Lo he escuchado en la radio: el Ayuntamiento de Badajoz ha concedido una calle al que fuera director de la Editora Regional de Extremadura. Me alegro mucho. Por Susi, claro, y por toda su extensa familia. Y por sus amigos. La sensatez se ha impuesto.
No tengo más remedio que recordar el día que, con Fernando de copiloto -algo habitual en sus últimos tiempos-, al entrar en el puente que está junto al Hotel Río (que, por cierto, no sé cómo se llama), me fijé en la placa de una calle con el nombre de... su padre, el bueno de Fernando Pérez Marqués. Él no sabía que ya estaba colocada. Fue un momento muy gozoso que los dos compartimos, Cada cual a su modo, como es lógico. Al fin y al cabo él era su hijo y yo un sencillo admirador de don Fernando, al que, eso sí, llegué a conocer y a apreciar.
No tengo más remedio que recordar el día que, con Fernando de copiloto -algo habitual en sus últimos tiempos-, al entrar en el puente que está junto al Hotel Río (que, por cierto, no sé cómo se llama), me fijé en la placa de una calle con el nombre de... su padre, el bueno de Fernando Pérez Marqués. Él no sabía que ya estaba colocada. Fue un momento muy gozoso que los dos compartimos, Cada cual a su modo, como es lógico. Al fin y al cabo él era su hijo y yo un sencillo admirador de don Fernando, al que, eso sí, llegué a conocer y a apreciar.