Oscuro es el primer libro de Ana Luísa Amaral publicado en España. La poeta portuguesa (nacida en Lisboa en 1956, aunque residente, desde los nueve años, en Leça de Palmeira, al norte de Portugal), traductora y feminista, profesora de la Universidad de Oporto, goza de un crédito, tanto en Portugal como fuera de allí, que no se compadece con esta situación, impropia de un país, éste, atento a las letras lusas y con un cualificado grupo de traductores en activo que siguen la senda de otros tristemente desaparecidos (Crespo, Llardent, Campos...), pero cuyos trabajos seguimos leyendo. Uno de aquéllos (de la sección extremeña), Luis María Marina, hasta hace poco diplomático en nuestra embajada en Lisboa, ha optado por el riesgo y a nombres consagrados como Ramos Rosa o Nuno Júdice, une el de otros desconocidos para los lectores de aquí. Entre los últimos, Alberto de Lacerda, Daniel Faria y Rui Knopfli.
La poesía de Amaral (que ya era conocida en Colombia, México y Venezuela y que con su nombre completo: Ana Luisa Ribeiro Barata do Amaral, publicó en gallego el libro Pasos de música, camiños de auga) no es sencilla. La explica muy bien Marina en el extenso y necesario prólogo, "Ana Luísa Amaral: o de la claridad de las cosas más oscuras", que pone al frente de sus versos, editados por Olifante, siempre atenta a la literatura de nuestros vecinos del oeste. Ha elegido para su presentación uno de sus últimos títulos, de 2014.
Allí se refiere a esa "mirada diagonal a las cosas", como ella misma define su manera de decir, a la "poética del reverso" que ha conseguido por aquello, explica Marina, de la función paradójica del lenguaje. Su mundo es el de la "cotidianeidad". Que, como dijo Cesariny, el proyecto de la poesía portuguesa del siglo pasado (para uno, de Oro) fue "la rehabilitación de lo real cotidiano, lo demuestra la poesía de esta mujer, su "personalísima mirada sobre lo real".
Al fondo de Oscuro, un libro tan unitario como complejo, el concepto de nación. Estamos ante una nueva vuelta de tuerca, comenta Marina, "al, por decirlo en palabras de Eduardo Lourenço, «psicoanálisis mítico del destino portugués»", "objeto primordial", según el mismo Lourenço, de la literatura de ese país. Al fondo, pues, junto a lo mítico, lo épico, de Camões a Pessoa, "lo humano, trascendido por la historia".
Los poemas de Oscuro buscarían, Marina dixit, "desdoblar la dimensión humana de la historia", en busca de "la reconstrucción de la flecha de la existencia". Este es un "viaje mítico y simbólico", que diría el citado Lourenço, a través de la historia de su civilización. Alta poesía. Por cómo está concebida y por cómo se ha escrito.
Una serie de personajes protagonizan dichos poemas, desde el mencionado Pessoa, donde empieza y termina casi todo, a D. Dinis, el rey-poeta; el Infante D. Henrique; D. Pedro; D. Sebastián; Mariana Alcoforado... Sí, entre otras cosas, se trata de un diálogo polifónico con Fernando Pessoa y su drama em gente.
Y otro protagonista esencial: el lenguaje, antiguo a rachas, "exquisito, en cierto sentido quirúrgico", precisa el prologuista y traductor (que no ha tenido fácil), otra de las señas de identidad de Amaral, de cuya sintaxis "cubista" ha hablado largamente la crítica.
Mis poemas favoritos de esta obra, insisto, ambiciosa y muy bien trabada, son: "Las memorias más puras: o de lumbres" (el que abre de forma magistral el conjunto), "Entre mitos: o parábola", "Otras voces" (que termina: "No elegir mar ni horizonte. / Y embarcar sin mapa hasta el fin / de la oscuridad"), "El sueño", "El promontorio" (uno de los más emocionantes), "La ceremonia" y "La carta".
Ana Luísa Amaral, un nombre más, y no cualquiera, que hay que añadir a la larga lista de poetas portugueses imprescindibles. Gracias, Marina.
Al fondo de Oscuro, un libro tan unitario como complejo, el concepto de nación. Estamos ante una nueva vuelta de tuerca, comenta Marina, "al, por decirlo en palabras de Eduardo Lourenço, «psicoanálisis mítico del destino portugués»", "objeto primordial", según el mismo Lourenço, de la literatura de ese país. Al fondo, pues, junto a lo mítico, lo épico, de Camões a Pessoa, "lo humano, trascendido por la historia".
Los poemas de Oscuro buscarían, Marina dixit, "desdoblar la dimensión humana de la historia", en busca de "la reconstrucción de la flecha de la existencia". Este es un "viaje mítico y simbólico", que diría el citado Lourenço, a través de la historia de su civilización. Alta poesía. Por cómo está concebida y por cómo se ha escrito.
Una serie de personajes protagonizan dichos poemas, desde el mencionado Pessoa, donde empieza y termina casi todo, a D. Dinis, el rey-poeta; el Infante D. Henrique; D. Pedro; D. Sebastián; Mariana Alcoforado... Sí, entre otras cosas, se trata de un diálogo polifónico con Fernando Pessoa y su drama em gente.
Y otro protagonista esencial: el lenguaje, antiguo a rachas, "exquisito, en cierto sentido quirúrgico", precisa el prologuista y traductor (que no ha tenido fácil), otra de las señas de identidad de Amaral, de cuya sintaxis "cubista" ha hablado largamente la crítica.
Mis poemas favoritos de esta obra, insisto, ambiciosa y muy bien trabada, son: "Las memorias más puras: o de lumbres" (el que abre de forma magistral el conjunto), "Entre mitos: o parábola", "Otras voces" (que termina: "No elegir mar ni horizonte. / Y embarcar sin mapa hasta el fin / de la oscuridad"), "El sueño", "El promontorio" (uno de los más emocionantes), "La ceremonia" y "La carta".
Ana Luísa Amaral, un nombre más, y no cualquiera, que hay que añadir a la larga lista de poetas portugueses imprescindibles. Gracias, Marina.