13.6.05

Memoria de Andrade

La luz del sol, la cal,
el pájaro que canta en la enramada,

el umbral y el zaguán y la sombra,

la reverberación del mar

al mediodía y, por la noche,

el reflejo en sus aguas de la luna,

el patio de la casa de la infancia

y el niño que allí mira con tristeza,

el somnífero son de las cigarras

a la hora cesante de la siesta,

el árido paisaje de las viñas

colgadas de los últimos bancales,

el jardín con palmeras

y el muro calcinado, y en fin,

todo cuanto en mi vida

tuvo un día importancia,

cuanto valió la pena,

la materia de todo cuanto he escrito,

esto es, el alma y la sustancia
de mis sueños.

Á. V.