24.6.07

Manilla

La cena se hacía interminable, por mucho que el lugar donde se celebraba (el patio de una bodega) fuera delicioso. Uno, como siempre, tenía prisa. Había que volver a Plasencia de madrugada para salir por la mañana hacia la sierra madrileña, a una boda familiar. Fue entonces cuando, ya cerca de la una, subió al estrado el presidente del jurado del Premio de Poesía "José de Espronceda" de Almendralejo, Carlos Marzal, y leyó el acta. Se abrió después el sobre que contenía la plica y... nos enterábamos todos de que se lo habíamos concedido a un libro del poeta Antonio Manilla (León, 1967). ¡Qué alivio! Había libro y había poeta. Por suerte, y para que sirva de precedente, no era un ganapremios el que se llevaba el gato al agua. El viaje se me hizo más corto y las canciones de Tam Tam Go que sonaban en RNE me gustaron más que nunca.