"Hace un par
de días -cuenta el poeta catalán, afincado en Cracovia, Xavier Farré en una entrada de su blog: "Boira y fred" (Niebla y frío)- apareció este
nuevo artículo (se refiere a “Pequeño homenaje a la niebla”) en la revista electrónica La náusea. En ese momento, la
niebla me tenía sobrecogido
por unos días. Ahora, con un fin de semana que hemos
estado en -16/-18 grados durante casi todo el día, me reafirmo aún más al
decir que el clima determina
buena parte de la creación (y no
sólo literaria) en estas zonas Europa, que tienen el nombre según cada observador, Europa Central (con el término que ha hecho fortuna de Mitteleuropa), Europa del Este, a saber qué más.
Y la determina mucho
más que en la Europa del Sur. Por otro lado,
que nadie se preste a error, en ningún momento concibo el concepto de Europa Central como un concepto climatológico. Una afirmación que sí hizo Peter Handke, y que luego Drago Jančar respondió en un sensacional ensayo. Y a partir de
ese ensayo escribí este poema, incluido en el ciclo Elegías centroeuropeas".
Del mismo modo que traduzco lo anterior desde el catalán que Farré utiliza como lengua literaria, me atrevo a proponer una versión (sin pretensiones) del poema a que alude. Quien quiera leerlo en su lengua original, aquí.
10
La superficie azul,
extendida como unas sábanas
demasiado anchas para las cuerdas, los soportes
que deben ayudar a la aridez de los días,
ha querido entrar también en la historia.
Demasiado poco es ser un accidente geográfico,
pasatiempos para dibujar mapas, comparar
caudales y adentrarse en recorridos entre fronteras.
La azul superficie aquí es la muerte y es la vida.
Una inmersión y se pasa al otro lado,
el agua que oxida un telón de acero, se alimenta
del metal. Sólo la niebla que inesperadamente
se alza impide más herrumbre. Se adentra, sin embargo,
el calibre de las balas. Y también los cuerpos. Unos metros
que sólo recorrerá la imaginación descansando en el fondo
del río. Es una cuestión de meteorología. Elegir
el momento adecuado en medio de los cambios de tiempo.
(De La disfressa dels arbres, Barcelona, Quaderns Crema, 2008)
demasiado anchas para las cuerdas, los soportes
que deben ayudar a la aridez de los días,
ha querido entrar también en la historia.
Demasiado poco es ser un accidente geográfico,
pasatiempos para dibujar mapas, comparar
caudales y adentrarse en recorridos entre fronteras.
La azul superficie aquí es la muerte y es la vida.
Una inmersión y se pasa al otro lado,
el agua que oxida un telón de acero, se alimenta
del metal. Sólo la niebla que inesperadamente
se alza impide más herrumbre. Se adentra, sin embargo,
el calibre de las balas. Y también los cuerpos. Unos metros
que sólo recorrerá la imaginación descansando en el fondo
del río. Es una cuestión de meteorología. Elegir
el momento adecuado en medio de los cambios de tiempo.
(De La disfressa dels arbres, Barcelona, Quaderns Crema, 2008)