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Hanemann, a secas, se titula originalmente la novela de Stefan Chwin (en la foto) que aquí ha publicado El Acantilado (¡qué gran editorial, cuántos rescates y descubrimientos!) como El doctor Hanemann. Me ha parecido una novela exquisita. No encuentro un adjetivo más adecuando. Es mi única novela del verano y será difícil que la olvide. Tan serena y melancólica como uno de esos cuadros de Caspar David Friedrich que menudean entre sus páginas.