30.6.11

Fábula (política)

Cuando ya le habían herido sus enemigos, llegaron sus amigos y le remataron.

29.6.11

De varia lección

1. "Nemosinia" se titula la entrada del blog de GHB donde el autor de Conversación (el próximo otoño en todas las librerías de España) marca, con la sutileza que le caracteriza, algunas diferencias entre el autor de diarios y el de memorias.
 2. ¿Habrá un ERE en la ERE?
 3. Santiago Martín Bermúdez publica en El Cultural un extenso artículo titulado "¿Qué clase de poesía es esa que no salva a las naciones y a los pueblos?" en el que reflexiona acerca de los primeros cien años de Milosz. 
4. Iba a comentar la salida de la tercera antología de Baluerna, pero veo que Simón Viola ya ha dado cuenta de su salida en el blog. A él remito.

5. El Club de Lectura de la Biblioteca Torrente Ballester de Salamanca cierra el curso. En su Guía de Lectura para el verano, un antiguo poema. Obrigado

Dos Antonios, dos poetas

Antonio Rivero Taravillo y Antonio Méndez Rubio. Los dos pertenecen, si hacemos caso a esa curiosa taxonomía, a la misma generación: el primero nació en Melilla en 1963 y el segundo en Fuente del Arco (Badajoz) en 1967. Hasta ahí las coincidencias. Bueno, quizá sirva una más: que acaban de publicar un libro.
El de ART, el tercero de los suyos en poesía, se titula Lejos y está editado por Siltolá Poesía (de La Isla de Siltolá). Bonito por fuera (con ese bello ajedrezado que es marca de la casa andaluza), no defrauda por dentro. La suya es una poesía apegada a la vida, de esa que se ha venido llamando "de la experiencia", sin que la etiqueta signifique aquí demérito alguno, al revés, entendiendo por tal una corriente central de la poesía del siglo XX que en España ha sido utilizada como cajón de sastre para demasiados experimentos, mayormente gaseosos. Por suerte, no es Taravillo un epígono de tantos que dejó esa exitosa escuela por el camino.
El amor, sobre todo, el paso del tiempo ("el tiempo es un desecho de la muerte"), la memoria (de la infancia, por ejemplo) y la lectura de otros poetas van abriéndose paso a través de poemas precisos que a uno le recuerdan, es obvio, lo mejor de la poesía inglesa. No en vano RT es uno de nuestros mejores traductores (de Shakespeare a Yeats) y el biógrafo de nuestro poeta más british: Luis Cernuda. Así, pongo por caso, la sobriedad (que aquí debería rimar con claridad y gravedad). Echando mano de una enseñanza de la poesía germánica, escribe: "lo importante discurre entre cesuras" y ahí, en esos espacios aparentemente en blanco, discurre tanto (o más) de lo que se expresa en unos versos, de agradable aire borgeano, que se acogen a una poética tan lúcida como melancólica:  
lo que dura un poema, esa falacia
que nos hace pensar eternidades.
Pero un instante dura para siempre
en tanto que lo vive quien lo lee.
Es de destacar que RT incluye en el libro dos poemas escritos por él en inglés, un guiño que suena a homenaje; a Gil de Biedma, por ejemplo. 

El de AMR, que ya tuvo ocasión de reunir sus primeros libros en Todo en el aire (Editora Regional de Extremadura, 2008), se titula Siempre y cuando. Esa facilidad para encontrar títulos raros o curiosos para sus libros (no quiero decir rebuscados: suelen venir de frases hechas o palabras comunes) es directamente proporcional a la curiosidad o rareza, entendida como algo muy personal y distinto, que caracteriza la poesía de este valenciano nacido en Extremadura. Ya que lo menciono, en el poema que da título al conjunto hace alusión al periodista portugués Mario Neves, cronista de la Matanza de Badajoz en nuestra última guerra incivil. Y también Extremadura aparece en el primer poema del libro, a partir del verso de Paul Celan, de su poema "Shibboleth", donde el poeta judío y rumano, en lengua alemana, que se tiró al Sena desde uno de los puentes de París, escribe el nombre de esta tierra.
La de MR es una poesía, por simplificar, sintética, elíptica, incluso hermética (en el mejor sentido: no gratuitamente oscura), propia de una estética en las antípodas de la del otro Antonio, por volver a las innecesarias comparaciones, en una línea por completo distinta, propia de otra modernidad, de "la otra" modernidad de la poesía contemporánea: la de la tradición de la ruptura, por decirlo con Paz.
Su desnudez recuerda, a ratos, una poesía que él ha analizado con solvencia, la de otra paisana: Pureza Canelo. Siendo las dos únicas y singulares, intransferibles, no pueden disimular su parentesco, una común tradición lírica. En la que se dice más por lo que se calla.
Una poesía, en fin, que se basa en la mirada, una mirada digna del mundo fragmentado, ruinoso y complejo que un hombre de este siglo tiene delante.
Junto a este libro llega su plaquette, Tríptico de la verdad, con un dibujo de Laura Giordani, editada por José Luis Puerto en la colección Entregas de Invierno (León, 2010).

Dos poetas, dos maneras de comprender la poesía que se resuelve dando a luz dos libros que merecen ser leídos y que justifican la plural vitalidad de la poesía española de hoy.

27.6.11

El Puerto

Cada día, durante el paseo, miro desde el río el santuario de la Virgen del Puerto, adorada patrona de este pueblo. Por costumbre. Ayer me costó localizarlo. Como la ciudad que describió Gutiérrez Solana cuando pasó por aquí en busca de su España Negra, se perdía en el paisaje. Piedra sobre piedra. Entonces recordó uno cómo era antes: ermita y blanca. Claro, eso parecía poco para una urbe de esta categoría y mis paisanos optaron por convertir la humilde construcción encalada en un solemne edificio de granito.  Algo muy en consonancia con el carácter de  nuestras gentes. Con lo bonita que era. Y lo cristiana.

26.6.11

Gayga en Madrid

Así firmaba algunas reseñas (recuerdo la de La caja de plata, de Luis Alberto de Cuenca, por ejemplo) mi siempre extrañado amigo José Antonio Gabriel y Galán. Ya he traído aquí la noticia de la edición de su poesía reunida (1970-1990) bajo el título, tan apropiado para el jugador que fue, de Último naipe. Hace unos días me llegaba un e-mail del director de la Editora Regional de Extremadura en el que me invitaba a presentar la obra en la librería La Central del Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Después de sopesar la idea y de consultar a un par de amigos (que me recomendaron aceptar), dije que no. Porque la propuesta partió en realidad de su familia, Cecilia Alarcón y Francisco Gabriel y Galán, su viuda y uno de sus hermanos, les escribí a ellos. En la creencia de que eran los genuinos destinatarios de mis explicaciones. Los únicos a quienes se las debía. Eso no significa que otras personas que me conocen y aprecian, que también conocieron y apreciaron a José Antonio, no las merezcan también. Por eso escribo esta entrada, porque necesito explicarme en voz alta. Todo lo "alta" que este humilde rincón permite.
Empecé mi carta a Cecilia y Paco constatando la extrañeza por semejante ofrecimiento. Tres largos años de denso silencio se rompían de pronto y eso siempre asombra. ¿Por qué ahora? ¿Por la desbandada? ¿Ya no molesto? De otro lado, a pesar de que lo intente, no puedo volver a una casa de la que me echaron a patadas. Por dignidad, sencillamente. Soy humano.
Bien sé, les decía, que ni ellos ni José Antonio, esté donde esté (para mí, vivo y presente en ese libro), tienen la culpa, pero... No creo que se entendiera (yo tampoco) mi presencia en un acto institucional, aunque por allí no apareciese ningún cargo del penoso staff de la extinta consejería, según costumbre. Ya pasó en la reciente presentación de Capricho extremeño, de Trapiello, y eso que estaba anunciada.
Por lo demás, el tiempo para prepararla debidamente era demasiado breve. He dejado a propósito el libro de José Antonio para el verano, para leerlo con la calma debida y con tiempo por delante y en una semana resultaba imposible entrar en materia. Al menos como a uno le gustaría. Como José Antonio se merece.
Además, les expliqué que estamos a final de curso, con  mil  pequeñas tareas que atender en el trabajo. Por si eso fuera poco, hay asuntos familiares urgentes de los que también debo ocuparme. Un lío, en suma.
Siento no poder acompañar a su familia y a los lectores, antiguos y nuevos, de José Antonio en La Central el próximo día 29. Estas son mis razones. Ojalá les hayan parecido convincente a quienes me nominaron. y, más allá, a quienes han tenido la paciencia de leer este post. Me gustaría, en fin, haber estado por encima de "las secuelas y controversias (digamos) 'eréticas', más aún habiendo sido idea tuya recuperar dignamente este 'Último naipe'", como me dijo un buen amigo, pero, por ahora, eso no es posible. Algún día lo será.

Abucheo

Desde aquí me sumo, simbólicamente, al abucheo que tuvo lugar delante de la Asamblea de Extremadura el día de su constitución para la nueva legislatura. No indiscriminado, sino selectivo. Vamos, reduzco mi alegórica protesta a un solo nombre: el de la popular Consuelo Rodríguez Píriz, censora. Da mucha pena -o mucha grima- que un personaje así sea vicepresidenta de la Mesa de la susodicha Asamblea. Y no será consejera porque la de Cultura, con Monago, se irá (aún más) al garete. A uno esta señora, que quede claro, no le representa. Con 15-M o sin él. ¿Cómo iba a hacerlo alguien que está en contra de la libertad de expresión? Que te sea leve, Fernando.

24.6.11

¿Sigues escribiendo?

Esta pregunta me persigue. Apenas me encuentro con alguien -conocido o saludado- que haga un tiempo que no veo, la pregunta tarda lo justo en salir. "¿Sigues escribiendo?", me dicen, como si esto fuera una afición pasajera, un simple hobby. No es que uno se crea nada, para qué, pero por si acaso ahí está la fatídica pregunta y la consiguiente, inevitable cura de humildad. Para recordarte, ay, que, como mucho, eres (o eras o serás) un escritor eventual.

23.6.11

Festival de Poesía de Barcelona

Aquí, en Nostromo (rtve), un puñado de poetas lee sus poemas. Aunque parezca increíble, ante un público.

Comentarios

Un amigo me ha puesto sobre la pista de los malditos comentarios a la última entrevista a Castelo. Bien sabe que nunca los leo, por eso... Echo un vistazo. Sólo eso. Debería darles vergüenza. Pero no a los impresentables "anónimos" que vierten así sus taras, que también, sino al periódico, que consiente semejante indecencia. ¿Para cuándo un código regulador como, pongo por caso, el de La Vanguardia?

22.6.11

Rectificación

A veces se le escapan a uno las palabras. Quiero decir que acaba escribiendo uno lo que no quiere. Hace poco, al hilo de mi comentario al libro Para entregar en mano, de José Luis García Martín, dejé caer que "cualquiera puede acabar como el olvidado Florencio Martínez Ruíz". No me expliqué bien, sin duda. Pretendía expresar no lo que uno pensaba sino más bien lo que en el citado libro venía a decir Martín; esto es, que algunos críticos literarios, por dejar de colaborar en la prensa nacional y sus conocidos suplementos, caen en una especie de abandono y, a veces, hasta de olvido. Lejos de mi intención menospreciar a Florencio Martínez Ruíz. Es una persona a la que admiro, aunque haga años que ya no lea sus reseñas, y al que tengo mucho que agradecer: fue el único crítico de (digamos) alcance nacional que reseñó mi primer libro de poemas, Territorio, en ABC.
Desde la emisora de Punto Radio en Cuenca, molesto por mis palabras, un tal Óscar me informa de que FMR no está olvidado en esa ciudad, al revés. Dirige "la colección Atalaya de libros de la Diputación de Cuenca. En los últimos años ha publicado más de siete libros además de miles (sí, miles) de artículos en la prensa local y nacional. Siendo considerado en Cuenca (por hablar de lo que conozco de primera mano) como el mejor periodista vivo de Cuenca y sin duda uno de los mejores conocedores de la poesía y el periodismo literario español de las últimas décadas".
Tampoco lo duda uno. Y me alegro de que así sea. Siento, en fin, haberme dejado llevar y no haber sido todo lo preciso y cauto que debiera. Si he ofendido a don Florencio, que acaso ya ha dado con mi glosa, mil perdones. Y un saludo afectuoso y, a pesar de los años, lleno de agradecimiento.
Ahora ya estoy tranquilo.

El portugués Campos Pámpano

En la revista INSULA (nº 774, junio de 2011) el profesor y crítico Ramón Pérez Parejo publica el ensayo Notas sobre al presencia de la poesía portuguesa en la obra de Ángel Campos Pámpano. No hace falta recordar su pasión por esa poesía. Por esa lengua. Por ese país. Lo importante: que nuestro amigo vuelve. Obrigado, Ramón.

Calles secundarias

Una tarde me encontré por la calle Cartas a María Jesús Manzanares y me dijo: "¿También a ti te gustan las calles secundarias?". Por eso le he dedicado este poema. 

CALLES SECUNDARIAS

Esta ciudad pequeña en la que vivo
carece de lustrosas avenidas,
de ensanches que merezcan dicho nombre,
de bulevares, travesías, rondas
como en las urbes que llamamos grandes.
Esta es una ciudad de callejuelas,
de callejas oscuras y pasajes umbríos,
de callejones con olor a orines
y recovecos entre muros húmedos.
De rúas y de calles sin aceras
con estrechez de zoco o judería
más propias de lugares de otro tiempo.
De origen medieval, ese trazado
es propicio al paseo y al silencio,
a las divagaciones y derivas,
a perderse sin más entre las ruinas
de un nimio, inextricable laberinto.

(Publicado en el nº 4 de la revista Isla de Siltolá, Sevilla, 2011)

21.6.11

Con JJL en Salamanca

De nuevo en Salamanca. Me siento en una cafetería de la Rúa con un ojo puesto en un libro y otro en ver pasar  turistas que se mezclan con muchachos y muchachas en flor. Con todo, me puede la lectura. De La estación que gusta al cuco (Pre-Textos, La Cruz del Sur), palabras de Thomas Hardy que ha tomado prestadas José Jiménez Lozano para titular la última entrega, por ahora, de su obra poética; una obra que, por cierto, empezó tarde, ya que este hombre publicó su primer libro de poemas a los 62 de su edad.
No se explica uno cómo ha pasado tan desapercibido (se publicó a finales de 2010) y si no fuera cosa de viejo (prematuro siquiera) y tan políticamente incorrecto, diría que bien podía la crítica prestarle atención a libros así, los que importan, y no a tanta  insulsez vestida de poesía que, eso sí, firman jovencitos y, sobre todo, jovencitas muy modelnos ellos que han leído, cómo no, al famoso John Ashbery.
Claro que aquí la viñeta de la portada, de Hokusai, representa a un grillo, esa cosa tan antigua, como antiguo es el tono del volumen, oriental (digamos) en sustancia, escrito en un español tan limpio como una mañana de verano en Castilla, lleno de esa clasicidad genuina (la de Grecia y Roma, la de nuestro Siglo de Oro) que ya ha sido acuñada como marca de la casa. Un libro seco, porque nada sobra, y sobrio, porque carece de adornos. "Se necesita hermosura solamente", escribe JL, y cuánta razón tiene.
Me gustaría que al hipotético lector le sorpendieran, como a uno, poemas como "Los higos y los bárbaros" (emocionante hasta las lágrimas) o "Resistencia". Que le calasen, como a uno, las palabras sencillas que pueblan estos versos que mojan como la mansa lluvia de una tarde de otoño. Que, en fin, el mundo de otro tiempo que aquí nos sale al paso, para nada intempestivo o anacrónico, les pareciera tan habitable y seguro como a  mí me ha parecido.
Para comprender lo que digo (o acierto a insinuar) copio aquí el poema "Octubre", uno de los muchos que podría elegir. Dice: 

Octubre, y sólo
un cardo seco,
en aquella tierra devastada.
Mas reinando solemne,
como una pena inconsolable.


Cuando uno tenga los años que ahora tiene JL, si llega, le gustaría escribir versos como los suyos. Será la mejor señal de que la existencia está debidamente cumplida, de que mereció la pena ser vivida. No otra cosa me transmiten estos poemas suyos que leo sin prisa en una mañana de junio en Salamanca, como si tuviera, ay, toda la vida por delante.

19.6.11

Me equivoqué

En efecto, IU permitirá que Monago presida la Junta de Extremadura. Lo cuenta HOY. Y el Extremadura. Y todos los demás. La noticia es de alcance nacional.

Ver volver, o no

No sé si va a quedar uno con las ganas de ver volver a algunos reconocidos inútiles de la pequeña política regional (sección cultura, por ejemplo) a sus verdaderos puestos de trabajo: a sus oficinas, a sus aulas... Ya sea como auxiliares administrativos, como maestros y profesores o, en fin, en el oficio que fuere. Bueno, por desgracia, alguno tendría que irse al paro. A otro, al duro, quiero decir. Todo va a depender, ya se sabe, de si Vara se queda o no (gracias a IU). De si  él  y los suyos van a poder seguir nombrando cargos, asesores y demás puestos de confianza o si eso lo hará Monago y los nuevos inquilinos de la Junta. En este orden de cosas, se quejaba amargamente un exalcalde extremeño de larga duración de que tras 26 años tendrá que volver a la escuela. No se sentía con fuerzas, pobre. Por los niños, claro, que no son lo que eran.
La solución, ya mismo, en horas. Ah, yo apuesto por la permanencia de Vara. Los que te cuento seguirán ahí. Al tiempo.

Un premio en suspenso

En un escueto e-mail, M. me decía que el fallo del premio "José de Espronceda" se retrasa a septiembre. Por ahora. Iba a ser el día de San Juan. Lo cuenta el El Periódico Extremadura.
Nadie esperaba que Chema Ramírez, un alcalde excelente como pocos, perdiera las elecciones en Almendralejo, pero... El síndrome Zapatero.
De esos polvos, supongo, estos lodos. O no, chi lo sa. Soy pesimista respecto al futuro de los galardones que convoca el ayuntamiento almendralejense. Ojalá me equivoque, pero lo mismo se mueren. O los matan. No la nueva corporación, claro, sino la maldita crisis. ¿De quién va a ser la culpa si no?

18.6.11

Castelo, por largo


















HOY publica una extensa conversación entre dos grandes del periodismo extremeño. Uno de dentro y otro de fuera, aunque sea un "fuera" muy relativo. Me refiero a Juan Domingo Fernández y Santiago Castelo. El titular no engaña: «Me ofrecieron ser gobernador civil cuando Fraga era ministro de Gobernación». Lo dicho, un placer.

17.6.11

Maestros

Ya se sabe que las breves biografías de los escritores que se publican en las solapas de los libros suelen ser siempre las mismas. Por eso es habitual que uno lea que Sciascia (estoy con Muerte del inquisidor) "estudió magisterio en Caltanissetta y dedicó parte de su juventud a la enseñanza" (lo cuenta muy bien Matteo Collura en su libro sobre el escritor siciliano). Cada vez que eso ocurre, siento algo especial. Por simpatía, supongo. Me pasó lo mismo cuando descubrí que Ángel González fue maestro en las montañas de su tierra o, ya puestos, cuando leí acerca de la experiencia de Wittgenstein en las escuelas austriacas, donde trabajó de 1920 a 1926. Una sensación que participa, por un lado, del orgullo de ejercer una profesión digna, noble y humilde -acaso más necesaria que nunca en estos tiempos de tribulación, cambio y desconcierto- y, por otro, de la vergüenza y hasta el complejo de desempeñar un trabajo marcado por su desprestigio social; de no ser otra cosa que un pobre "maestro escuela", una expresión que algunos siguen esgrimiendo como insulto.

16.6.11

Entrevistas y amigos

Santiago Castelo habla de su nuevo libro, La hermana muerta, con Antonio Astorga en ABC y Antonio María Flórez de Tauromaquia (antología trema) con Estefanía Zarallo en HOY.

Más Milosz

Sigue uno leyendo, con deliberada parsimonia (no quiero que se terminen), los poemas de Milosz que ha traducido con sabiduría Xavier Farré. Al fondo, la celebración del primer centenario del nacimiento del poeta de Szetejnie. Mi interés por el libro es creciente. Ya doy por hecho que se quedará conmigo todo el verano. Por cierto, en su blog, abcd, XF ha publicado una entrada que le agradezco. Es verdad que este cuaderno incumple una norma básica del bloguerío: no admite comentarios; sin embargo, ya se ve, estos pueden hacerse, y se hacen. De otra manera. Quizá más sensata. De paso, no se da pábulo a indeseables.
Me hubiera gustado que El Cultural de ABC hubiera publicado el pasado sábado, junto al interesante texto de Adam Michnik sobre Milosz y un par de poemas de los vertidos por Farré, una buena reseña. Ojalá Siles se ocupe.
En fin, seguimos. Moltes gràcies, Xavier.

15.6.11

De revista

No había tenido nunca en las manos un ejemplar de la revista Isla de Siltolá, tan hermosa como todo lo que sale de las prensas de la editorial sevillana del mismo nombre. En el número 4 le publican a uno un par de poemas inéditos: "Calles secundarias" y "El cuarto del siroco". Lo que le agradezco a su director, Javier Sánchez Menéndez, que se hace acompañar en esta aventura por un Consejo Editorial de lujo. De todo lo visto y lo leído (inédito de JR mediante), me quedo con los versos de María M. Bautista. Es digna heredera de sus padres, los poetas Amalia Bautista y Julio Martínez Mesanza. ¡Que no decaiga!

Presentación de "Capricho extremeño"

Sé por Andrés Trapiello que esta tarde se presenta en Cáceres su Capricho extremeño. En la Biblioteca Pública del Estado Antonio Rodríguez Moñino-María Brey a las 20’00h.
A uno le gustaría asitir. Por Andrés, sobre todo, y por Julián Rodríguez, que estará sentado a su lado. Y por Fernando Pérez (in memoriam) y Miguel Ángel Lama, que acompañaron a Julián a Las Viñas para hacer efectiva la primera edición de ese libro emblemático. Y por uno también, a qué negarlo. Todos, cada cual a su modo y en su debido momento, hemos hecho lo posible para que ese capricho exista. O, puestos a precisar, para que siga existiendo. Hay, eso sí, un impedimiento. Mal que me pese. Uno, muy educado -gracias, papá; gracias, mamá-, siempre ha sabido estar en su sitio.

14.6.11

Ferlosio y el trato

Gracias al blog de Andrés Trapiello descubro una airada reflexión de Ferlosio a propósito de la nueva Ley de Igualdad de Trato. Se publicó el pasado día 8 en la sección de Carta al Director del diario El País.

13.6.11

Versos en el ayuntamiento

Como ya he reconocido en más de una ocasión, tengo la absurda creencia (desmentida a diario) de que las personas que leen (dando a esta palabra su más noble y completa acepción) son distintas de las que no lo hacen y que, por eso, uno se lleva mejor o se entiende más fácilmente con las que tienen esa dichosa manía.
Entre los políticos que nos toca sufrir, lo de leer no se lleva. Me atrevería a decir que en este país, y en general, no se ha llevado nunca. Fuera, poco. A este propósito, se preguntaba el otro día irónicamente la escritora Elena Poniatowska en un artículo sobre Monsiváis publicado en Babelia: «¿No es novela que el expresidente de México Vicente Fox no pueda ni decir el nombre del escritor Jorge Luis Borges y lo apellide Borgues y a la semana añada a guisa de disculpa que "cualquiera puede cometer un lapsus bilingüe"?» La anécdota es significativa. Así son. En cualquier parte. Con pocas excepciones. Mira Aznar, que leía a García Montero. O Zapatero, que lee a Gamoneda.
El pasado sábado llamaron a casa para contarme que, en su toma de posesión como nuevo alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro empezó su discurso con unos versos míos dedicados a esta ciudad en la que ambos nacimos y vivimos. Para la mayor parte de los presentes y cuantos lo vieron a través de un canal televisivo local, la cosa resultaría chocante. Para uno, que conoce un poco a Pizarro, no tanto. Quiero decir que la cita no venía forzada: este hombre, sencillamente, lee. Incluso poesía, que es más raro. De ahí el detalle, que le agradezco. Eso sí, a la hora de encomendarse a alguien para ejercer debidamente su tarea, ya no echó mano de poemas de uno o de Gabriel y Galán (con don José María terminó, otro maestro de escuela como Pizarro y yo) sino de la Virgen del Puerto. Cada cosa en su sitio.

12.6.11

Islas

Leo en una isla -la cafetería de un centro comercial salmantino- Cuaderno de las islas, de Andrés Sánchez Robayna (Lumen) y al hacerlo me acuerdo de amigos isleños, como Carlos Medrano y José Carlos Llop (los dos en Mallorca) o como Paco León (en Tenerife). También de otros que dejaron su isla, pero siempre están allí, como el cubano Orlando González Esteva o el canario José Carlos Cataño. Todos poetas. Sí, porque uno podría decir que la poesía es una isla. Una isla "íntima" (Borges) e "interior" (como las de los ríos y los lagos, tal La Isla placentina que uno rodea cada día).
Robayna lleva años asediando el asunto de las islas y de ahí este archipiélago de aforismos, reflexiones, citas y comentarios que forman la primera parte de su libro y ese otro compuesto por poemas sobre islas (una antología amplia pero selecta) que sustancia la segunda. De Cernuda, Juan Ramón, Quesada, Lezama, Elytis, Quasimodo, Andrade, Paz, Walcott, Zagajewski y algunos más.
Porque una isla también puede estar rodeada de tierra por todas partes, podría decir con el mallorquín Rosselló-Pòrcel: "Toda mi vida está ligada a ti / lo mismo que en la noche las llamas a lo oscuro".

11.6.11

Loewe, 20 años

Sí, hoy hace exactamente 20 años que uno ganó el Loewe. Una casualidad, bien lo sé. Tratándose de premios... Con todo, no voy a negar que ese fue un día alegre para mí. Estaba despertando de la siesta a mi hija cuando oí, desde su cuarto, el teléfono. Tuve una corazonada. Por la hora. Luego empezaron a llamar de medios desde los que nunca se habían dirigido a uno: El País, ABC, El Mundo, RNE... Mucho después hablé con Enrique Loewe, don Enrique, que fue quien me dio la noticia "oficial". Unos días más tarde, en la entrega, celebrada en el restaurante madrileño Jockey, conocí personalmente a uno de mis maestros, Octavio Paz, presidente del jurado, y a otros poetas que admiraba, sobre todo, por sus versos: Brines, Colinas, Villena... La sobremesa fue una interminable y jugosa conversación entre Paz y Anson, director entonces de ABC, periódico del que uno era colaborador. Al año siguiente fui jurado (ganó Felipe Benítez Reyes) y desde entonces no me he alejado de la Fundación que da nombre al premio, la misma que ha conseguido, pese a quien pese, hacer de ese galardón un referente de la poesía española de los últimos veinticinco años. Estar por ahí, un honor.

10.6.11

Milosz

A ningún lector de poesía le va uno a descubrir a estas alturas la excelente colección de poesía de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Sobre todo en lo que a traducciones se refiere. La poesía española, sin entrar en jucios de valor, aparece en ese catálogo algo más sesgada, inclinada hacia una determinada tendencia. De acontecimiento puede ser calificada la aparción de Tierra inalcanzable, de Czeslaw Milosz, una amplia antología que ha traducido del polaco uno de los mejores: Xavier Farré, quien además selecciona los poemas elegidos y prologa el libro de manera eficaz. Conviene recordar, con todo, que fue Tusquets quien ofreció la primera y hasta ahora única muestra española de la poesía de Milosz, allá por el 84, donde también aparecieron títulos tan significativos como Otra Europa o El valle de Issa.
Cuando se habla de la "gran poesía", uno nunca sabe muy bien a qué atenerse. Leyendo a Milosz la cosa queda clara: esto lo es. Sin alharacas ni pomposidades. Sin necesidad de engolamiento o presunción. Al leer, uno se dice, por ejemplo: sí, esto es un merecido premio Nobel.
El humanista polaco nacido en la actual Lituania (ya se sabe cómo ha cambiado el mapa de Europa en el último siglo) tuvo, ante todas, una fidelidad: a su lengua materna. A diferencia de otros escritores que cambiaron de idioma, él se mantuvo firme y en su permanente vida de exilio no dejó de alumbrar sus versos en esa humilde lengua poderosa. De su mano atravesó el siglo que le tocó sufrir y nos ha dejado el rastro de esa travesía en un puñado de poemas memorables que destacan por una suerte de lucidez providencial.
Nadie que se acerque a esta poesía quedará decepcionado. Se supone que a poetas así se les puede aplicar sin falsedad ni ironía el título de maestro. Que les cabe con naturalidad esa categoría o ese grado.
Traería uno aquí versos o poemas que pondrían de manifiesto esa afirmación. Mejor que lo descubra cada cual, con la inestimable ayuda de Farré, a través de las luminosas páginas de esa antología necesaria, plena de verdad y belleza, que da fe de la intensa vida de un hombre.

9.6.11

Landero en Extremadura

Mercedes Barrado. Usted ha sido una persona muy fiel a su editorial. ¿Eso forma parte del carácter de uno, es una cuestión de suerte o es que la editorial se porta muy bien? 
Luis Landero. Con mis editores me llevo muy bien desde el principio y no veo motivo para cambiar. Me tratan estupendamente, somos muy amigos, nos queremos mucho y es una relación feliz. Además, me gusta tener mis libros recogidos en un sello para que no estén dispersos por ahí . Y tampoco me gusta ocuparme de las cosas materiales que rodean el libro, de eso se ocupan mis editores y yo me preocupo de escribir, con lo que me facilitan mucho la tarea. Para mí es un lujo haberme encontrado con Tusquets y tener una relación tan leal y tan amistosa con ellos.
(De una entrevista publicada en Hoy con motivo del homenaje de la Unión de Bibliófilos de Extremadura al escritor de Alburquerque.)

Fin de fiesta

Varios amigos me han enviado "Hora de despertar", un sensato y ya famoso artículo de Antonio Muñoz Molina que, sin duda, da que pensar. Fernando Valls también se ha hecho eco. Y supongo que muchos blogueros más. Copio aquí el último párrafo.
"Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931".

7.6.11

El tercero

Juan Manuel Bonet, que ayer presentó Nord-Sud, me escribe para explicarme que Isidro Hernández también es poeta, "y bueno", ganador de premios como el "Emilio Prados", de Málaga. Me cuenta que es "autor de un diario que te encantaría, El aprendiz, parte de él redactado durante una estancia francesa". Añade que este libro lo presentó él mismo en Tenerife. En fin, ya debidamente informado (obrigado, amigo), pido disculpas por no conocer a un autor que lo merece. Subsanaré el error.

Narradores canarios actuales

Francisco León, Isidro Hernández y Rafael-José Díaz han tenido una excelente idea: editar el blog Narradores canarios actuales, un "espacio para la difusión de la narrativa escrita en Canarias". Dos de ellos, León y Díaz, son poetas. Poetas, no hace falta decirlo, que también escriben prosa. La idea, repito, me parece estupenda. Demuestra generosidad y permitirá a los lectores "de fuera" acercarse a un panorama rico y heterogéneo.  El blog tiene tres secciones, además de la denominada "Comité editor": "Relatos", "Otras narrativas" (que recogerá "fragmentos de novela o entradas de diario hasta microrrelatos, aforismos, crónicas o textos autobiográficos") y "Entrevistas". ¡Larga vida!

6.6.11

Leyendo la prensa: anotaciones

1. No seré yo quien critique que se hable bien de los amigos, sobre todo cuando escriben buenos libros; eso sí, no es lo mismo hacerlo en un blog personal (nada más personal que un blog personal) que hacerlo en un periódico (o en cualquier otro medio de comunicación, digamos, clásico) en la rigurosa condición de crítico.  Obligado, quiero decir, por esa circunstancia. Bajo esa responsabilidad. Sí, porque una cosa es la deseable amistad y otra el despreciable compadreo, ¿o no?
2. Pregunta ABC Cultural con motivo de la salida de su número 1.000 (¡enhorabuena!) "a veinticinco de los más destacados escritores actuales" por los "títulos fundamentales del siglo XXI" y ni uno solo cita un libro de poemas. ¡Pobre poesía!
3. Da mucha lástima ver, sábado sí y sábado también, a ese articulista de pro, uno de los más ocurrentes y elegantes del panorama, compartiendo sección con cierta pareja de impresentables de categoría regional que practican, sábado sí y sábado también, esa forma espuria del periodismo (que rima con matonismo), hoy tan de moda, en la que prima lo chusco, la bravuconada, el insulto... Seguro que en otros sitios ese hombre tiene más suerte. No es difícil. Analizado en positivo, la ventaja es que su columna brilla más. Al lado de las fanfarronadas de esos perdonavidas... Lo dejó escrito el poeta polaco Czeslaw Milosz en el verso final de su poema "Lengua mía fiel": "porque en la desgracia es necesario algún orden y belleza". Y tanto. 

5.6.11

El otro blog

Uno escribe también otro blog. Un blog secreto. Reúne textos que no acaban de ver la luz. Que se quedan para siempre en esa bodega denominada "Creación de entradas". En forma de borrador. Por razones diversas. Casi siempre porque en ellos uno teme ser demasiado directo y, sin pretenderlo, ofensivo. O sólo impertinente. O, en fin, porque uno se dice: total para qué. Sí, soy alguien que duda.
El último borrador, no sé si definitivo, se titula "Amiguitos del alma" y no tiene nada que ver con Camps y compañía. Bueno, algo sí, pero a mucha distancia. A uno le cabrean según qué cosas. Y cierta gente. Sobre todo los que van de listos, como el presunto novelista del inédito post. Nada nuevo.
Como escribir tiene algo de terapéutico, a veces basta con expresar tal o cual opinión para quedarse a gusto. Publicarla ya es otro asunto. Más delicado. El silencio es un arma poderosa. A veces, más que la palabra.

4.6.11

JRM y su terremoto

Andrés Trapiello lo comentó en la presentación de Madrid, uno le dio ese título a su entrada sobre el libro en el blog y Ángeles García titula así su reseña en Babelia. Sea.

Paseos

Que uno sea metódico y siempre pasee a la misma hora no significa que otros no lo sean. En mi horario suelo encontrarme cada día a las mismas personas. Los dos últimos días, por ejemplo, me he cruzado con uno de los habituales. De los de la margen derecha del río (los hay de las dos). Iba por la izquierda, cosa rara. Y no iba solo. Le acompañaba un viejo conocido mío, pero que a uno no le conoce. Por la diferencia de edad. Le tengo localizado desde que era chico y no se me ha despintado nunca. Entre su familia y la mía hubo alguna relación. Por vecindad. Alguien me dijo que era músico, como el amigo con el que paseaba, de la otrora famosa Orquesta Sur. A los dos se les nota. Ha vivido siempre en Suiza, o eso tengo entendido. Ha vuelto a Plasencia con frecuencia: en verano, en Navidades... Cuando era más joven, llevaba el pelo largo. En el pueblo, eso llamaba la atención. Conserva la barba. Dan ganas de escribir su novela.
Cuando cambie al horario de verano (paseos mañaneros, de las 7 en adelante), me cruzaré con otros compañeros de viaje. Podré inventar otras historias. Nuevos relatos que a uno también le gustaría escribir.

3.6.11

Blogs

Tomo este párrafo de una entrevista digital con Javier Celaya, de dosdoce.com, publicada en El País:
Estimado Javier, ¿cómo ves el futuro de las disciplinas humanísticas en la Internet? ¿A qué atribuyes el boom y sucesivo desplome de los blogs a nivel mundial? Gracias.
Hola César. Hace un par de años llegaron a existir más de 200 millones de blogs, hoy sobreviven menos de 45 millones. La tasa de deserción es altísima. Escribir un artículo (post) a diario o semanalmente en un blog lleva mucho tiempo si quieres aportar algo nuevo o un enfoque diferencial. Te lo digo por experiencia dado que nuestro blog tiene más de 5 años de vida en la Red y menos mal que es una tarea colectiva de 3 personas (Jorge Iriarte, José Antonio Vázquez e Iñaki Saldaña). Con la llegada de Twitter, muchos blogueros han cerrado su blog y se han pasado a Twitter que sólo obliga a escribir 140 caracteres.

Woody Allen en París

Fuimos a ver la última de Woody Allen, Midnight in Paris, pasamos el rato, nos echamos unas risas, miramos el reloj varias veces y Y. perdió un zarcillo. Eso fue todo. Quiero decir que le extrañan a uno los elogios que ha recibido la película. No es para tanto. Bueno, París es un decorado perfecto y, como alguien ha dicho, dan ganas de salir corriendo hacia allí al salir de la sala. Se supone que para un escritor hay en ella  un plus, pero uno, que presuntamente lo es, no se lo ha visto. Demasiada literatura. De manual, digo. O de cartón piedra. Peor lo tuvo mi hijo. Se aburrió, claro.

2.6.11

Cernuda en el exilio

¿Estás con Cernuda?, preguntó mi amigo. Sí, contesté. Y él: ¡Qué aburrimiento! Y uno: ¿el libro de Taravillo? No, la vida de ese hombre. Los dos hemos estado estos días con el poeta sevillano. Gracias al segundo volumen de la impecable biografía de Luis Cernuda, Los años de exilio (1938-1963), firmada por Antonio Rivero Taravillo y publicada por Tusquets.
Hace años que mi amigo y yo diferimos en lo que a la poesía del autor de La realidad y el deseo se refiere. A uno se le ha venido cada vez más arriba y la relectura (con perdón) de los muchos poemas citados por ART en su obra ratifican ese aprecio, entre los más altos de esa particular biblioteca que uno ha ido decantando con los años.
Con todo, estoy con Octavio Paz, tan presente en este libro por ser uno de los pocos amigos verdaderos del poeta (y uno de sus mejores estudiosos), cuando afirma que la biografía de un poeta está en sus poemas. Sin echar por tierra el exhaustivo trabajo de Taravillo, tan necesario, acaso basten un puñado de poemas suyos para dar cuenta de quién fue; de ahí que la tajante afirmación de mi amigo, ironía mediante, encierre más verdad que boutade.
Leer las páginas de esta biografía no sólo ha supuesto reencontrarse con esos poemas inolvidables (para algunos) de uno de los pilares más sólidos de la poesía española del XX, sino también darse de bruces con las peripecias de un ser homosexual, solitario y triste, tres aspectos esenciales de su personalidad; un hombre metódico, pulcro, atildado, antipático, preocupado en exceso por el dinero (no sabemos si hasta el punto de que la preocupación por la pérdida de sus ahorros desencadenara, al menos en parte, el infarto que le llevó a la tumba, como llega a sugerir con cierta sorna Taravillo), un culo de mal asiento (con perdón) que pasó a lo largo de su largo exilio por Francia, Inglaterra, Estados Unidos y México sin estar a gusto en ningún sitio, seguramente porque, como en el poema de su admirado Cavafis, el problema no era otro que él mismo, quien quizá más daño le hizo, a pesar de echar la culpa de su permanente desasosiego a unos y a otros, excelentes poetas, y puede que hasta personas, la mayoría.
Para el lector, esa personalidad desemboca en dos actitudes: aversión o empatía. Porque uno admira sus poemas, sobre todo, y porque comprende muy bien no pocos aspectos de su forma de ser, mi opción es la segunda. Puede que también por piedad. No por lástima o compasión, si se me permite el matiz. Quizá, en el fondo, por lo que acertó a decir el cernudiano Brines, aquello de que "a debida distancia cualquier vida es de pena".
En la biografía de Taravillo se ve a las claras lo que al cabo de veras importa: que consagró su  existencia a la poesía y que todo lo demás estuvo en función de ella. No de todos los poetas, antiguos o modernos, se puede decir lo mismo. De ahí, tal vez, esa excesiva preocupación por la posteridad y su desmedido celo por todo lo que tuviera que ver con las interpretaciones críticas acerca de sus libros.
Sus odios (a JRJ, Salinas & Guillén, Gullón, etc.) y sus amores (literarios) surgen de ahí. Se relata una anécdota ilustrativa al respecto, casi de chiste, de cuando le quieren comprar una mesa de trabajo para su casa mexicana y escribe para rogar que no se adquiera porque es de caoba (una madera que detesta) y, lo que es peor, porque sabe que nunca podrá escribir sobre ella, lo único que le importa.
Sin vocación alguna por la docencia -ni de niños ni de adultos, ni universitaria ni colegial-, de su periplo académico se deduce que Cernuda fue un trabajador riguroso e incansable: traducción, ensayo, poesía, etc.
Aunque no se haya comentado aún, el centro de este libro está, como es obvio, en la guerra civil. La desgarrada y cainita España no deja de estar presente en los años de exilio y si en un principio Cernuda muestra su fe inquebrantable en la República y en quienes la apoyaron, los que perdieron la contienda, pronto se decanta, como tantos, a favor de esa tercera España que algunos, muchos años después, todavía esperamos ver, la que supere a una de esas dos que siguen helando a tantos españoles el corazón; una nación democrática al margen de políticos cerriles, corruptos y nefandos. En eso, y no sólo por su obra, Cernuda es un referente moral. Sigue siéndolo, quiero decir.
Acaso todo ese recorrido del exilio cernudiano se resuma en una imagen: la de un hombre herido por la melancolía que busca en vano la luz del Sur y el calor del sol.
Ha vuelto a sobrecogerme el relato de su muerte, esa resignación ante el destino (sus dos hermanas muertas por fulminantes e inesperados ataques de corazón) que tuvo algo, o eso parece, de elegante suicidio.
Hay mucho más en Los años de exilio. Antonio Rivero Taravillo, que ya ha viajado a México para presentar la obra, puede estar satisfecho de su trabajo. Vida y poesía son inseparables en el caso de Cernuda. De una y de otra contamos ya con ediciones dignas de un poeta mayor. "Pequeñas son las personas, grandes sus obras", escribe Milosz en su poema "Los conjuros de mi padre". Y no miente.

1.6.11

Local: Pizarro y Valcorchero

Mi pueblo tendrá nuevo alcalde el próximo día 11. Como aquí somos así, en plenas Ferias. De las medidas anunciadas por Fernando Pizarro para el inicio de su andadura, me quedo con la de paralizar la descatalogación de nuevas hectáreas en Valcorchero. Lo cuenta el Hoy y El Periódico Extremadura. Empezamos bien.