La veterana revista literaria Cuadernos Hispanoamericanos publica en su número 786, correspondiente al mes de diciembre de 2015, una entrevista que me hizo hace apenas dos meses Beatriz García Ríos. Muy extensa, por cierto, ya que va desde la página 95 hasta la 107.
También han tenido el detalle de darme la portada, donde aparezco retratado por el fotógrafo salmantino Carlos Santiago. Las ilustraciones de la conversación son de Salvador Retana y fueron tomadas el pasado mes de octubre en Yuste y el Cementerio Alemán, respectivamente. Por lo demás, el titular reproduce una frase que pronuncié cuando me dieron el Loewe, hace veinticuatro años, y que una tarde de junio citó en la televisión de la época la presentadora de moda, María Teresa Campos: "En la claridad está la mayor profundidad", de la que sólo me molesta la rima. Ahí se condensa, con todo, mi poética.
Inmediatamente después aparece la, a buen seguro, última reseña de mi libro Más allá, Tánger, firmada por Manuel Neila, un año y poco después de que Tusquets lo publicara. No me puedo quejar. La recepción ha sido extraordinaria y, aunque sólo alcanzó la condición de finalista de premios, tan a trasmano para mí, como el Nacional y el de la Crítica, no puede uno por menos que sentirse recompensado y mostrarse contento y agradecido por lo que han dicho de él los lectores y los críticos. Ojalá estén felices también mis editores, quienes al cabo hicieron posible que Tánger saliera de la memoria del portátil y viera al fin la luz. Gracias a todos.
También han tenido el detalle de darme la portada, donde aparezco retratado por el fotógrafo salmantino Carlos Santiago. Las ilustraciones de la conversación son de Salvador Retana y fueron tomadas el pasado mes de octubre en Yuste y el Cementerio Alemán, respectivamente. Por lo demás, el titular reproduce una frase que pronuncié cuando me dieron el Loewe, hace veinticuatro años, y que una tarde de junio citó en la televisión de la época la presentadora de moda, María Teresa Campos: "En la claridad está la mayor profundidad", de la que sólo me molesta la rima. Ahí se condensa, con todo, mi poética.
Inmediatamente después aparece la, a buen seguro, última reseña de mi libro Más allá, Tánger, firmada por Manuel Neila, un año y poco después de que Tusquets lo publicara. No me puedo quejar. La recepción ha sido extraordinaria y, aunque sólo alcanzó la condición de finalista de premios, tan a trasmano para mí, como el Nacional y el de la Crítica, no puede uno por menos que sentirse recompensado y mostrarse contento y agradecido por lo que han dicho de él los lectores y los críticos. Ojalá estén felices también mis editores, quienes al cabo hicieron posible que Tánger saliera de la memoria del portátil y viera al fin la luz. Gracias a todos.
© Salvador Retana |