17.6.16

Poemas pequeño-burgueses

Me gusta el título del último libro de poemas de Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) que edita espléndidamente Renacimiento, donde acaba de aparecer, por cierto, otra obra suya, de artículos, Biblioteca en llamas, pendiente de lectura, pero ya en casa. Tiene una cubierta preciosa de aire retro, pero muy moderna, entre geométrica y vanguardista, de Christine del Castillo. No es ese mal comienzo. Tampoco la dedicatoria, donde ya se ve la capacidad de Bonilla para el humor y la oportuna ocurrencia: "A Yolanda Morató, mairenera en tierra".
A punto de ingresar en la cincuentena y con su poesía ya reunida en Hecho en falta, nos presenta unos poemas que a uno le han hecho pensar de inmediato en un texto reciente sobre el pensamiento político de Agustín García Calvo (al que dedica, por cierto, entre signos de interrogación, el poema "La realidad no es todo lo que hay") publicado el pasado mes de marzo en la revista Cuadernos Hispanoamericanos. No, no falta la política y el pensamiento cívico en estos versos. Basta con fijarse en el título del libro, todo un acierto, insisto. O con leer el primer poema: "Herencia": Nieto de proletario, hijo de proletario, / me enseñaron muy pronto la misión / fundamental del proletario: / hacer lo que haga falta..."
El sano humor, ya se dijo, la jugosa ironía ("¡A las almas, ciudadanos!", leemos en "Campaña electoral", y más adelante: "¡Hay que asaltar los suelos!" o "Toda revolución / acaba siempre en un Napoleón"), las sorprendentes paradojas, el afilado aforismo, las inevitables contradicciones incluso, el juego bien medido y controlado de palabras forman parte del ser fundamental de esta poesía donde el fútbol, la bibliofilia ("Desiderata"), la memoria (de infancia, sobre todo; en "Por regresar", por ejemplo) o el amor suelen ser los asuntos capitales.
Destacaré un poema precioso de la primera parte, "El río": "Si pudiera elegir, sería un río", donde la inteligencia se alía con la genuina agudeza.
En "Apuntes de bachillerato" brilla con especial fortuna el Bonilla ocurrente, en el mejor sentido. En poemas como "Filosofía" ("No hay verdad alguna en la realidad"), "Biología" ("Todos somos iguales en el hecho de ser únicos"), Ética"...
Ya comenté aquí que me había llamado la atención un extenso poema que el autor de El que apaga la luz publicó en la revista Clarín. "-Borrador de un poema-" es su título definitivo, que ahora, editado como se concibió en lo que atañe a la tipografía, me sigue pareciendo un gran hallazgo, uno de los imprescindibles de su poesía completa y uno de los más interesantes que he tenido ocasión de leer últimamente. Un homenaje a su padre que, sin duda, emociona. "Más kilómetros compartimos que palabras", dice en un verso. Los poetas de mi promoción y de la que viene después hablan de sus padres. Los más jóvenes, de sus abuelos. No cesan esas referencias.
La tercera parte de la obra incide en lo que ya se dijo: la entrada del poeta en la cincuentena: "Ahora veo mi vida...". De ahí lo que tiene de balance y de memoria: "Los recuerdos abrigan, eso es cierto". "Canicas en un bote de cristal" es otro poema largo y muy logrado. Allí leemos: "esto no es una ficción" y "Cincuenta años, Juan Bonilla. / Mi más sentido pésame. / Mi felicitación más fervorosa".  Termina: "Tienes toda la muerte por delante".
Su capacidad de invención está presente en "La gala", un poema divertidísimo: "Mejor banda sonora al mar de Cádiz / que pronuncia mi infancia en cada ola" (obsérvese el ritmo de este par de endecasílabos). O: "Mejor guión original para Agustín García Calvo / por enseñarnos que la realidad no es todo lo que hay".
En "La secta de los viles", en diálogo con Maiakovski, alude a "gente de clase media": "un alma de pequeñoburgués no vale / para sembrar el mal sobre la tierra". Tiene algo (o mucho) de irónico himno generacional y narra a la perfección la vida de los españoles de estos últimos años, los inmediatamente anteriores a la llegada de la maldita crisis: "esa vida anodina y antiheroica / buscando la felicidad pequeña". Concluye: "Qué bien estar aquí y / tener lo suficiente". ¿Se acuerdan?