Recuerdo una antigua conversación con Gonzalo Hidalgo donde decidimos, creo que al unísono, que no renovaríamos la suscripción a tal o cual revista literaria que recibíamos los dos. ¿Por qué? Por algo que dijo mi amigo y que ya habré contado alguna vez: no leíamos el 90% del contenido de los números que nos iban llegando. Cuando te pasa eso con frecuencia, lo mejor es desistir. Ocurre a menudo. Si por algo se caracteriza ese tipo de publicaciones es por su carácter efímero, excepciones mediante. Viene esto a cuento de Clarín, una revista con la que no se cumple el vaticinio, sino todo lo contrario. Que uno, como quien no quiere la cosa, acaba leyendo casi siempre de cabo a rabo. Una de las pocas que, según creo, parece franquear el citado maleficio.
En esta entrega, la 120, he disfrutado con las pesquisas de Xaime Martínez en busca de "El enigma Fonollosa" (estoy con los que piensan que el admirable poeta barcelonés nunca existió, que es un heterónimo de alguien o la feliz invención de otros); con el texto de catálogo de Manuel Neila sobre las fotografías de Roma realizadas por Gian Paolo Iervolino: con el viaje de Fernando Sánchez Alonso a Braganza y el corazón de Trás-os-Montes que termina con una hermosa cita de Brodsky: "nosotros partimos, pero la belleza queda"; con las magistrales versiones de poemas de Serguéi Esenin
hechas por otro estupendo poeta, el argentino Pablo Anadón, y por su poema "Hermano Esenin"; con el que ("borrador" lo llama él), en distinto tono, publica Juan Bonilla: "El día de regalo", sobre su padre, al que recuerda, y que me ha dejado literalmente perplejo; con las "Nuevas cerillas húmedas" de Felipe Benítez Reyes, un tipo más que ocurrente al que uno lee casi a diario en su muro de Facebook, siempre sorprendido por su inteligente y divertida capacidad de improvisación y de análisis ("Hay quien cree que fallecer es «morirse» un poco menos", "No hay más museo de cera que el que arde", "Inmortaliza, que algo queda", etc.); con los artículos de Toni Montesinos sobre Thoreau, Marciano Martín Manuel sobre "La condición judía en Vida y destino" y de Josep Maria Aguiló sobre la familia Berlanga; y con los diarios de Luis María Marina, que en esta ocasión viaja a las Azores, "el lugar donde nacen las nubes", siempre con la literatura portuguesa a cuestas. Un montón de reseñas y el índice del tomo XX (2015) rematan este número redondo de Clarín, y no sólo por aquello de la cifra matemática. Veinte años, veinte tomos, 120 números, cuatro mil páginas... Sí, seguiremos suscritos.
El último poema del suicida Esenin:
Adiós, amigo mío, adiós.
Querido mío, estás aquí, en mi pecho.
La fatal despedida
Promete, en el futuro, nuestro encuentro.
Adiós, amigo mío, adiós: sin un abrazo,
Sin palabras, sin ceño de dolor, sin tristeza-
Que no es nuevo morirse en esta vida,
Ni vivir, desde luego, es cosa nueva.
(28 de diciembre de 1925)