27.1.22
En Alejandría
25.1.22
Extremamour
La GALERIE PHILOSOPHIQUE du designer JORGE CAÑETE propose une nouvelle exposition : EXTREMAMOUR, faisant suite à la résidence d’artiste extra-muros du photographe suisse PATRICE SCHREYER. Cette carte blanche lui a proposé de parcourir les paysages d’Estrémadure, en Espagne. Le poète estrémègne ÁLVARO VALVERDE les accompagne avec ses poèmes, dont certains écrits spécialement pour cette exposition.
Extremamour, une exposition de photographies et poèmes dédiés à l’Estrémadure.
Le photographe suisse Patrice Schreyer a eu carte blanche pour photographier l’Estrémadure de façon subjective. Son regard ne cherche jamais l’évidence, mais se veut une lettre d’amour visuelle et personnelle aux terres estrémègnes.
Le titre de l’exposition, Extremamour, est d’ailleurs un jeu de mots entre Extremadura (Estrémadure, en espagnol) et amour.
Après une résidence à Trujillo entre décembre 2021 et janvier 2022, le photographe a voyagé en compagnie de Jorge Cañete, le commissaire de l’exposition, à travers cette province méconnue qui renferme pourtant un immense patrimoine que bien peu de régions en Europe peuvent se targuer de posséder.
Les photos de l’artiste neuchâtelois témoignent de sa riche histoire où se mêlent les fantômes de Charles V, des conquistadors, l’ombre des villes de la Renaissance ou l’immensité de paysages encore préservés.
ÁLVARO VALVERDE, un poète complice
Jorge Cañete a demandé au poète estrémègne Álvaro Valverde une sélection de ses poèmes pour accompagner la scénographie de l’exposition Extremamour. Certains ont d’ailleurs été écrits spécialement pour celle-ci.
Álvaro Valverde est né à Plasencia, en Estrémadure. Ses poèmes ont été traduits en plusieurs langues et son nom apparaît dans les plus prestigieuses anthologies de la poésie espagnole contemporaine. Il est l’auteur, entre autres, des recueils Una oculta razón (Prix Loewe, 1991), Más allá, Tánger (2014) et El cuarto del siroco (2018).Son premier roman, Las murallas del mundo, a par ailleurs été finaliste du prix du Café Gijón, ainsi que du prix d’Estrémadure pour la création de la meilleure œuvre littéraire.
INFORMATIONS PRATIQUES :
Exposition Extremamour, de Patrice SCHREYER & Álvaro VALVERDE, du 27 février au 19 mai 2022.
LA GALERIE PHILOSOPHIQUE par INTERIOR DESIGN PHILOSOPHY, 36 rue Haute, CH-1422 Grandson.
www.lagaleriephilosophique.com
Más información aquí.
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Pasiones lectoras
Pertenece a diferentes Consejos de Redacción de revistas y al Consejo Científico y Consejo Editorial del Instituto de Estudios Turolenses, editor de Turia.
Columnista de prensa y colaborador de programa radiofónicos (como “Aragoneses en Aragón”, de Aragón Radio, junto a Genoveva Crespo), es un reconocido experto en jota y un hincha del Real Zaragoza.
Todo lo dicho podría dar a entender al lector desprevenido que estamos ante un circunspecto señor de provincias que apenas sale de casa debido a sus rancias ocupaciones eruditas. Dista mucho de ser verdad. Lo demuestra, y no sólo, su faceta de escritor, un arte que ejercita, sobre todo, desde la columna, y no por su condición de estilita, sino porque escribe una para su periódico, Heraldo de Aragón, cada semana.
Quien haya leído Leer para contarlo. Memorias de un bibliófilo aragonés (2015), La vida de los libros (2009), Escritores y escrituras (2012), El tenedor de libros (2015) y El lector incorregible (2018), todos publicados por Xórdica, sabe bien cómo es. A esta serie se suma ahora Lecturas y pasiones, aunque, para completar el mapa, no está de más que mencionemos otras obras suyas como Los libros de la guerra (2006), Manual de uso del lector de diarios (2013) y Una aproximación a la bibliofilia: los libros, la vida y la literatura (2017), además de los dedicados a la jota o a los cuentos populares de su tierra.
Sostiene, aunque parezca baladí, que “los libros están hechos para ser leídos” (y no coleccionados, como suelen hacer sus camaradas bibliófilos). Y, con pudor, que “tener muchos libros […] no significa tampoco nada”.
Afirma después: “Dime que libros has leído y te diré quién eres”. Y: “Uno siente pasión por los libros porque anhela leerlos”. Luego añade: “Por eso nos gustan más los libros humildes que las grandes piezas de caza mayor”.
De sus lecturas y pasiones, sí, está hecho este libro, donde convive “lo local y lo universal”, que viene a ser lo mismo cuando de literatura se trata como nos explicó hace tiempo Miguel Torga.
La materia a que me refería se resume en los asuntos de los que esos artículos tratan. De escritores “raros” y olvidados, de otros mucho más conocidos e incluso de amigos que escriben (el desaparecido Félix Romeo o los muy vivos Fernando Sanmartín, Sergio Vila-Sanjuán y Antón Castro). Para empezar, porque la pulsión amistosa es en Melero de una naturalidad llamativa y, para seguir, porque es evidente que los amigos pueden escribir buenos libros. Aquello, ya saben, de que la admiración está en el origen de la amistad, al decir del clásico. ¿A quién, en fin, no le gustaría aparecer en alguna de estas columnas de la sección de Opinión del suplemento ‘Artes & Letras’ del citado diario aragonés?
Incluso cuando nos habla de fútbol, pongo por caso, o de un libro o un autor que es o fue paisano suyo (de los “ilustres”), esto es, cuando desciende a lo personal y regional por excelencia, es capaz de encandilarnos. Sencillo: porque escribe muy bien (un estilo que no se nota, digamos, ni retórico ni enfático, pero efectivo y sólo suyo) y porque detrás de la información y del análisis está la anécdota o el retrato del personaje, singular casi siempre.
Anécdotas divertidas, señalo. Y es que Melero gasta un sentido del humor tan sustancial como notable, extraño en el panorama literario patrio; con frecuencia, tan solemne y grave. Un humor, claro, teñido de ironía. De esa benévola e inteligente que no hace sangre.
Si no fuera pecado, diría que la de este hombre es una literatura entretenida.
No es cosa de poner aquí la ristra de autores de los que nos cuenta algo. Es larga, sin duda, y recortada dejaría de tener gracia. Sin embargo, me atrevo a destacar lo que a uno más le ha interesado. Así, las columnas que dedica a Lorca, aprovechando un viaje a Granada con su mujer, Yolanda, su “vicerrectora favorita”, como le ocurre con frecuencia; a las pesquisas del Rastro, con su admirado Trapiello al fondo (en 2019 publicó, en edición no venal de 50 ejemplares, Un recorrido por el Rastro de Andrés Trapiello) y a otras exploraciones por librerías de viejo, como la de Antonio Mateos en Málaga (antes de que internet acabara con el placer de comprar primeras ediciones); a la bibliofilia de “un bibliófilo muy atípico”, como se define, y a las bibliotecas de otros, esa suerte de autobiografías; a las librerías normales, a las Ferias del Libro (de cualquier época) y a los pregones y las presentaciones de libros (que odia y ama, más desde que está jubilado y lleva una vida social intensa y hasta peligrosa); a los descubrimientos de obras y escritores (y escritoras, no se me enfaden) que él resucita con justicia poética (como la de quien creía extremeño: “el cazador Antonio Covarsí”, o la de otro de Extremadura, nacido, éste sí, en Mérida: mi añorado Alberto Oliart, poeta inédito); a hechos históricos, pues no le falta, al revés, un gran sentido de la Historia; a Jaca, una ciudad a la que uno siempre ha querido ir; las que destina a la suya, Zaragoza, y, ya allí, a los famosos y no tanto que pasaron por esa ciudad con universidad y río; a escritores de vidas poco ejemplares, como Sender y Salinas; o, por terminar, a la política, que en este país llamado España es inseparable de nuestra última, catastrófica Guerra Civil.
Lecturas y pasiones
José Luis Melero
Xórdica, Zaragoza, 2021. 288 páginas. 20 €
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