a esa visión sabatina un añadido curioso.
No es ajeno a este fervor siciliano mi entusiasmo por Bagheria, el libro de Dacia Maraini que comenté aquí atrás.
Mientras llega ese figurado día en que uno pueda visitar Palermo, Racalmuto (la patria chica de mi admirado Sciascia) o Agrigento, me contentaré con seguir leyendo libros y viendo documentales sobre esa isla idealizada y luminosa donde la Mafia existe, el Etna sigue activo y sopla a veces el pertinaz siroco.