Para no olvidar es un extenso artículo de César Antonio Molina sobre la vida y la obra de la poeta rusa, de San Petersburgo, Anna Ajmátova. Lo mejor, con todo, es leer sus poemas. Hay ediciones muy asequibles, la más reciente -ya citada en esta bitácora- acaba de publicar Hiperión. También hay una antología en Círculo de Lectores y su libro más famoso (y acaso el más intenso), Réquiem, está en la colección Letras Universales de Cátedra.
En marzo de 1984 compré una antología suya en la benemérita Selecciones de Poesía Universal de Plaza & Janés (donde algunos nos quitamos no poco pelo de la dehesa). Poco tiempo después le pasé a mi amigo Felipe Muriel unos cuantos libros y entre ellos iba el mencionado ejemplar. Se rió mucho de mí Felipe: "¡una poeta rusa!", decía. A la vuelta de los años, si eso era esnobismo, no puedo por menos que bendecirlo. Creía entonces y sigo creyendo ahora que un poeta de verdad soporta incluso la peor traducción. O casi. Y no quiero decir que aquélla lo fuera. A mí, ya digo, me sirvió y desde entonces la autora de Anno Domini nunca ha dejado de acompañarme. Ya quisiera uno eso de tantos amigos.