Al final no pude asistir al la presentación madrileña de Meditaciones del lugar en la librería Rafael Alberti, Lo explico en la nota que copio debajo y que leyó al comenzar el acto Jordi Doce, quien se ocupó del asunto con sobrada solvencia junto al editor literario de la antología, José Muñoz Millanes. Les agradezco su labor.
Sé que la noche en Madrid no estaba precisamente para salir de casa; por eso he recibido con especial agrado los testimonios que me han hecho llegar quienes, a pesar de eso, se acercaron hasta la calle Tutor: Pureza Canelo, Carlos García Mera, María Sánchez Romero y Cándido Fernández. Me consta que allí estuvieron algunos más, como Enrique Bueres y la madre del poeta Sergio Álvarez. La inmensa minoría. Gracias también a quienes al final no pudieron ir pero pensaban hacerlo, como Marina Gasparini, María Gómez Lara y Javier Lostalé, que me hicieron llegar sus disculpas.
Por razones que desconozco, la velada ni se emitió en directo ni se registró, contra lo que suele ser costumbre. He visto, eso sí, algunas fotografías y un par de vídeos que grabó con su móvil la novia de mi hijo, Claudia (¡gracias!). Fue testigo. El primero, de la lectura íntegra de mi texto llevada a cabo por Doce. El segundo, de tres de los poemas que éste leyó. Lectura en voz alta a la que se sumó, por cierto, Muñoz Millanes.
Buenas tardes. La caprichosa casualidad o el socorrido azar (otros dirán, sin más, la mala suerte) ha querido que se cruzara en nuestro camino un problema médico familiar, que siempre es cosa seria, lo que hace imposible que esté ahí, en la librería Alberti, con ustedes, como estaba previsto. Y bien que lo siento. Todos somos conscientes, sin embargo, de que hay prioridades y de que lo importante obliga. Sé que lo comprenderán.
Afeaba el escritor Manuel Moya la presencia de autores en las presentaciones de sus libros cuando éstas se ponen en manos de otros y no de uno mismo. «No hay nada más patético que escuchar a alguien a diez centímetros elogiando la obra por la que estás rindiendo cuentas frente a un público indefenso que aún no tiene una opinión sobre la obra presentada», decía aquí atrás el andaluz. Pues bien, en esta ocasión podrá sortear uno el «grotesco papelón del literato» y, mal que me pese, no podré escuchar al lado y en directo a José Muñoz Millanes y a Jordi Doce, quienes se prestaron gustosos a hablar de Meditaciones del lugar en ese acto.
El primero fue quien seleccionó los poemas de esta antología, a la que puso además prólogo y título. Iba a saludarlo por primera vez en persona esta tarde.
El segundo, al que trato desde hace treinta años o más, conoce bien mi poesía y también editó una antología de mis versos a la que puso una introducción excelente.
La complicidad de ambos –diré por simplificar– me honra. Sí, su solvencia es elogiable. La lucidez y la inteligencia unidas al rigor y la generosidad son siempre dignas de encomio. Gracias.
También quiero agradecer a Lola Larumbe su hospitalidad. No olvido la ilusión juvenil con que recibía los envíos de libros que llegaban a mi casa placentina desde esa santa casa, ni otras presentaciones más recientes.
Y a ustedes, lectores, mil gracias, cómo no, por la asistencia.
En cuanto a los editores… El origen de cuanto nos convoca está en la amable invitación de Manuel Borrás a que un libro mío de poesía formara parte del catálogo de Pre-Textos. Un inédito no podía ser, por mi vinculación a Tusquets desde 1995, y decidimos que fuera una antología. Me propuso que el responsable de la edición fuese José Muñoz Millanes. Acepté sin dudarlo. Un acierto, sin duda.
La gestación fue lenta. Envié primero mis libros a su casa de Nueva York. Leyó los que no conocía; hizo la selección; decidió después que escribiría un prólogo, en principio no previsto; que la pondría un título… Es un hombre meticuloso. Se comprueba por los pocos libros que ha publicado, y por sus traducciones. Para colmo, ocurrió una de esas cosas que suelen, ya se ve, pasarle a uno. Cuando se decidió la publicación, prevista para febrero de 2023, la fecha coincidía con la salida de mi último libro de poemas en Tusquets, Sobre el azar del mapa, del que no hay poemas, por eso, en esta muestra, a pesar de que esa entrega se centre en lugares: Sofía, Grandson y Ginebra.
Hablé con Borrás y me aconsejó sacar ese libro y posponer para el año siguiente la salida de la antología. Podría haber estado lista el pasado mes de junio, pero preferimos esperar a septiembre, al principio del curso literario. El verano lo arrasa todo y los libros duran en las librerías muy poco tiempo. El primer ejemplar llegó el día de mi cumpleaños: el 8 de agosto. 65 años. En el colofón quise que figurara 21 de septiembre, el día que se casaron mis padres hace sesenta y seis.
Añadiré que me ha hecho mucha ilusión formar parte de ese acreditado catálogo –donde se encuentran libros, sin ir más lejos, de José Muñoz Millanes y de Jordi Doce–, y, en especial, que aparezca en La Cruz del Sur, una de las colecciones de poesía más bonitas del mundo, diseñada por los tipógrafos Andrés Trapiello y Alfonso Meléndez. Y con un dibujo de Gaya en la cubierta. ¿Qué más se puede pedir?
No les canso más. Les dejo en compañía de José Muñoz Millanes y de quien ha tenido la amabilidad de leerles estas palabras, Jordi Doce, que tal vez les leerá luego algunos poemas del conjunto. Gracias.