Gracias a Nahir Gutiérrez (y a Seix Barral, claro), me he hecho por fin con un libro que llevaba años persiguiendo: las Prosas apátridas del peruano parisino Julio Ramón Ribeyro. Ayer coincidí en la librería "Antonio Machado" de Madrid con Jordi Doce que llevaba en la mano el mismo libro. Por algo somos amigos.