5.2.24

Matar al dragón


Anay Sala nos envía a algunos, cada lunes a primerísima hora, un poema. Viene con una cita (la de hoy es suya: "Métete en mis asuntos") y una canción ("It's Raining Men", de The Weather Girls, en este caso). 
La elección de esta mañana, unos inquietantes versos de Amalia Bautista, me ha parecido especialmente feliz. Muy del momento, diría. 

MATAR AL DRAGÓN

Ha llegado la hora de matar al dragón,
de acabar para siempre con el monstruo
de las fauces terribles y los ojos de fuego.
Hay que matar a este dragón y a todos
los que a su alrededor se reproducen.

Al dragón de la culpa y al dragón del espanto,
al del remordimiento estéril, al del odio,
al que devora siempre la esperanza,
al del miedo, al del frío, al de la angustia.
Hay que matar también al que nos tiene
aplastados de bruces contra el suelo,
inmóviles, cobardes, desarraigados, rotos.

Que la sangre de todos
inunde cada parte de esta casa
hasta que nos alcance la cintura.

Y cuando ese montón de monstruos sea
solo un montón de vísceras y ojos
abiertos al vacío, al fin podremos
trepar y encaramarnos sobre ellos,
llegar a las ventanas, abrirlas o romperlas,
dejar que entren la luz, la lluvia, el viento
y todo lo que estaba retenido
detrás de los cristales.

Ilustración: Un dragón alado (detalle) en un bestiario, 1278-1300, iluminador desconocido, franco-flamenco. Colores al temple, pluma y tinta, pan de oro y pintura dorada sobre pergamino, 9 3/16 × 6 7/16 pulg. Museo J. Paul Getty, Sra. Ludwig XV 4, fol. 94. Imagen digital cortesía del Programa de Contenido Abierto de Getty