El número 8 de la revista de Marca Extremadura incluye un suplemento especial en el que se rescatan algunas fotografías del libro Extremadura, editado el pasado año por Lunwerg. Antonio Sáez, Serafín Portillo y Fernando Pérez Fernández han escrito unas breves estampas que acompañan a las imágenes. Unas y otras forman un conjunto digno de ser celebrado.
26.1.08
25.1.08
Minimalismo
Fundación Juan March
EN TORNO AL MINIMALISMO EN LAS ARTES Y EN LA MÚSICA
Febrero. Martes, 12
Javier Rodríguez Marcos
Lo que ves y lo que te mira: del minimalismo a lo minimal
19,30 horas. Entrada libre.
Castelló, 77. 28006 Madrid
Salón de Actos
EN TORNO AL MINIMALISMO EN LAS ARTES Y EN LA MÚSICA
Febrero. Martes, 12
Javier Rodríguez Marcos
Lo que ves y lo que te mira: del minimalismo a lo minimal
19,30 horas. Entrada libre.
Castelló, 77. 28006 Madrid
Salón de Actos
21.1.08
Modianesca
Cuando escribí la entrada sobre Modiano, no conocía el magnífico cartapacio que la revista Turia (que dirige con acierto Raúl Carlos Maícas junto a Ana María Navales) ha dedicado al autor de Un pedigrí. En él colaboran algunos nombres que anoté allí (Llop, Bonet, Sánchez Ostiz) y otros no menos modianescos autores, como Justo Navarro y Marcos Ordóñez. Me gustaría destacar entre los textos del dossier el del muy parisino corresponsal de ABC, mi admirado Juan Pedro Quiñonero. Aunque no he dado cuenta por completo de todos los artículos, en unas de las 55 voces del Diccionario Modiano de Juan Manuel Bonet he encontrado, entre otras pasiones comunes (Le-Tan, Tánger, Coppola, Plossu, etc.), una referencia que, siquiera remotamente, me une aún más y para siempre a Patrick Modiano: el nombre de ese internado que evoca en su novela De si braves garçons denominado Valvert.
La poesía según Gracq
"(...) el siglo en que vivimos tiende a consumir la poesía sólo en estado de mixto activo, de dilución, parcial: incorporada a la novela, al relato, al ensayo, al fragmento, y más cerca, para el lector, de la función de la levadura que la del elixir". (A lo largo del camino. El Acantilado)
19.1.08
Beber
Con motivo de la muerte del poeta, amigos y discípulos nos han recordado que Ángel González fue, como buena parte de sus compañeros de grupo, un gran bebedor. Lo han señalado como una virtud. Uno de ellos, Caballero Bonald, ha calificado a "los bienpensantes y los abstemios" como "nuestros enemigos de toda la vida".
Uno, bebedor más que ocasional y nunca de otros alcoholes que no sean el vino y la cerveza, alguien que no se recuerda borracho y que, en consecuencia, desconoce lo que es una resaca, se extraña de la tradicional buena fama de los escritores que beben. Y la mala, como es obvio, de los que no lo hacen. Antes y ahora. Sí, ese prestigio no es nuevo: está en la mejor literatura clásica.
Conocí a un poeta que sólo empezaba a escribir cuando se había bebido media botella de oporto. No comprendía que otros, comparaciones al margen, pudiéramos hacerlo "en frío".
No bebo simple y sencillamente porque no me gusta el sabor del whisky, la ginebra, el coñac y otros afamados licores. A buen seguro, porque no lo he probado bastante. De ahí que también desconozca sus famosos efectos. Qué le vamos a hacer.
Leo la columna del periodista Alonso de la Torre (paisano y coetáneo mío) y me consuela saber que no soy el único. Ni en lo del beber ni, ay, en lo del fumar (ya sean cigarrillos o porros).
En fin, todos sabemos que hay abstemios fiables y bebedores en los que uno nunca confiaría. Y viceversa. Por suerte, los textos literarios no se miden en grados. Ni a los escritores se les practica la prueba del alcohol.
Uno, bebedor más que ocasional y nunca de otros alcoholes que no sean el vino y la cerveza, alguien que no se recuerda borracho y que, en consecuencia, desconoce lo que es una resaca, se extraña de la tradicional buena fama de los escritores que beben. Y la mala, como es obvio, de los que no lo hacen. Antes y ahora. Sí, ese prestigio no es nuevo: está en la mejor literatura clásica.
Conocí a un poeta que sólo empezaba a escribir cuando se había bebido media botella de oporto. No comprendía que otros, comparaciones al margen, pudiéramos hacerlo "en frío".
No bebo simple y sencillamente porque no me gusta el sabor del whisky, la ginebra, el coñac y otros afamados licores. A buen seguro, porque no lo he probado bastante. De ahí que también desconozca sus famosos efectos. Qué le vamos a hacer.
Leo la columna del periodista Alonso de la Torre (paisano y coetáneo mío) y me consuela saber que no soy el único. Ni en lo del beber ni, ay, en lo del fumar (ya sean cigarrillos o porros).
En fin, todos sabemos que hay abstemios fiables y bebedores en los que uno nunca confiaría. Y viceversa. Por suerte, los textos literarios no se miden en grados. Ni a los escritores se les practica la prueba del alcohol.
Vida y muerte
Ayer nos acercamos al molino para ver a Brutus. Por suerte, las tardes ya son más largas. Nuestra verdadera intención era localizar a sus crías. Mi suegra había comprobado por la mañana que ya no estaba gorda. Lo primero que nos llamó la atención al verla fueron sus tetillas: no dejaban lugar a dudas. Fue Alberto, que transita por aquellos parajes donde aprendió a andar (bueno, él no anda, corre) con la misma agilidad que la perra, quien encontró a las crías. Cuatro, alguna con el cordón umbilical aún colgando. Estaban en uno de los bancales de arriba, junto a las higueras y al olivo, entre retamas y al cobijo de una pared de piedra. Un sitio soleado donde la dureza de la intemperie lo es menos. El muchacho estaba ilusionado, nervioso, feliz. Hizo fotos y un vídeo con el móvil. Con todo, lo primero fue llamar a su hermana, quien nos trajo hace un par de años a Brutus, para darle la buena noticia.
Al pasar por Gargüera, paramos para dar el pésame a Lute. Una vecina nos dijo que estaban en una misa por María. Nunca habíamos entrado en la iglesia del pueblo y eso que está a pie de carretera. Volvimos a toparnos allí dentro con la intemperie, con el frío que uno siente ante la muerte.
16.1.08
Con Peixoto
Esta mañana, Luis Sáez y yo hemos tomado un té en Mérida con José Luís Peixoto. Nos ha acompañado Sofía, la mujer de Paco López. Leía su obra en el Aula "Jesús Delgado Valhondo", motivo de su visita a Extremadura.
Hemos quedado en el Parador. Estaba muy contento porque era la primera vez que se alojaba en uno. Le he mencionado las Pousadas de su país natal. Me ha dado a entender que no es lo mismo.
Es la segunda vez que coincido personalmente con él y me ha vuelto a sorprender su naturalidad, impropia de un joven escritor de éxito, tanto en Portugal como en otras partes de Europa y del mundo. Es, sin duda, un tipo cercano y simpático.
Nos ha comentado que de su último libro de poesía, A Casa, a Escuridão, ha vendido ya 12.000 ejemplares. Quién quiere imaginarse a un poeta español en esa (improbable) coyuntura... Él, sin embargo, sigue siendo un muchacho cosmopolita del Alentejo; alguien al que nadie le discute su modernidad por mucho que su literatura aterrice en lo rural.
Sigue estando muy agradecido a la Editora Regional que, de la mano de Fernando Pérez, Julián Rodríguez y Antonio Sáez, publicó en España su impresionante Morreste-me (Te me moriste).
No será la última aventura que abordemos juntos. Con escritores así, cualquiera se embarca.
Por lo demás, me da que no cree que exista -ni que haya existido- frontera alguna entre su tierra y la nuestra. El paisaje, ese estado del alma, no miente.
Hemos quedado en el Parador. Estaba muy contento porque era la primera vez que se alojaba en uno. Le he mencionado las Pousadas de su país natal. Me ha dado a entender que no es lo mismo.
Es la segunda vez que coincido personalmente con él y me ha vuelto a sorprender su naturalidad, impropia de un joven escritor de éxito, tanto en Portugal como en otras partes de Europa y del mundo. Es, sin duda, un tipo cercano y simpático.
Nos ha comentado que de su último libro de poesía, A Casa, a Escuridão, ha vendido ya 12.000 ejemplares. Quién quiere imaginarse a un poeta español en esa (improbable) coyuntura... Él, sin embargo, sigue siendo un muchacho cosmopolita del Alentejo; alguien al que nadie le discute su modernidad por mucho que su literatura aterrice en lo rural.
Sigue estando muy agradecido a la Editora Regional que, de la mano de Fernando Pérez, Julián Rodríguez y Antonio Sáez, publicó en España su impresionante Morreste-me (Te me moriste).
No será la última aventura que abordemos juntos. Con escritores así, cualquiera se embarca.
Por lo demás, me da que no cree que exista -ni que haya existido- frontera alguna entre su tierra y la nuestra. El paisaje, ese estado del alma, no miente.
Un par de notas
1.- Cosa rara, fuimos al cine el sábado. Vimos Expiación y nos gustó mucho. La novela siempre será mejor, por múltiples razones, pero ya es algo que la versión cinematográfica esté a la debida altura. Y para mí que lo está. Eso sí, nos molestó profundamente verla en unas circunstancias tan penosas. Delante: un tipo cabreado, un par de señoras de mediana edad injustamente abroncadas y una pandilla de matrimonios pijos de lo más dicharacheros. Al lado, una pareja que no dejó de comentar frases y escenas de la película en plan graciosillo (por no decir otra cosa). Nuestro error fue ir a la sabatina sesión de las ocho. Vamos, el equivalente a la misa de 12.
2.- Cada día admiro más a los sufridos militantes de los partidos políticos. Hace falta valor.
2.- Cada día admiro más a los sufridos militantes de los partidos políticos. Hace falta valor.
15.1.08
Noticias de Brutus
Mi hijo está deseando ver de nuevo a Brutus, el mastín del molino. La razón es de peso: está preñada (lo que viene a constatar definitivamente su condición, otrora dudosa, de hembra). Puede que incluso haya dado a luz. Malos días son estos para pasarlos a la intemperie. Buenos para que, curada del todo, disfrute de su animal naturaleza.
14.1.08
Leyendo a Gracq
"Atribuyo a esta ascendencia vendeana mi carácter hogareño, mi desconfianza ante los desconocidos, el conservadurismo inmóvil de mis costumbres, el confinamiento en un círculo de relaciones estrecho, sobre todo familiar, el gusto de decir no; en resumen, ese «déjenme tranquilo en mi rincón y márchense»".
13.1.08
Ángel González
Ha muerto uno de nuestros mejores poetas del XX. Como mi amigo Josemari, lo tuve como uno de mis maestros, aunque con el tiempo dejara de ser uno de mis autores de cabecera. Con todo, libros como Tratado de urbanismo o Muestra... siempre formarán parte de la biblioteca de mi vida. Tampoco puedo olvidar sus textos sobre Machado y Juan Ramón.
Me encontré con él en algunas ocasiones pero sólo llegamos a saludarnos. La primera, en presencia de Luis Muñoz, en la fiesta del Loewe del 92, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
De su biografía, destacaría su paso por la escuela, entre las nieves de sus montañas asturianas, con la enfermedad y la postguerra a cuestas.
Aníbal Núñez me contó que la poesía de González fue una referencia fundamental en sus comienzos.
En el libro que le dedicara Debicki (en la memorable colección Los Poetas, de Júcar), me encuentro un recorte de El País donde se anunciaba su boda con Susana Rivera. Entre los asistentes, Dulce Chacón. Era, según creo, el año 90.
Me encontré con él en algunas ocasiones pero sólo llegamos a saludarnos. La primera, en presencia de Luis Muñoz, en la fiesta del Loewe del 92, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
De su biografía, destacaría su paso por la escuela, entre las nieves de sus montañas asturianas, con la enfermedad y la postguerra a cuestas.
Aníbal Núñez me contó que la poesía de González fue una referencia fundamental en sus comienzos.
En el libro que le dedicara Debicki (en la memorable colección Los Poetas, de Júcar), me encuentro un recorte de El País donde se anunciaba su boda con Susana Rivera. Entre los asistentes, Dulce Chacón. Era, según creo, el año 90.
7.1.08
Cálamo
José Ángel Zapatero, director editorial de la palentina Cálamo, me hace llegar el primer libro de su nueva colección de poesía. Han elegido una obra de Jesús Hilario Tundidor que se titula Fue. Como toda la suya, estamos ante una poesía llena de fuerza, desgarrada incluso, más si se tienen en cuenta las circunstancias biográficas que la propician: la enfermedad, el dolor.
Cálamo, que ya ha demostrado su solvencia en el campo de la narrativa, apuesta ahora por la pobre poesía y opta por un diseño de colección sobrio y elegante, como corresponde. En la solapa se anuncia un segundo volumen: La quemadura, de Jacques Ancet, en versión de Amelia Gamoneda.
Ojalá que la aventura dure. Y que nosostros lo leamos.
Cálamo, que ya ha demostrado su solvencia en el campo de la narrativa, apuesta ahora por la pobre poesía y opta por un diseño de colección sobrio y elegante, como corresponde. En la solapa se anuncia un segundo volumen: La quemadura, de Jacques Ancet, en versión de Amelia Gamoneda.
Ojalá que la aventura dure. Y que nosostros lo leamos.
6.1.08
Conversando con Jünger
Leo otro pequeño gran libro (¡vaya racha!). Se trata de Los titanes venideros, de Gnoli y Volpi. Lleva por subtítulo: Ideario último. Conversaciones con Ernst Jünger (Quinteto). Es un breve volumen lleno de iluminaciones. De una lucidez que, a ratos, deslumbra. Propia de uno de los nombres imprecindibles del XX, un siglo que atravesó de principio a fin. "He concebido mi vida como la vida de un lector", dice, y esto explica todo. O casi.
4.1.08
No-lugares
Odio eso que llaman "grandes superficies". Sé, sin embargo, que pasear por ellas, para comprar o no, es algo que hace feliz a muchos. Ayer me tocó transitar por allí. Sin duda prefiero el lugar al no-lugar. Sobre eso reflexionaba uno hace mil años (marzo del 95) en Tenerife, al lado del pintor Luis Gordillo y un arquitecto cuyo nombre he olvidado. En el curso "Arte y lugar", dirigido por la profesora Aurora García. Titulé aquello "Noción de lugar". Lo recuerdo ahora cuando visito, mal que me pese, centros comerciales de un tamaño descomunal y mientras leo Por una antropología de la movilidad, el último libro publicado en España de Marc Augé, el inventor del oportuno concepto de "no-lugar".
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