EP/Samuel Sánchez |
El juego literario es lícito, por más que pille a veces por sorpresa al lector desavisado. Me ha sucedido a mí con la Égloga Novena de Miklós Radnóti, en versión de Martín López-Vega, de la que he hablado en un par de ocasiones aquí. El poeta húngaro existió y su biografía es todo lo judía y trágica que reseñé, pero sólo escribió ocho églogas por lo que ésta, la novena, publicada por la revista Clarín, está escrita por su presunto traductor, el poeta asturiano López-Vega. Reconozco que algo no me cuadraba en esa historia y que comprobé incluso algunos datos en internet, pero la di por real. Al enterarme, sólo he pensado en una cosa: qué importa quién la haya escrito si es excelente. Con todo, quede aclarado este pequeño lío. La poesía, sí, por encima de sus autores. Una estupenda lección. Y un admirable poema.